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Señales de un mal líder

En este espacio he escrito sobre el liderazgo y los rasgos que llevan al éxito. Sin embargo, la otra cara de la moneda son los rasgos que exhiben los “malos líderes”. En muchos casos, una persona puede aprender más rápido mediante la observación de “qué no hacer” en comparación con tratar de identificar las sutilezas de un líder eficaz. 

Si alguna vez has experimentado un ambiente de trabajo tóxico, sabes lo devastador que puede ser para tu carrera, tu salud y tu mente.   

Señales de un mal líder

Los ambientes de trabajo más tóxicos comienzan con el liderazgo y la cultura en la parte superior de la estructura organizacional. ¿Cómo saber si estás en un ambiente de trabajo tóxico con mal liderazgo?  Aquí te presento las seis señales a observar:

Miedo al Cambio. Uno de los papeles principales de un líder es el de constantemente posicionar y reposicionar la empresa u organización en un mercado cambiante. Se necesita coraje para conducir en la incertidumbre. Cuando el líder de una organización es resistente al cambio y hay incertidumbre constantemente “luchando para mantener las cosas como siempre han sido”, sabes que estás en un negocio perdedor.

Ausencia de Valores. Cuando el liderazgo de una empresa u organización no tiene los valores fundamentales de honestidad, integridad, ética, trabajo duro y ánimo, estás en el lugar equivocado. Los valores de liderazgo que cambian o son ambiguos crean incertidumbre en el lugar de trabajo. Si tu jefe cambia sus valores de situación a situación, crea incertidumbre en la confianza y crea un ambiente en el cual la gente no tomará riesgos. Los valores no pueden destruir la honestidad que usted necesita para tener éxito.

Control Enfermizo. Si alguna vez has trabajado para un fanático del control, entiendes que tan desmoralizador puede ser tu situación. Todo lo que haces es cuestionado, revisado y evaluado por él. Si no hay ninguna confianza en el entorno laboral, entonces mejor les convendría contratar a una persona de salario mínimo y “supervisarla hasta la muerte”. Los jefes controladores aplastan toda la creatividad e innovación de sus empleados. Los líderes que son controladores enfermizos están repletos de inseguridades.

Egocentrismo. Cuando usted trabaja para un jefe con un gran ego, todo es acerca de él, su éxito e imagen. Los jefes con grandes egos hablan mucho y escuchan muy poco. Son rápidos para tomar el crédito por cosas que no hicieron y rápidos para aplastar alguien cuando las cosas salen mal. El jefe con gran ego quiere estar al frente y al centro cuando se toma una fotografía.

Falta de Comprensión. Los malos dirigentes no entienden que existe vida fuera del trabajo. Sus demandas de tiempo y enfoque las empujan al límite de manera acosadora. Los niños enfermos deben ser ignorados y los cónyuges de sus empleados son sólo una molestia. La vida de un mal líder esta fuera de balance y esperan que los demás sean como ellos. Una vida equilibrada produce mayores rendimientos y productividad.

Influenciables. Un mal líder cambia de decisión de un momento a otro basado en la dirección de los vientos políticos. Si creen que alguien les puedas dar un “apoyo especial” no dudan en agasajarlo hasta el cansancio. Hay una diferencia muy grande entre otorgar un excelente servicio al cliente y ser de plano un reverendo lambiscón.

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