Columnas > EL MENSAJE EN LA BOTELLA

Destino: el cielo Destinatario: mi padre

“Hola papá. Soy yo. Ante la imposibilidad de darte un abrazo personalmente este Día del Padre, he querido mandarte este mensaje para expresarte mis sentimientos.

En este día, primeramente quiero darte las gracias por haberme dado la vida. Ahora comprendo que no debe haber sido fácil el que a tus 60 años te hayan dado la noticia de que ibas a ser papá. Gracias porque tampoco debe haber sido fácil a tus 70 y tantos, andarme cargando “de camachito” y jugar conmigo a las “luchitas” y sin embargo lo hiciste, como hiciste tantas otras cosas por nosotros.

Destino: el cielo Destinatario: mi padre

Gracias porque junto con mi madre, te partías el alma para que nada nos faltara, teniendo a veces que trabajar en ciudades lejanas, incluso en Tabasco. En esos días de tu ausencia física por el trabajo, me gustaba mucho contemplar tu fotografía que nos mandaste y en la que escribiste: ‘Leo, Alicia, Chuchito, mi espíritu y mi pensamiento siempre junto a ustedes’.

Así te he sentido siempre, cerca de nosotros. Te sentí a mi lado cuando terminé mi carrera y te ofrecí ese logro, prometiéndote honrar tu memoria. Te sentí a mi lado cuando me casé y cuando tuve a mis hijos, proponiéndome seguir tu ejemplo como esposo y padre. A ellos, a tus nietos, les he platicado mucho de ti y les he inculcado el amor por ti. Estoy seguro de que te hubiera encantado conocerlos; son maravillosos.

Gracias por la buena ‘fama’ que dejaste. Por donde quiera que encuentro personas que te conocieron, no tienen más que palabras buenas para expresarse de ti y del ejemplo que diste con tu rectitud al transitar por este mundo.

Quisiera ahora también platicarte algo. Probablemente no lo recuerdes, como tampoco yo lo recordaba. Hace muchos años, cuando tenía unos 17, estaba un día grabando un disco que me habían prestado. El disco sonaba en el tocadiscos y yo sostenía por un lado la grabadora para pasarlo a un cassette. Entonces, en una pausa de la música, te acercaste a donde yo estaba y me llamaste. Recuerdo que yo me molesté y te hice señas de que no hicieras ruido porque estaba grabando. Hasta ahí el incidente en aquel entonces. No hace mucho encontré en un cuarto una caja con cassettes viejos. Me puse a verlos y encontré uno que indicaba con mi letra que era la música de la película ‘Rocky’. Conservo un aparato que reproduce cassettes, así que lo puse para escucharlo. Se escuchan las intensas notas de la parte donde Rocky está peleando y justo antes de las vibrantes notas finales, la música hace una pausa y entonces escuché tu voz diciendo: ‘¿hijo?’. Se me heló la sangre en las venas, papá, te lo juro. Regresé la cinta para escuchar esa palabra una y otra vez. La escuché y la escuché hasta que me quedé dormido, porque a través de esa sola palabra, me parecía que te escuchaba decirme tantas cosas. Me parecía que me decías: ‘todavía estoy aquí hijo. A tu lado. Amándote como lo hice en vida. Cuidando de ti y guiando tus pasos. Por ahora no te puedo abrazar, pero mi espíritu y mi pensamiento sigue siempre junto a ti’. Esa noche soñé contigo. Soñé que te daba ese abrazo que hace tanto he estado deseando darte. Desperté llorando, como ahora lloro al escribirte esto. Te extraño, viejo lindo.

Mi hijo Chuy ahora tiene la misma edad que yo tenía cuando tú partiste (21 años) y hace poco me dijo: ‘cuídate mucho, te necesito por mucho tiempo más como papá’. A mí también me hubiera gustado tenerte por mucho tiempo más a mi lado, pero quiero que sepas que el corto tiempo que te tuve conmigo, lo considero un privilegio y me siento agradecido de haber nacido en esta tierra como hijo de don Jesús Tárrega Guevara, un hombre justo y bueno.

¿Sabes? Hace poco una alumna me compartió esta frase: ‘la muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo’. Le pido a Dios que te siga guardando con bien en donde estás. Ciertamente, en mis recuerdos y en mi vida eres inmortal y esperaré pacientemente el día en que te pueda dar ese abrazo de agradecimiento por todo lo que fuiste y por todo lo que hiciste por mi. Feliz día, papá. Con cariño, tu hijo”.