¿Portar armas de fuego?

Por la creciente ola de violencia que hemos venido padeciendo, los organismos civiles de Reynosa por fin reventaron y externaron su inconformidad y urgieron a las autoridades a desplegar mayor vigilancia. 

Esta última petición no tengo ninguna duda que la atenderán, con excepción de la autoridad municipal que como todos sabemos en nuestra querida Reynosa carecemos de policía preventiva en atención a que los recursos municipales que están etiquetados para ese rubro, por disposición del cuerpo edilicio se entregan al gobierno del estado a fin de que refuerce las policías estatales como son la acreditable y la ministerial.

El problema es que con todo y la vigilancia que desarrolla la policía estatal, así como la policía federal, soldados y marinos, los hampones básicamente tomaron en sus manos la ciudad esta semana. Lo mismo asaltaron negocios y secuestraron personas que despojaron de vehículos a diestra y siniestra.

Los anteriores hechos ya no son cosa de prevención ya son resorte del ministerio público y corresponde al del fuero común investigar quiénes andan delinquiendo con tanta “alegría”.

Si no capturan a los delincuentes, el índice de impunidad no sólo va a crecer sino que va a animar a muchos otros a que le entren a la actividad delictiva confiados en que hay un 90 por ciento de probabilidades de que no serán atrapados, y en el caso de que sean atrapados en la maroma, esto es en flagrancia, luego faltaría qué opinan al respecto los fiscales o los jueces que en aras de la legalidad han dejado en libertad a peligrosos sujetos, porque eso de la flagrancia no estuvo bien a bien o lo que se dice bien probado.

Esto es volver al principio pero con delincuentes con ganas de recuperarse por que usted como yo bien sabemos, amigo lector, que lo mismo en las agencias del ministerio público que el juzgado lo único que calienta gratis es el sol y es un hecho público y notorio que obtener libertad cuesta su buena lana, lo que me trae a la mente la intención con propuesta, lo mismo de ciudadanos que de organismos civiles, de permitir el uso de armas de fuego tanto en el domicilio habitacional como en el fiscal, o sea donde está el negocio.

Ya se sabe que el artículo 10 de la Constitución Política de México permite la posesión de armas de fuego con excepción con las de uso exclusivo del ejército como son las de calibre 45, 9mm y las de 380. O sea que nomás pueden tenerse armas calibre 22 que si usted es buen tirador con ese tiene para defender su vida o su patrimonio.

El problema es que tener en posesión un arma se requiere que esté registrada ante la Secretaria de la Defensa Nacional. En el caso de nuestra querida Reynosa sería en la Octava Zona Militar, pero ahí la autoridad castrense obviamente lo primero que le va a preguntar es donde la compró, y que se sepa no hay un establecimiento por Reynosa y la región autorizado para la venta de armas, al no poder precisar el origen del arma se la van a decomisar porque tampoco es cosa de que nada más pregunte y le registran la pistola, tiene que llevarla, y como la mayoría, por no decir todas, son adquiridas entre particulares, armas que son compradas del otro lado del río Bravo y luego internadas de contrabando.

Como pueden ver, no va a estar fácil registrar un arma para tenerla en posesión dentro del domicilio o negocio, y si estoy equivocado sería de utilidad para la ciudadanía que la autoridad militar precisara los requisitos que hay que cubrir y las sanciones al que se hace uno acreedor en caso de no estar en posición de cumplir con la normatividad al respecto.

En pocas palabras: la gente de bien está frita. Por un lado, muchos requisitos y por el otro hampones bien armados que por supuesto asaltan a diestra y siniestra.

Ahí tienen tarea los diputados para que modifiquen la ley de armas de fuego y explosivos, y sobe todo el artículo 10 constitucional.

No voy a sugerir que no halla candado alguno para tener armas de fuego en posición lo mismo en el domicilio que en el negocio, en cambio soy contrario a quienes proponen permitir el porte de armas. Soy de los que creen que sería peor el remedio que la enfermedad, pero sí creo firmemente que tenemos derecho a defendernos por lo menos en nuestro hogar o en nuestro centro de trabajo.

Y por hoy, BASTA.

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