‘Duelo ante la muerte de una mascota’

¿Cómo manejarlo con los niños?

El fin de semana pasado ha sido uno de los más difíciles para mí en la última temporada. Lamentablemente llegó la hora de que mi “perrhija” Candy trascendiera (es decir, muriera.) Ella fue una mascota muy amada y afortunadamente fue mínimo el dolor que sufrió en sus últimos días. 

Claro que ha sido muy duro llegar a casa y no encontrarla, sin embargo, lo más difícil fue tomar la decisión de dormirla. Cuando el médico veterinario nos dijo que lo conveniente era evitarle dolor y una mala calidad de vida a la perrita, nos miró fijamente y dijo: “la decisión lo toman ustedes”. No saben qué momento tan doloroso. Después de unos cuatro o cinco segundos, dije con la voz quebrada “adelante doctor”. 

Nos pidió que esperáramos afuera unos diez minutos en lo que la inyección hacía su función. Me quebré en llanto. No pasaron ni dos minutos cuando el veterinario salió y nos dijo que ya estaba dormida. Pasamos por ella (envuelta en la colchita en la que la llevamos) y nos dio a perrita sin vida. 

Estarán de acuerdo que alguien tiene que hacerse cargo de los trámites, por lo regular siempre soy yo y está no sería la excepción. Llorando y manejando. Llorando, firmando y pagando. Llorando y esperando que la cremen.  Qué situación tan difícil. Imagino lo complejo que será decidir que “desconecten” a un familiar. Se necesita mucho amor para una tomar una decisión así, porque lo más “natural” es obedecer a nuestro egoísmo y querer mantener “viva” a la persona o mascota. En verdad, soltar para el bienestar de nuestros seres queridos es un acto de profundo amor. 

Además, la muerte de una mascota es la perfecta oportunidad de que los niños tengan un primer contacto con la muerte y es necesario hablar de ella en lugar de querer sustituirle su dolor y pérdida con otra mascota. Es necesario explicarles que es un proceso natural y que el ciclo del animalito termino. 

Es fundamental honrar la memoria de la mascota, aunque muchas personas no entiendan el amor que se les puede tener (para esas personas no es esta columna). Honrar la memoria de la mascota implica recordar con amor toda la felicidad que nos dio y la forma en cómo nos hizo sentir vivos. Hacer un “collage” de fotos con la mascota es algo muy simbólico, porque para nosotros, la mascota fue parte de la familia. 

Otro punto importante (ante cualquier tipo de pérdida y duelo) es evitar decirles a las personas “¡no llores!” cuando llorar es precisamente lo que necesitan. Lo que en realidad estamos diciendo cuando decimos “por favor no llores”, es “por favor no llores, no sé qué hacer con tus lágrimas” ¿Ya viste la diferencia? Lo que necesitamos aprender es a simplemente abrazar, tomar de las manos o simplemente decirle “te quiero, aquí estoy contigo”. 

Cuando alguien importante para nosotros muere (de dos o cuatro patas), sentimos que el corazón se rompió. Y hoy yo te invito a que en lugar de que sientas tu corazón roto, lo sientas abierto y cuando el corazón se abre, le caben más personas y más amor. Cuando sea tu momento, adopta o rescata algún otro animalito, no para sustituir al anterior, sino porque tu corazón tiene mucho amor para rescatar y proteger a aquellos que no se pueden defender y los que amamos a los animales sabemos, que mas allá de la raza, el precio o como luzca, nuestra verdadera y genuina misión de poder darles amor a los que no tienen voz para defenderse y son ellos mismos los que nos vienen a mostrar lo que es el verdadero amor incondicional. 

Por último y ante lo ocurrido en la Ciudad de México el mes pasado, me sigue llamando la atención que hubiera personas que se indignaran porque se estaban rescatando mascotas. “¡Que rescaten personas, no animales!” Sin darse cuenta de que eran precisamente animales los que estaban rescatando personas. #Anótele.

Así es que, si atraviesas por un dolor así, siéntete acompañado por mí. Celebremos la vida, celebremos su vida y sigamos activos. Nos leemos la próxima semana. 

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Coach Gerardo Moreno