‘¿Se acabó la pasión?’

Estarán de acuerdo conmigo que la estabilidad, la rutina, la estructura y la predictibilidad son aspectos ideales para la crianza de los hijos y forjar un patrimonio, pero sin duda, no son el mejor afrodisiaco para la intimidad sexual en el matrimonio. También es una realidad que todo buen sexo, cuando se vuelve estable y monótono, pierde misterio e interés. No es lo mismo en el noviazgo que en el matrimonio, cuando ya se comparte el mismo espacio, con mil y un pendientes que atender de la casa y la vida cotidiana deja de ser aquel paraíso sexual que alguna vez existió. Aclaro que NO estoy promoviendo la soltería, sino entender las razones por las que el erotismo y la pasión se diluyen. 

La semana pasada leí un libro -que se los recomiendo mucho- se llama «Sexo Sabio» del psicoterapeuta y autor español Antoni Bolinches. Él explica en su libro que en la etapa del enamoramiento existen la pasión y la energía sexual y en la etapa de la estabilidad únicamente existe la energía sexual, pero la pasión desaparece. Por esta razón, es común que en las relaciones estables terminen teniendo sólo sexo funcional. ¿Qué es eso? (Yo también me lo pregunté) Es el tipo de sexo que se utiliza para liberar estrés; en otras palabras, cuando se convierte el sexo como vía para descargar la tensión y no como un acto de amor. Incluso, muchos podríamos etiquetar al sexo funcional como “rapiditos”.  

El gran reto de la pareja estable es mantener el deseo y la paradoja aquí es que únicamente se puede desear lo que no se tiene, y la pareja estable ya se tiene. ¿Entonces qué es lo que se puede hacer? Estas son algunas de las recomendaciones que nos sugiere Bolinches:

1. Ahorro sexual o sexo dosificado. 

Si tienen más de cinco o diez años de casados y tienen intimidad tres veces o más por semana, es probable que la mayor parte de las ocasiones únicamente tengan sexo funcional (o para descargarse). El autor sugiere que en lugar de cantidad haya calidad, es decir, que por los menos uno de los tres encuentros sea más “orquestado” y no sólo con el típico “sonsonete” ¿Me expliqué? 

Cuando menciona el ahorro sexual, se refiere al ahorro del deseo. La moderación es el mejor antídoto contra el hastío. “Es preferible que el deseo se quede sin relación a que la relación se quede sin deseo”, afirma el autor. #Anótele

Recuerda que “ahorrar” es con el propósito de volverse a conectar como pareja y no sólo conectar el tornillo con la tuerca. 

2. Frustración medida

El objetivo es quedarse un poco “con las ganas”. En otras palabras, esto significa que aun teniendo todo el escenario y todas las de la ley para tener intimidad, lo recomendable es que ambos “prendan el boiler, sin meterse a bañar”. Por ejemplo, unos besos intensos a contrarreloj porque tienen que irse al trabajo. (Sin llegar a más, sólo besos) Esto es una excelente vitamina para prevenir la rutina sexual. Se trata de que ambos estén conscientes y con voluntad de revivir la energía sexual. Seguramente esta peculiar recomendación colaborará. 

3. Imaginación, creatividad. 

Si únicamente lo hacen en la cama y sólo en la cama o si el preámbulo y el final son siempre de la misma manera y de la misma forma, entonces estarán condenados al aburrimiento. Necesitan cambiar el día de la semana, mandar mensajitos sugerentes, prender velas, usar juguetes (inofensivos para ambos), oler muy rico y cambiar de cuarto para darle un giro a tu intimidad sexual. Esto necesita ser platicado previamente para evitar que enfurecidamente te digan: “¿Y esto dónde lo aprendiste?”

Necesitamos ser adultos y hablar con madurez porque francamente es todo un arte mantener un matrimonio con matices de novedad. Para ello, se necesita el compromiso y la participación de ambos. Organizar a los niños, hacer la comida, ir al trabajo, cumplir con los quehaceres domésticos y además ser una geisha o un toro en la cama, la verdad es labor titánica. Así es que es momento de platicarlo con el objetivo de hacer más agradable el proyecto de vida que ambos han decidido recorrer. ¡Mucho éxito! Nos leemos la próxima semana.

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Coach Gerardo Moreno