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Cenizas, ayuno y abstinencia

Con la imposición de la ceniza comenzamos la cuaresma, los cuenta días posteriores deben ser un período de reflexión, penitencia y cambios. Parece increíble que hace un mes más o menos celebrábamos el nacimiento de de Jesús, y ahora nos encontramos en los preparativos para su calvario, muerte y resurrección.

Las lecturas y el evangelio de cada domingo durante las siguientes cinco semanas posteriores al Miércoles de Ceniza, tratan de situarnos junto a Jesús y sus apóstoles, nos harán reafirmar nuestra fe,  revolear la persona de Cristo Jesús, quien teniendo todo derecho de disfrutar del reino de su Padre, decide  ofrecerse como el cordero al sacrificio para ganar el perdón de los pecados de toda la humanidad.

Cenizas, ayuno y abstinencia

Si leemos los cuatro evangelios, todos coinciden en que para Jesús cada problema es una posibilidad, la enfermedad es es una oportunidad para sanar, el pecado es una oportunidad para el perdón, y el dolor es una posibilidad para la compasión. A Jesús no le importa que seas un pecador, pues El ve en ti la posibilidad de cambiar y empezar una nueva vida. Recuerda que su misericordia es divina y, misericordia significa abrir el corazón al miserable, y tú y yo lo somos.

Si le permitimos a Jesucristo vivir en nuestro corazón podemos convertir sentimientos negativos, como los celos y la autocompasión, en una oportunidad para querer ayudar a quien está en peor condición que nosotros y hacer y hacer el bien a los demás. Podemos levantarnos después de un desengaño con una fe renovada, con la seguridad de que mañana las cosa serán mejores.

La imposición de cenizas nos hace reflexionar acerca de nuestra muerte, pues no debemos olvidar que somos polvo, tierra, humo, ceniza…nada, que podemos elegir todas y cada una de las acciones que llevamos a cabo en nuestra vida diaria, menos la muerte. Y, cuando eso suceda, será solo la transición para alcanzar nuestro verdadero hogar, un bello hogar.

Durante la Cuaresma debemos abstenernos de comer carne, pero como para muchos eso no significa ningún sacrificio pues prefieren el pescado, nosotros debemos escoger la penitencia que de verdad nos cuesta.

Para muchos será abstenerse del alcohol, no fumar, dejar de comer su postre favorito, etc., pero lo que es más importante aún es abstenerse de ser infieles, de criticar, a levantar falsos contra nadie. Durante la enfermedad hay que aceptar los tratamientos sugeridos por los médicos como la quimioterapia, la radiación y o la diálisis  con paz y sin enojo o resentimiento, y sobre todo dar el gran regalo del perdón.

Ojalá y no hayan ido a tomar las cenizas solo por costumbre, sino que el símbolo de la ceniza haya sido y sea un recordatorio de nuestra voluntad de cambio, que represente la oportunidad de vivir la Cuaresma con el corazón abierto a la conversión para poder llegar al Domingo de Pascua y celebrar la Resurrección con toda la paz y el gozo del alma que Dios quiere para nosotros. Cristo murió pero también fue resucitado.

… Y que Dios te ama y yo también. 

Msgr. Juan Nicolau, Ph.D.STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es terapeuta familiar y consejero profesional con licencias.