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No tienes derecho a fallarnos

Este sábado primero de diciembre fue la tan esperada toma de protesta del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, como lo marca el protocolo el acto oficial de su investidura debe realizarse ante los diputados y senadores que conforman el Congreso de la Unión.

La civilidad y el orden del poder Legislativo marcó el comienzo del cambio, la alternancia del poder de manera pacífica y constitucional¸ los coordinadores de cada grupo parlamentario manifestaron en tribuna su posición con respecto al nuevo gobierno.

No tienes derecho a fallarnos

Puedo destacar la participación de Martí Batres, presidente de la Cámara de Senadores, quien fue por demás ecuánime: aplaude la llegada del cambio, el comienzo de la nueva era, hizo referencia de su ideología de izquierda, aparentemente moderada y serena; e incluso me atrevo a decir confiada.

Miguel Ángel Mancera en su participación, solicita acabar con las grandes brechas de la desigualdad; como coordinador del PRD da la bienvenida al cambio, sin embargo solicita que los súper delegados obedezcan el Federalismo y enfatiza que en su partido siempre se respetará la Constitución.

El senador del Partido Verde Ecologista, Raúl Bolaños Cacho, en su discurso felicitó al nuevo Presidente, iniciando después una oda de alabanza a Francisco I. Madero, por el tema del sufragio efectivo no reelección; sin duda alguna su participación fue la más desafortunada, el senador dio a conocer su muy limitado conocimiento de la Historia de México, insistiendo en poner como héroe a un títere de los Estados Unidos, de carácter débil y confiado.

René Juárez Cisneros, coordinador de la fracción parlamentaria del PRI, en su intervención aseguró que desde su partido habrán de levantar la voz cuantas veces sea necesario, con energía y determinación, con la fuerza de los argumentos y la razón; pero nunca estarán de rodillas o actuando indignamente ante el poder.

El Partido Acción Nacional sólo se destacó por colgar la manta en el recinto que rechazaba la presencia del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, quien por cierto, no asistió a la toma de protesta, sólo a la comida con los mandatarios.

Mientras tanto, el presidente López Obrador realizaba su recorrido hacia la Cámara de Diputados, cientos de personas trataron de tener contacto con él durante su trayecto; un ciclista logró alcanzarlo para darle un mensaje en la ventanilla de su automóvil: “Tú no tienes derecho a fallarnos”.

Con estas palabras que engloban el sentir del pueblo mexicano, Andrés Manuel López Obrador hace su arribo al Palacio de San Lázaro, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller; para ser recibido por los diputados y senadores designados para dicha comisión.

Al contrario de lo que ocurre en otros países, en la ceremonia de investidura mexicana, en la parte oficial, no hay un juramento ni se abre espacio a simbolismos religiosos como evocar a Dios o usar una Biblia.

Cuando México se convierte en un país laico, todos los simbolismos que tenían que ver con el juramento religioso fueron sustituidos por una terminología liberal; en la toma de protesta el Presidente de la República debe pronunciar 61 palabras:

“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande”.

Con estas palabras y la colocación de la Banda Presidencial se culmina el acto con el cual asume el poder.

El presidente dio un discurso fuerte, en el cual señala los abusos y actos de corrupción de los gobernantes neoliberales, tristemente en la mayoría de sus aseveraciones tiene razón, han sido esos errores y abusos los que hoy le dieron la oportunidad de encabezar el cambio.

López Obrador aseguro que esta “nueva etapa” iniciará sin perseguir a nadie porque no le apuesta al circo ni a la simulación, además porque no habría juzgados ni cárceles suficientes, y se llevaría mucho tiempo, energía y recursos.

Prometió que no buscaría una reelección, por el contrario él mismo se sometería a la revocación del mandato, pues es su deseo que el pueblo tenga las riendas del poder, y en dos años y medio harán una consulta pública para preguntarle al pueblo si quieren que el Presidente de la República se mantenga en su cargo.

En su discurso que duró más de una hora, realizó varios anuncios importantes, como la creación de una zona libre en la franja fronteriza del norte de México, no habrá compra de vehículos para los nuevos funcionarios, además venderá todos los aviones y helicópteros para cancelar los viajes privados, duplicara la pensión a adultos mayores la cual será universal, incluyendo a pensionados del ISSSTE y del IMSS.

Al terminar el evento protocolario el presidente de México tuvo una comida con mandatarios en el Palacio Nacional; al finalizar se llevó a cabo en el Zócalo capitalino la ceremonia de purificación donde incluso se le pidió a la virgen de Guadalupe que lo libere de todos los males…  después le fue entregado el bastón de mando, símbolo de poder con el cual conducirá al pueblo mexicano de acuerdo a las tradiciones indígenas.

El que persevera alcanza es la mayor de las enseñanzas, 18 años y tres campañas electorales fueron el largo camino que recorrió Andrés Manuel López Obrador para convertirse en presidente de México; transformando su sueño en realidad.

La expectativa del pueblo mexicano hacia un presidente nunca fue tan alta, López Obrador recibe un país dolido, marcado por la corrupción, los abusos del poder, los favoritismos y una grave crisis de seguridad, como el mismo asegura: No tiene derecho a equivocarse.