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Día del Libro

Los grandes momentos en la historia de la humanidad no son tan casuales como pareciera

Aseguraba el genial Jorge Luis Borges: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”. Desafortunadamente, en México se escribe más de lo que se lee (un promedio de medio libro por año). El descenso del número de lectores ha sido vertiginoso durante los últimos 30 años, cuando empezó el proceso de desculturización de los mexicanos y se desarrollaron los sistemas electrónicos y cibernéticos dominando las telecomunicaciones. Además, poco se entiende lo que se lee.

Fragmento de La historia de Iza (Grace Ransay): “Cuando la tormenta pase/ Y se amansen los caminos/ y seamos sobrevivientes/ de un naufragio colectivo. Con el corazón lloroso/ y el destino bendecido/ nos sentiremos dichosos/ tan sólo por estar vivos”.

Día del Libro

Fue el primero de abril de 1933, cuando, por iniciativa del presidente Abelardo Rodríguez, el Congreso de la Unión decretó esta fecha Día del Libro como parte de los eventos conmemorativos del centenario de la fundación de la Biblioteca Nacional de México. La fecha se celebró hasta el día 12 de noviembre de 1979, cuando, también por iniciativa presidencial y como parte del homenaje rendido en el aniversario de su natalicio a Sor Juana Inés de la Cruz, la Décima Musa, se instituyó el Día del Libro.

“Y le daremos un abrazo/ al primer desconocido/ y alabaremos la suerte/ de conservar un amigo. Y entonces recordaremos/ todo aquello que perdimos/ y de una vez aprenderemos/ todo lo que no aprendimos”.

Los grandes momentos en la historia de la humanidad no son tan casuales como pareciera, tal vez por ello, en la España de fines del medievo, se dio la conjunción de elementos tan disímbolos como el papel, inventado por los chinos y llevado a Europa por los árabes; la fundación de la Universidad de Alcalá de Henares, cuyo creador, el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, introdujo en la cátedra el estudio de los clásicos helénicos y produjo la Biblia Polígrota Complutense, la primera completa con los aportes de autores de todo el mundo antiguo, adquiridos con costo directo al fondo del cardenal. 

“Ya no tendremos envidia/ pues todos habrán sufrido./ Ya no tendremos desidia/ Seremos más compasivos. Valdrá más lo que es de todos/ Que lo jamás conseguido/ Seremos más generosos/ Y mucho más comprometidos”. 

Cisneros trajo a España la imprenta inventada por los alemanes y así pudo difundir los evangelios completos, incluyendo el Nuevo Testamento y otros textos traducidos por los expertos de la UAH de sus originales en arameo, hebreo, griego y latín. Pero, no sólo eso; el cardenal fue la figura central de la aventura de Colón que culminó con el descubrimiento del nuevo continente; de su poblamiento y de las acciones reales y papales para reconocer en los habitantes de las nueva tierras la dignidad humana.

“Entenderemos lo frágil/ que significa estar vivos/ Sudaremos empatía/ por quien está y quien se ha ido. Extrañaremos al viejo/ que pedía un peso en el mercado,/ que no supimos su nombre/ y siempre estuvo a tu lado”.

Todos quienes tenían algo qué ver con la cultura el cualquiera de sus tres grandes campos: arte, ciencia y moral, encaminaron sus paso a la Universidad de Cisneros. El primer libro que se publicó en Alcalá de Henares fue titulado Vita Cristi cartuxano, de Ludolfo de Sajonia, traducido al español por fray Ambrosio de Montesino en 1502. La mayoría de esos libros expresan el conocimiento y el pensamiento intelectual de la época histórica, por su contenido científico, literario, teológico, legal y humanista.

“Y quizás el viejo pobre/ era tu Dios disfrazado./ Nunca preguntaste el nombre/ porque estabas apurado. Y todo será un milagro/ Y todo será un legado/ Y se respetará la vida,/ la vida que hemos ganado”.

La historia del libro está ligada a la evolución de la imprenta que viene desde los albores de la humanidad, cuando utilizando diversos métodos, el hombre grababa en piedra o en cualquier base que pudiera conservarse. El primer avance técnico se dio en China, en el siglo VI d. C., cuando surgió la impresión con bloques de madera; también los chinos inventaron los tipos móviles, que no eran funcionales porque se fabricaban en arcilla y se rompían fácilmente. En Alemania se inventaron los tipos móviles de madera y una tinta de consistencia oleosa que facilitaba la impresión, Después llegó la rotativa, el Offset y la actual impresión láser.

“Cuando la tormenta pase/ te pido Dios, apenado,/ que nos devuelvas mejores,/ como nos habías soñado”.

Dice un proverbio hindú que: “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”. Lo que conduce a la reflexión de que la humanidad vive una magnífica oportunidad para reencontrarse con sus viejos y buenos amigos.