‘Yo no fui, fue Tete’

Necesitas contratar a un empleado para el puesto de crédito y cobranza. Tienes dos candidatos. Uno es talentoso pero flojo y el otro no es tan talentoso, pero súper responsable. ¿A cuál contratarías? Yo me quedaría con el responsable y les diré la razón. El talento es algo con lo que se nace o no, sin embargo, las habilidades son completamente desarrollables. Estoy convencido que es mucho más fácil que alguien aprenda algo nuevo (aunque esté complicado), que quitarle lo flojo a una persona. ¿O no? 

Si haces un recuento de los últimos cinco años, vas a encontrar algún momento o alguna situación en la que has jugado el rol de víctima. Frecuentemente escucho esto en consulta: “¿Cómo no quieres que tenga sobrepeso si siempre hay frituras en la casa? ¿Cómo voy a ahorrar si no me alcanza el salario? ¿Cómo me voy a titular si mi pareja es tan absorbente? ¿Cómo voy a hacer ejercicio con el horario que tengo en el trabajo?” Y así me puedo seguir. Pareciera que el mundo conspirara en su contra. 

La victimización es un hábito patético que sólo te lleva a no tener resultados favorables en la vida. Los que juegan este rol son expertos en encontrar excusas y responsabilizar a los demás de su estancamiento. Se quejan para que se compadezcan de ellos, juran que el destino se ensaña con ellos, buscan pretextos para no actuar y naturalmente se resisten a aceptar la responsabilidad de lo que les sucede.

Muchas veces el rol de víctima está tan tatuado en la conducta que ni siquiera se dan cuenta. Observa en cuántas de las siguientes situaciones te identificas:  

• Cuando tienes un problema te quejas más de lo que haces para resolverlo. 

• Según tú, tu forma de ser viene de familia. 

• Crees que no puedes destacar en tu trabajo por tu jefe o tus compañeros. 

• Tienes muchos clientes difíciles y por eso no logras alcanzar tus metas.  

• Si algo no te sale bien, seguramente fue por la culpa o el error de alguien más. 

Ve la diferencia entre estos dos enunciados: “Es que así me dijeron que lo hiciera y por eso salió mal” Vs “Así lo hice, salió mal, acepto mi error y busco cómo repararlo”. ¿Ves que diferente es hablar en primera persona? Hemos aprendido que las personas más inteligentes son las que no se equivocan, pero en la vida real las gente más inteligente es la que aprende de sus errores.

Todo cambio en la vida implica una decisión, constancia y disciplina. Cada compromiso implica un costo. Les diré algo, el rol de víctima hace que termines pagando un costo mucho más alto. Más de alguna persona vive con el combo activado de “flojera, pretextos y postergación” y luego se preguntan por qué no salen las cosas como ellos esperaban. Por tal razón, si tienes que elegir entre un talentoso pero perezoso o a alguien responsable, elige siempre al responsable porque el talentoso siempre ocultara su flojera con pretextos. Y que quede claro que una de las satisfacciones más grandes en la vida que puedes tener es hacerte cargo de tu existencia. Entre más responsable seas de tu presente, mayor capacidad tendrás de crear el futuro que buscas. ¡Adiós victimilandia! #Anótele 

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Coach Gerardo Morenoa