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“Día de muertos”

«¿Se puede vivir tras la pérdida?»

Definitivamente si hay algo en la vida a lo que nos enfrentaremos será a la pérdida. Desde un trabajo, una relación, algún bien, una mascota e inevitablemente a la pérdida de un ser querido. Definitivamente la partida o muerte de alguien a quien amamos nos sacudirá y nos enfrentará a los peores infiernos. 

Cada caso es distinto. No es lo mismo tener a un familiar agonizando en el hospital durante meses, que llega un momento es que nos empezamos a “preparar” o hacer a la idea que el fin se avecina. Lo contrario sucede cuando la muerte es inesperada, sin embargo, en ambos casos, será inevitable atravesar por las etapas de un duelo. Las cuales no tienen un orden o secuencia definida, pero el objetivo al transitar un duelo es llegar a la tan anhelada aceptación. 

“Día de muertos”

Habrán personas que ante la noticia se bloqueen, enfurezcan o depriman. Cualquiera de estas emociones o reacciones son completamente naturales. Lo que no es natural (ni sano) es estancarse o estacionarse de forma permanente en ellas. Estarás de acuerdo conmigo que no es vida vivir trinando de coraje, vomitando furia y con velo de amargura tatuado en el rostro. Tampoco es opción vivir como víctima, sin esperanza y con una desolación que contagia a los demás. 

Estoy convencido de que somos biología y cada uno de nosotros tenemos una fecha de caducidad inscrita en alguna parte del cuerpo (que afortunadamente no se ve y que muchos le llaman “destino”) y muchas personas se resisten a reconocer que en algún momento acudirán a esa cita con la muerte o que les tocará vivir la partida de alguien significativo para ellos. Una vez que llega la muerte de alguien, la pregunta es: “¿Realmente se puede superar la muerte de un ser querido?” Les diré lo que pienso al respecto: “No me gusta la palabra «superar», porque significa «dejar atrás», incluso hay personas que la asocian con olvidar y, sinceramente, no creo que alguien pueda dejar atrás u olvidar lo vivido con esa persona. Lo que sí creo, es que podemos llegar a aprender a vivir con esa ausencia y con los momentos de tristeza que enfrentaremos”.

He atendido a muchas personas que no logran salir del duelo y literal, no paran de llorar y vivir en un profundo dolor. Muchas veces el que duela mucho no significa que lo quisiste mucho, tal vez significa que no lo quisiste bien y por eso no puedes soltar el dolor causado por la culpa”. Cuando atraviesas el duelo en un tiempo considerable y gradualmente reenfocas tu vida, eso no es sinónimo de que no lo quisiste, sino que lo quisiste bonito. ¿Ves la diferencia?

Entonces, ¿Qué hacemos después de la pérdida? Después de la pérdida, es necesario que te permitas sentir lo que surja, no importa si es miedo, rabia, enojo, negación o tristeza profunda. A los duelos y a las emociones no se les saca la vuelta, se les atraviesa. Cada vez que contactas una emoción, estás liberándola. Una vez que te quede claro que las emociones que surjan son las que necesitas vivir, entonces es momento de hacerle un tributo u homenaje a tu ser querido. 

¿Cómo se hace un homenaje? “Pagándole” su partida con tu alegría. Las lágrimas, el tormento constate y la lamentación, son un triste homenaje para esa persona y lo que compartieron. Hazle un homenaje “pagándole” su partida a través de tus ganas de vivir y dándole un propósito a tu dolor. El dolor sin propósito es sólo tortura. 

No tiene ningún sentido aguantarte un dolor de cabeza o un dolor de muela, porque ese dolor no tiene propósito. Sin embargo, los dolores de parto en la mujeres tienen el propósito de dar a luz. Lo mismo sucede con tu dolor emocional causado por la pérdida. Dale un propósito a ese dolor, un objetivo, un sentido. ¿Cuál proyecto en tu vida tienes pendiente? ¿Cuál meta tienes inconclusa? ¿Cuál asignatura está en el tintero? A la persona que partió le hubiera gustado verte realizado(a), al hacerlo, les estarás haciendo ese homenaje, ese tributo. El día de muertos es para celebrar su vida, para honrar su camino por tu camino. El mejor tributo es vivir y no estar muertos en vida. #Anótele 

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