Columnas > UN VIAJE AL PASADO

Recordando a Raúl González Rodríguez

Hoy quiero que me acompañes a hacer Un Viaje al Pasado para recordar a un gran deportista que alcanzó el éxito a base de mucho esfuerzo, disciplina y trabajo, me refiero a Raúl González Rodríguez.

González Rodríguez, oriundo de China, un pequeño pueblo del estado norteño de Nuevo León, nació un 29 de febrero de 1952, hijo del señor Heriberto González Quintanilla y la señora Felipita Rodríguez.

Recordando a Raúl González Rodríguez

En el año de 1953 en busca de nuevos horizontes sus padres deciden trasladarse a Río Bravo en la frontera norte de Tamaulipas, donde su madre hacía trabajos de costura y su padre trabajaba en las pizcas de algodón, jornadas de trabajo que realizaba desde muy temprano para aprovechar el fresco de la mañana, puesto que los días eran muy calurosos.

Al paso del tiempo y con muchos sacrificios su padre construyó una casa de madera con láminas de cartón en las afueras de Río Bravo que en ese tiempo era un ejido, fue su morada por varios años, y conforme mejoraba su situación económica, también aumentaba el número de hermanos los cuales llegaron a ser 13, 9 hombres y 4 mujeres, cuenta que su padre antes de casarse se iba continuamente a Estados Unidos a trabajar de brasero y volvió a irse cuando al poco tiempo de llegar a esta ciudad, se agotaron los campos algodoneros.

Sus estudios los realizó en la escuela primaria Club 20 30, la secundaria en la Alfredo del Mazo y la preparatoria popular, en ese tiempo le interesó mucho el deporte después de 3 años y medio de prácticas deportivas durante las cuales intentó destacar en el futbol, el beisbol, el boxeo, y las carreras, se dio cuenta y estaba convencido de lo que más le gustaba eran los deportes individuales no en equipo. En los que todo depende de uno, en los que inviertes esfuerzos y corres el riesgo personalmente, en los que los malos resultados no se comparten.

En septiembre de 1969 sale de su casa en contra de la voluntad de su padre quien le insistía que bien podía trabajar en su taller, su madre se mostró imparcial y aceptó su decisión y con muy pocos recursos económicos se va a la Universidad Autónoma de Nuevo León en la ciudad de Monterrey con la intención de estudiar la carrera de físico-matemático, soñaba con graduarse en esa profesión y llegar a ser un gran y brillante científico. 

Ya en Monterrey vivió con un grupo de amigos que lo ayudaban a sostenerse económicamente, cuenta que debido a su pobreza, algunas veces recorrió varios kilómetros desde el lugar donde vivía para asistir a clases en la universidad.

El 16 de septiembre de ese mismo año aprovechando el fin de semana regresa a Río Bravo, ese mismo día el profesor Guadalupe Hernández quien había sido su maestro de educación física en la secundaria organizaba una carrera para celebrar el aniversario de nuestra independencia nacional lo invita a participar, la sorpresa fue que ya estando en la línea de salida para arrancar les dice esta prueba será de caminata de 3 kilómetros sin dejarlos salir de su asombro se apresuró a hacerles una demostración de la técnica de la marcha y luego dio inicio a la competencia.

Ya en la línea de salida mejor era participar aunque nunca lo había hecho en una prueba de este tipo. Ganó con una buena ventaja, siendo su primera competencia de caminata un 16 de septiembre de 1969.

En el año de 1971 fue para él, un buen año en el terreno deportivo, pues logró un honroso 3er. lugar en Kingston Jamaica en el campeonato centroamericano y buenos resultados en una gira de competencias del equipo nacional por los Estados Unidos. Sin embargo en el aspecto escolar fue difícil, andaba de una escuela a otra y no podía darle continuidad a sus estudios de físico-matemático, por  más que lo intentaba. El entrenamiento era pesado y más aun tratando de ser el mejor.

A finales de 1972 regresa al tecnológico de Monterrey y gracias a una beca que le dio ese centro de estudios tuvo la posibilidad de terminar su licenciatura de físico-matemático, sin embargo a los pocos meses tomó la decisión más importante de su vida, abandona el tecnológico y regresa al centro deportivo mexicano para continuar su carrera deportiva.

En el año de 1973 se entregó por completo a los entrenamientos, decidido a hacer hasta lo imposible por llegar a ser el mejor, ese mismo año decide mejorar sus marcas, y pasó a ser el mejor en 20 kilómetros al ganar el Campeonato Nacional. Y fue reconocido como el mejor atleta mexicano y esto lo motivó a seguir adelante con más fe y confianza.

En el año de 1974, calificó para participar en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe que iban a realizarse en Santo Domingo, República Dominicana en donde ganó medalla de oro.

En el año de 1975 participó por primera vez en los juegos Panamericanos, pero en la competencia eliminatoria falló quedando fuera del equipo Nacional. Eso mismo año contrae nupcias en Santo Domingo, con la señorita Yvette.

En el año de 1977 fue reconocido con el Premio Nacional de Deportes por el presidente de la república mexicana.

En el año de 1979, gana el segundo lugar en el campeonato Centro Americano del Caribe en Santo Domingo. En el año de 1982 participa en los XIV juegos Centro Americanos del Caribe obteniendo el primer lugar en la categoría de los 50 km, asimismo el en año de 1983  participa en los juegos Panamericanos en Venezuela obteniendo otro primer lugar. Pero fue en el año de 1984 cuando obtiene uno de sus más grandes logros deportivos compitiendo en los juegos Olímpicos de los Ángeles en Estado Unidos en donde también obtuvo el primer lugar.

Gracias a ese logro, le ofrecen que se haga cargo de la Institución deportiva del Estado de Nuevo León, algo que con mucho orgullo aceptó, también fue presidente ejecutivo de la liga mexicana de beisbol profesional.

Así ganó muchas competencias, seguía luchando cada vez más por sus sueños, entrenando duro y fuerte, para poder alcanzar cada una de las metas que se proponía diciendo: En la vida bien vale un esfuerzo por ser alguien.

Es por eso y más que hoy reconocemos a Raúl González Rodríguez como Orgullo deportivo e hijo adoptivo de esta ciudad.

¡Gracias por hacer juntos Un Viaje al Pasado, hasta la próxima!