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Recordando a Porfirio Hernández Gzl. ‘Don Pilo’, el señor de las aguas frescas

Hoy quiero que me acompañes a realizar Un Viaje al Pasado para recordar a un hombre de gran corazón, alegre, honesto, pero sobre todo muy trabajador, me refiero a Don Porfirio Hernández González, mejor conocido como “Don Pilo”, el señor de las aguas frescas.

Don Porfirio nació el 15 de septiembre de 1932 en Xilitla, San Luis Potosí, hijo de Leonardo Hernández Aguilar y de Doña Petronila González, tuvo una hermana llamada Maclovia Rubio González. En el año de 1949 teniendo 16 años de edad, llega a radicar a Río Bravo, su primer trabajo fue en la empresa Construcciones Hidráulicas, en donde laboró por un año, gracias a que vio que como comerciante ganaba mejor.

Recordando a Porfirio Hernández Gzl. ‘Don Pilo’, el señor de las aguas frescas

Cuenta Don Porfirio que un día salió a vender con un canasto repleto de naranjas con chile, y al final del día, fue tan grande y productiva su venta que al hacer cuentas, vio que en un día de vender su producto, ganaba 5 veces más de lo que sacaba en toda una jornada pesada de trabajo, así fue que emprendió su negocio de venta de aguas frescas y frutas naturales, esto no sin antes probar suerte como bracero en los Estado Unido de Norteamérica.

En el año de 1956, se enamora de la señorita Carolina Trejo, con quien contrae nupcias, procreando a 6 hijos, 5 mujeres y un hombre, Nohemí, Ruth, María Luisa, Raquel, Salatiel y Esthela Hernández Trejo.

Se mantuvo en su negocio por más de 50 años vendiendo sus frutas, raspas y aguas frescas en la calle Matamoros esquina con la avenida Francisco I. Madero, donde un día fuera la papelería El Bachiller, a diario acudían los estudiantes de la escuela Benito Juárez además de muchos más clientes, siempre fue muy amable y platicador, sus productos siempre eran frescos y deliciosos. Gracias a la venta de estos productos pudo ayudar económicamente a gente de bajos recursos e incluso regalaba agua y frutas a algunos niños que no tenían con que comprar sus productos.

Debido a este trabajo, consiguió hacer una casa para su esposa y sus hijos, así como logró darle estudio a sus hijos, a dos de ellos una ingeniería, no contento con eso, también apoyó a dos de sus nietos para que siguieran estudiando.

Fue pionero del Sindicato de Comerciantes de Río Bravo, en donde desempeñó casi todos los cargos en diferentes ocasiones.

Actualmente vive con dos de sus hijas, se retiró de trabajar debido a complicaciones de salud, hace un año sufrió una parálisis facial la cual le impide hacer muchas de sus actividades regulares, cuentan sus hijas que gracias a Dios, se ha recuperado mucho, sólo que han quedado secuelas.

Es por eso y más que hoy recordamos con mucho cariño a Don Porfirio Hernández González mejor conocido como “Don Pilo”, el señor de las aguas frescas.

¡Muchas gracias por hacer juntos Un Viaje al Pasado, hasta la próxima!