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¿Qué tanta intimidad tienes con tu pareja?

La intimidad va más allá que compartir la cama.

Que complejo es el tema de la intimidad, porque muchas personas lo asocian únicamente con hacer el amor, cuando en una verdadera relación de pareja no sólo se trata de hacer el amor, sino también de hacer la amistad. 

¿Qué tanta intimidad tienes con tu pareja?

Veámoslo desde esta óptica. Yo asumo que a lo largo de tu vida has tenido más de alguna amistad sincera. Más allá de que comparten gustos y puntos de vista, lo que verdaderamente la sostiene y nutre es la aceptación, es decir, es una persona que te conoce tal cual eres y, aun así, decide quedarse con tu amistad. El hecho de “aceptar” a alguien no significa que en todo estarán de acuerdo, sin embargo, el respeto está presente en todo momento. Con esa amistad puedes hablar prácticamente de cualquier tema y, es más, en ocasiones con el sólo hecho de que te escuche puede ser suficiente. 

Con una verdadera amistad puedes conversar y compartir tus contradicciones, anhelos, miedos, complejos y tus fortalezas. A esa amistad le permites ver tu luz y tu sombra. Incluso, esa amistad te hace ver puntos de vista que no veías, no para convencerte de que estás bien o mal; al contrario, trata de ampliar tu visión (con cabeza fría) para que decidas de forma más responsable y consciente. 

Lo mismo pasa en las relaciones de pareja, además de hacer equipo en el hogar, las finanzas, proyectos o con los hijos, también hay una gran amistad de fondo, porque con el paso de los años, se diluirá el aspecto erótico y con lo que se quedarán será con la amistad. Decía una maestra que, al elegir pareja, era indispensable elegir a una persona que fuera un gran conversador, porque será al final una columna importante para sostener la relación. 

Estoy de acuerdo que no es necesario compartir toooodo con la pareja, hay cosas que se las platicas sólo a tu mejor amigo, a tu consejero espiritual o terapeuta. Hay que ser sinceros, pero sensatos. Hay un abismo de diferencia entre honestidad y descaro. El ser humano tiene un aspecto público y un aspecto privado. Lo que sucede mentalmente en lo privado, es mejor que ahí se quede. Sólo son pensamientos que entran como un tren por un túnel, pasan y se van. Por ejemplo, si viendo una película sale un actor o una actriz que te parezcan bellos y tú piensas: “¡Dios mío, que mujer, a ella le daría hasta para llevar!” Ese tipo de pensamiento no es necesario que lo compartas, sólo vas a contaminar la relación y, además, lo más seguro es nunca vayas a conocer a la actriz y probablemente si la conocieras, no te haría caso. Por lo tanto, es mejor guardar esos impulsos o contradicciones y no comentarlas, porque sólo restaran intimidad a tu relación. 

Regresando al tema de la amistad, yo tengo una amiga -a la que adoro- y confío mucho en su forma de ver la vida. Cuando necesito que alguien me dé foco y me ponga en mi lugar, recurro a ella. Sé que su punto de vista jamás será tendencioso y aunque me diga las cosas sin filtros, directa y a la yugular, le agradezco que me sacuda y me haga ver las cosas como son, en lugar de estar haciéndome chaquetas mentales. Por supuesto que también bromeamos, nos reímos y, sobre todo, hablamos con la neta. ¿Tú podrías sentirte así de cómodo en tu relación de pareja? (Omitiendo los pensamientos privados, esos sólo son tuyos)  

Si pudiera definir qué es la intimidad en pareja, la definiría de la siguiente manera: “Cuando eres capaz de escuchar tu peor verdad y respetarla. Cuando eso sucede, entonces estás listo para la verdadera intimidad.” Intimidad, significa tener confianza de que puedes ser tú, abrirte, compartir tus temores (y mostrar tus lonjitas), teniendo certeza que no habrá juicio, sino empatía, entonces estarás teniendo una verdadera intimidad. 

¿Qué es lo que pasa cuando vives en una relación llena de juicios y criticas? Simplemente no hay espacio para que nazca o se fortalezca la intimidad, porque estarás constantemente desconfiando y dudando de tus decisiones o procederes. Intimidad es permitirle a otra persona conocer tus temores, debilidades y defectos, teniendo la certeza que jamás oprimirán esos botones para lastimarte. 

Así como confías en el GPS del auto que te llevará a tu destino, imagina que de la misma forma ustedes como pareja pudieran confiar en las decisiones de ambos. Sabiendo que en todo momento serán tomadas para el máximo bien de la pareja y la familia. Si por alguna razón algo no sale bien, entonces juntos recalculan el GPS. Tener intimidad no significa que no tendrán problemas, sino que juntos podrán encontrar soluciones. Ahora bien, te vuelvo a preguntar: ¿Cuánta intimidad tienes en tu relación? Nos leemos la próxima semana. #Anótele 

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