Lo dicho: el futbol borró del pizarrón las campañas

El domingo algunos candidatos ya mejor optaron por dar el cerrojazo a las campañas políticas, una decisión lógica y natural porque el Mundial de futbol materialmente está borrando del pizarrón la actividad política. 

La euforia por el soccer va subiendo de tono y reflejo de ello es que los vendedores ambulantes de playeras de la “Verde” y toda clase de ‘‘suvenires’’ todavía el domingo por la mañana tenían mercancía a la venta pero para en la tarde comenzaron a tener demanda y ésta irá creciendo conforme México vaya avanzando en ese torneo.

Entonces, ante esa situación los candidatos están optando mejor por dar por concluidas las campañas que además a nueve días de que concluya el periodo ya no hay proselitismo que hacer. Lo que lograron ya difícilmente lo podrán incrementar, eso sí, el voladero de operadores políticos va a estar a la orden del día.

Ojalá y solamente sea por las buenas y entre esos modos incluyo hasta el sobornarlos. Sería muy lamentable que se dieran casos de violencia física o moral para hacerlos cambiar de bando.

Y no estoy hablando de fantasías, los partidos políticos bien saben que esas prácticas nocivas aparecen y si no ahí está el número de candidatos que han sido asesinados en lo que va de esta temporada política.

Afortunadamente Tamaulipas no ha contribuido a esa estadística pero eso no quiere decir que estamos exentos de la violencia y menos cuando nuestras vidas transcurren en medio de la inseguridad. Ya hemos visto que para los malandros no hay días de descanso o de veda, en cualquier momento se agarran y si se registran balaceras el día de las elecciones obvio que eso va a influir para detener el flujo de votantes hacia las casillas y aquí en nuestra querida Reynosa el padrón consta de poco más de 500 mil votantes y las autoridades electorales calculan que habrá una votación entre un 60 y 70 por ciento.

Estamos hablando que si fuese un 60 serían 350 mil sufragios aquí en Reynosa y eso pone la cerca muy alta para los candidatos. Hasta ahora ninguno de los alcaldicios ha logrado obtener los 100 mil votos. Los del PRI ya traían como marca y en promedio 90 mil votos hasta que se desfondaron en las elecciones de 2016 donde apenas obtuvo ERNESTO ROBINSON 65 mil sufragios pero no porque haya sido malo el candidato, al contrario, pero dicen los corridos que el día de las elecciones la estructura política tricolor fue paralizada y aunque no hay pruebas tangibles de lo anterior porque esas órdenes se trasmiten en forma verbal y a los que les llegaron a constar los hechos obvio que nunca iban a declarar sobre los mismos pero el caso es que fue totalmente incoherente que el PRI con un buen candidato como innegablemente lo fue ERNESTO ROBINSON perdió estrepitosamente y quedó muy por debajo de su promedio habitual que ya era de 90 mil votos.

En estas elecciones del próximo primero de julio aun con 100 mil no será suficiente ni para el PRI, ni para el PAN ni para el MORENA.

Tienen que proyectar 120 mil votos tomando en cuenta que calculan las autoridades electorales que por lo menos votarán 350 mil. Eso dejará 230 mil votos en el aire. Pero siendo realistas no creo que vayan a votar el 70 por ciento de los electores. 350 mil ciudadanos acudiendo a las urnas es un gigantesco ejército y se me hace que si lo hicieran eso provocaría filas interminables por las aproximadamente 700 casillas en las que están incluidas las “bis” o adicionales y las especiales.

Se me hace muy optimista que vayamos a ver enormes filas en estas próximas elecciones, pero de ese tamaño está el padrón electoral y el cálculo de un 60 a un 70 por ciento si bien parece viable se me hace que en los hechos causaría trastornos y muy prolongados para que la gente quiera emitir su sufragio, así que mejor vamos a esperar.

Y entre tanto comienza a cundir la versión de que las encuestas que marcan unánimemente como favorito a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR están equivocadas, no porque las hayan llevado con dolo los encuestadores, sucede que buena parte de la gente no suele responder con honestidad a los cuestionarios. Y si no confiesan con sinceridad sus pecados ante un líder religioso,  menos van a confesar sus preferencias electorales a un entrevistador que además no saben quién es ni de donde salió.

Esa posibilidad le mete dudas a los que ya cantaban que este arroz ya se coció en lo que corresponde a la presidencia de México.

Y por hoy, BASTA.

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