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LE LLUEVE A CFE

Como hongos provocados por la lluvia están aflorando quejas por los elevadísimos recibos de consumo de energía eléctrica, y lo peor es que no obstante el clamor, la Comisión Federal de Electricidad no se digna ni siquiera a emitir un comunicado que explique el porqué de los desorbitantes incrementos.

Y no se trata de quejas aisladas sino generalizadas, basta con que cada quien platique con sus respectivos conocidos o vecinos para llegar a la conclusión de que a todos nos dejaron caer la vara.

LE LLUEVE A CFE

Con ello se esfumó otra de las esperanzas del gobierno de la Cuarta Transformación habida cuenta que el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR siempre dijo que, por el bien de México, primero los pobres, pero para la CFE esa proclama no cuenta, pasó a cuchillo a los consumidores lo mismo pobres que medianos y ricos y en una época en donde todos estamos al punto de la asfixia.

La pandemia nos trae como atarantados, ni por asomo contemplábamos un recibido de luz al doble y hasta el triple del habitual cobro.

Y que nos salgan con lo que sería una insultante explicación de que el incremento es por el confinamiento porque aun aceptando esta situación, la medida sanitaria si bien es cierto tiene ya poco más de dos meses, el consumo que están facturando corresponde a los meses de marzo y abril y como los recibos son bimestrales por lo tanto no va incluido el total del consumo de la pandemia, éste en todo caso vendrá en el siguiente recibo.

Pero tampoco tomaron en consideración que en lo que va del presente año no hemos tenido calor con todo y que ya empezó la temporada de temperaturas altas, que se han registrado algunos días, pero no en forma sostenida.

Tampoco podrán decir que la elevación del consumo obedece a que no han de estar en buenas condiciones las instalaciones eléctricas de los domicilios, ni modo de dar por cierto que todos los consumidores tienen cortos en sus líneas. Entonces, cualquier explicación como las que les he narrado no aguantan un elemental razonamiento y el bolsillo de la gente menos.

Por si ello fuera poco los precios de productos básicos, por la pandemia han subido exponencialmente. La gente aguanta vara porque está consiente a qué se debe el incremento, pero aún así no está ni por asomo al nivel de los consumos de los recibos de luz.

En cambio, hay quienes y son muchos, para los que esto de la pandemia ha servido para fomentar la cuatitud que comprende la carne asada con su respectiva “cheve”. El precio de esta última está no por las nubes sino por la luna.

Increíble que haya quienes paguen hasta 250 pesos por un “six” y lo más increíble es que este pasado fin de semana se acabó el producto, lo mismo en los grandes centros comerciales que en las tiendas de conveniencia y en las tienditas que aún sobreviven por las colonias de las orillas, escasez que provocó el incremento en el consumo de vino y bebidas mixtas que también volaron de los “stands”.

Pero el chupe predilecto, todos sabemos, es la cerveza tan así que un conocido “lilo” de las redes sociales salió ofertando un 24 de Tecate a cambio de ya sábanas para qué te lo digo. Supongo que le sobraron prospectos para el intercambio porque en nuestra querida Reynosa hoy en día han cambiado tanto los gustos que ya nadie se sorprende.

Pero regresando con la CFE, ojalá y tomen medidas, la primera sea la atención directa. La gente está como agua para chocolate y no se vale que lo tengan toda la mañana para que los atienda una computadora.

La dirección general de la CFE debe ponerse en los zapatos de los consumidores, que no tienen la culpa que le hayan echado a perder la venta de ventiladores al hijo de MANUEL BARTLET, un jovenazo que se andaba despachando con la cuchara grande y lo peor, aprovechando la circunstancia de escasez de ventiladores y el consecuente aumento en su requerimiento.

Fue hasta criminal lo que hizo el joven Bartlett, pero bueno, cuando menos le echaron a perder el negocio y sufrió la experiencia más ardorosa como es el llamado “vómito negro”.

Por otra parte, mientras que en el vecino estado de Nuevo León hay una de tirones por levantar la cuarentena o más bien sesentena, en Tamaulipas altiva y heroica no hay discusión al respecto. El Estado está firme, aunque esta termina el día ultimo del presente mes y los municipios no se ponen al brinco a la determinación.

Los que sí ya están a punto de quiebre son los restaurantes, micro negocios y el comercio informal, aunque la gente por su parte da la impresión de que para ellos ya terminó la sesentena. Lo digo por el intenso tráfico vehicular que se vio en nuestra querida Reynosa este pasado fin de semana. La duda es a donde podían ir si estaban cerrados restaurantes y negocios porque si bien hubo tiendas como Coppel y Electra, fue para atender servicios bancarios y recibir pagos, pero es obvio que aprovechando el viaje ahí se concretaron ventas de algunos productos, total los clientes no iban a salir cargando en el lomo lo que compraron.

Lo anterior molesta a quienes sí han estado observando el cierre de actividades y lo que más desespera a los comerciantes y restauranteros es que se les fue una excelente oportunidad para incrementar sus ventas y recuperarse del colapso comercial por el cierre de la frontera que al no poder cruzar el río Bravo la gente acudiría a comercios y restaurantes de la localidad.

Tienen motivos para la molestia, pero el gobierno del estado no cede y hace bien, no es cosa de tomar decisiones chileras porque es mucho lo que está en riesgo.

Y mientras se da por descontado que las maquiladoras para antes del 31 de mayo ya estarán calentando motores por el inicio del nuevo tratado comercial con Canadá y Estados Unidos, allá en Nuevo Laredo algunas empresas manufactureras se quejan de que no los quieren dejar reanudar operaciones. Y huele a gas, usted como yo amigo lector bien sabemos que lo puntilloso de los inspectores no es por hacer cumplir el reglamento sino por otras cosas.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com