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Iniciamos un año difícil

Hoy empieza la primera semana del 2021, que uno quisiera que este año sea totalmente diferente al del 2020, pero usted como yo amigo lector bien sabemos que lo que pasa en el presente si no se toman medidas se va a repetir en el futuro, de ahí que lo único que puede uno esperar y con la ayuda de nuestro Padre Celestial es que en los meses subsecuentes la salud prevalezca por todos los hogares reynosenses y de Tamaulipas, como de México en lo general, pero para ello, vamos a tener que colaborar con las medidas sanitarias que hasta los niños ya las conocen.

Lamentablemente hay quienes creen ser inmunes a las enfermedades con todo y que ya hay sobradas pruebas de que el Covid no respeta edades, raza, ni credos, y aun así persisten las actitudes de los típicos importamadristas que si solamente ellos se contagiaran, muy su gusto y muy su decisión, pero desafortunadamente también contaminan a terceros y ahí es donde la autoridad, lo mismo la federal que la estatal y la local deberá ser muy enérgica con todos aquellos que anden en la vía pública sin el cubre bocas ni manteniendo la sana distancia.

Iniciamos un año difícil

Las defunciones a consecuencia del coronavirus están repuntando y nos presagian perdidas económicas y mucho dolor, una situación que ya la vivimos pero que por lo visto a muchos les pasó de noche y hoy están alimentando peligrosamente el recrudecimiento de esta letal enfermedad. En pocas palabras, se acabó el tiempo de la complacencia y el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR debe ser el primero en poner la muestra. No se entiende su necedad de no usar cubre bocas como tampoco se comprende su reticencia a no usar la fuerza pública para obligar a los irresponsables que andan por las calles a que cumplan con las medidas sanitarias.

El Covid es ya un problema hasta de seguridad nacional y con esa cautela se le debe de tratar.

Los buenos deseos son solamente eso, sin las acciones, las que nos harán que tengamos en el 2021 un año pletórico de salud que al gozarla nos va a permitir llevar a cabo todo tipo de proyectos, desde los morales hasta los materiales.

Mientras tanto y no es que sea pesimista, nunca lo he sido, pero veo que viene un año difícil. La economía va a repuntar, pero el rebrote del Covid dará al traste con lo avanzado.

Mientras tanto aquí en lo local, los baches van a seguir siendo parte del escenario, lo pavimentado el año pasado, en cuanto las lluvias aparezcan van a desnudar las deficiencias en el desarrollo de obras de pavimentación y los materiales de mala calidad utilizados.

La basura va a seguir por las esquinas. Y es que la gente de plano no quiere colaborar, que luego esa basura cuando llueve es arrastrada hacia las redes de drenaje sanitario que al taponearse obstruyen la circulación de las aguas negras y brotan por las alcantarillas, de ahí que visualizo un escenario de baches, fugas de aguas negras, “estrellas” diseminadas por los pavimentos cuando hay persecuciones, balaceras que en los últimos días de diciembre estuvieron a todo lo que da y con armamento de grueso calibre. Eran sonoros y hasta retumbantes los ecos del accionar de armas de fuego.

El ulular de sirenas también seguirá siendo parte de los sonidos en Reynosa y encima de ello el Covid, la influenza y el dengue, un panorama nada optimista que lo visualizo así porque no veo todavía las acciones preventivas, comenzando con el presidente López Obrador que sigue terco en su idea que este problema de la inseguridad se resuelve con abrazos y no a balazos que por un lado tiene razón desde el punto de vista prevención, que consiste, como todos sabemos, en dar buenos consejos para que los muchachos no anden descarriados, pero cuando los conejos entran por una oreja y salen por la otra y de socarrones pasan a la consumación de delitos, ya no se resuelve con abrazos el problema sino con investigaciones y muy persistentes para que la delincuente le hagan sentir que lo andan buscando, que no va a consumar fechorías con impunidad y conforme los vayan deteniendo los demás le irán bajando al volumen.

No es lo mismo salir a la calle a despojar vehículos o a asaltar farmacias o tiendas de conveniencia a sabiendas de que luego no los van a buscar, que hacerle al malhechor con el riesgo de ser detenido.

Estas omisiones o parálisis de la autoridad investigadora es lo que nos tiene sumidos en el miedo, lo mismo al salir a la calle que ya incluso en el domicilio. Cada vez es más frecuente la comisión de delitos crueles en los propios domicilios y cuando ya no se está seguro ni en el hogar, lo que viene es el caos y en Reynosa ya estamos en la raya.

Lo que aconteció en el populoso sector denominado Jarachina es un reflejo del desastre moral que prevalece por las colonias en donde ya nadie está seguro ni en su propio domicilio.

Urge que ese proditorio delito no quede en la impunidad como tampoco el homicidio de un profesionista en la puerta de su casa, y como otros más que se consumaron a lo largo del 2020.

Quedar en la nada la comisión de esos delitos es alentar la delincuencia y mientras no capturen a los responsables, lo mimo que asesinan, roban, asaltan o disparan no podemos esperar un año con seguridad, de ahí mi pesimismo.

Pero ahí viene el periodo de campañas políticas y ya veremos a los candidatos, unos haciendo obsequios como gorras y camisetas, otros ofreciendo que si queremos ver a un Reynosa sin baches y balazos votemos por él, oferta que ya hicieron en el pasado y en el presente, como todos lo sabemos, seguimos en las mismas. Ojalá y la gente reflexione antes de emitir su voto y de lo que no debe tener ninguna duda es que ni una despensa o beca o cualquier otro beneficio que le entregue lo mismo el gobierno federal que el estatal y el local no le obliga a votar por los candidatos que les recomienden u ordenen los que se dedican a la tarea de organizar padrones para los programas sociales y que luego en periodo electoral les dicen que no hay que ser mal agradecidos.

Ningún agradecimiento cabe al respecto y menos obligación porque lo que les entregan es producto de los impuestos que pagamos, no sale de los bolsillos ni de los candidatos ni de los partidos políticos ni mucho menos de los gobernantes. Así que, ahora que escuchen propuestas de candidatos, analícenlas, observen que tan viables son y de plano, voten por el que les merezca más confianza, ya no digamos por el más preparado porque la buena fe se demuestra con las actitudes que ha tenido el candidato en el presente y sobre todo en su pasado. Los que han sido abusivos, aunque ahora se coloquen alas no podrán ocultar su pasado pues como dicen en el rancho: nomas los guajolotes borran con la cola las huellas que dejan con las patas.

Y por hoy, BASTA.

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gilberto.banda@elmanana.com