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Impera el desorden

Mala semana hemos tenido: el martes nos llovió a cantaros y el miércoles nos llovieron balas, lo mismo en la colonia Petrolera que por el Boulevard Hidalgo, pero no faltara quien diga que son balas de oportunidades. 

La verdad es que algo hicimos mal en la otra vida para que ahora tengamos que pagar en la presente, pero independientemente de las creencias, lo que está fuera de toda discusión es que en nuestra querida Reynosa vivimos en un total desorden. Cuando no es por las lluvias es por las balaceras.

Impera el desorden

Somos una especie de ciudad en donde cada quien hace lo que quiere nomás que sin súper héroe que venga a restablecer el orden, lo que nos lleva a la desilusión. Y todavía así hay quienes no quieren creer que ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR es imparable pero por culpa de ellos mismos.

Los gobernantes que se fueron abonaron el terreno y los que entraron visto está que no saben ni como podar la hiedra que ya está pegada por todas las paredes de nuestra querida Reynosa.

No estoy exagerando: la ciudadanía bien sabe que hasta los policías son presa de la inseguridad. Al grupo de ministeriales que había por aquí trascendió que los cambiaron porque ya traían la lumbre muy cerquita y a los estatales hasta parece que ya los traen de tiro al blanco lo que lleva a considerar si fue buena idea no ratificar el convenio para que los soldados sigan realizando vigilancia por las calles y carreteras de Tamaulipas.

Y así, en medio de este caos transcurre la vida por nuestra ciudad. Martes y miércoles de esta semana fue un ejemplo. Lamentablemente cualquiera percibe que se van a seguir dando, todo es cuestión que lo mismo vuelva a llover a que se den los tristemente famosos ‘‘topones’’ que desgraciadamente en ocasiones dejan víctimas colaterales.

La gente ya comienza a cansarse de mirar hacia el cielo e implorar. Esto es tarea de los terrenales y en este caso de los que gobiernan.

No pueden o no quieren, para el caso es lo mismo y por ello han estado circulando por las redes sociales unas declaraciones que DONALD TRUMP le hiciera a la prestigiada periodista BÁRBARA WALTER en donde entre otras cosas el presidente norteamericano justifica la construcción del muro para obligar a los gobernantes mexicanos a que hagan su trabajo, o sea que gobiernen bien y en favor de la ciudadanía.

Dice Trump que resulta inconcebible que México siendo un país con tantos recursos naturales, los gobiernos no puedan proveer a los ciudadanos empleos bien pagados. Y se va duro contra ellos, los califica de corruptos al igual que a los empresarios que para robustecer su dicho dijo que sabe de políticos y empresarios mexicanos que tienen cuentas millonarias y en dólares y departamentos lujosos lo mismo en Nueva York que en San Diego y en otras ciudades estadounidenses. 

Esto último por cierto no es novedad para nosotros, aquí en lo cortito lo primero que hacen es comprar una casa del otro lado del río Bravo, y se presume que para sostener lo caro que resulta vivir del lado norteamericano han de tener una abultada cuenta en dólares y como no se les conoce actividad empresarial alguna es obvia la suposición.

Pero regresando con Trump, le pego duro y tupido a la clase gobernante y también a los empresarios que con ellos hacen negocio, lo que de pasada robusteció las proclamas de López Obrador que precisamente son esas: una mafia en el poder compuesta por políticos y traficantes de influencias.

Pero a nosotros si bien nos sirve de desahogo el que Trump les diga sus verdades a nuestros gobernantes de los tres niveles, en el terreno no tiene eso ninguna utilidad. El desorden ya es el pan de cada día, el cinismo ya está por encima de la corrupción porque surgen los casos de chuecuras y los autores ni siquiera se deprimen, al contrario, como que se sienten muy ufanos por ser objeto de tanta prensa. Es el cinismo en su máxima expresión derivado de la impunidad.

Y aquí en Reynosa están los ejemplos de que en la actual administración municipal se han denunciado varios casos de corrupción, lo mismo en la tesorería que en la Secretaría de Obras Publicas y ahora en el área de Comunicación Social, y los involucrados hasta se andan riendo. Saben que no les va a pasar nada, o como diría Salvador Díaz Mirón: ‘‘El ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus las alas’’.

Y a propósito de alas me cuentan que en Ciudad Victoria andan muy molestos por el incidente de Montemorelos en donde un convoy de lujosas camionetas del ayuntamiento reynosense fue interceptado por la policía de aquella ciudad.

Les parecieron muy sospechosas, obviamente, pero guaruras de la alcaldesa en lugar de brindar explicaciones comedidas dicen que se pusieron al brinco y tensaron más las relaciones entre los gobiernos estatales de ambas entidades.

En efecto, la alcaldesa y sus acompañantes iban solamente a un evento social en Mainero, Tamaulipas, municipio colindante con Nuevo León y por lo mismo se fueron por la carretera neolonesa sin mayor contratiempo hasta que se toparon con la policía de Montemorelos y hasta ahí llegaron las cosas pero no dejaron de causar molestia en autoridades estatales tamaulipecas el que anden aleteando autoridades municipales por otros estados.

Por protocolo, me dicen, que deben avisar por las ciudades que van a pasar. No lo hicieron y se llevaron su sopetón.

Y por hoy, BASTA.

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