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Frágil confianza

Severo mazazo le acaban de pegar a la de por sí frágil confianza ciudadana en las instituciones encargadas de la justicia en Tamaulipas altiva y heroica al trascender que dos peligrosos secuestradores fueron liberados por instrucciones de tres magistrados del Tribunal Supremo de Justicia en el Estado.

Y alienta el sospechosismo el que no se haya hecho pública, como lo es informar a los medios de comunicación de lo que resolvieron esos magistrados, con lo que dan a entender que no querían que trascendiera la liberación de los sujetos de marras que finalmente se supo porque, háganos el regrandísimo favor, cuando los venía persiguiendo la policía estatal por no venir propiamente de un retiro espiritual, se accidentaron. A uno lo capturaron y el otro escapó.

Frágil confianza

La sorpresa de los policías fue que al llevarlo a las celdas de la Ministerial se encontraron con que estos sujetos supuestamente estaban presos por el delito de secuestro, los condenaron a 90 años. Un juez de Reynosa así lo determinó, pero apelaron y la sociedad reynosense no contaba con la astucia de los magistrados que seguramente apoyándose en disposiciones legales determinaron que los angelitos no tenían porqué estar privados de su libertad.

Le buscaron una falla al expediente y como dicen en el rancho: el que le busca, encuentra.

Lo que calienta es porqué le andan buscando fallas a los expedientes cuando hay interés. Generalmente tienen fama en la justicia de no andarse tomando esa molestia en los asuntos en donde no hay tentaciones. Que posiblemente hubo fallas que el juez no se dio cuenta o a lo mejor sí, pero para no empaletarse mejor pasó el asunto a Ciudad Victoria, en donde los puntillosos magistrados encontraron con que el par de chicuelos que estaban detenidos por andar de secuestradores deberían dejarse en libertad, no porque fueran inocentes sino porque no hicieron bien su trabajo ya sea la policía, el Ministerio Público o el juez que los sentenció a 90 años de prisión.

Lo insultante es que tan pronto los liberaron, se dedicaron nuevamente a delinquir y de no haber sido por una persecución, ahí andarían por estas calles de Dios haciendo de las suyas.

Lamentablemente solo capturaron a uno, el otro no tarda en reincorporarse a las actividades delictivas.

De veras, es lo único que nos faltaba en Tamaulipas, que el poder judicial le entrara con su bate a contribuir a la inseguridad en Tamaulipas altiva y heroica que está como una región que dormita, ya no con tranquilidad en las márgenes del río sino a disponibilidad de la delincuencia, total si capturan a unos, estos recuperarán su libertad.

El hecho es bastante grave porque se da en los momentos en que nos aplasta una fama de estado inseguro. 

De entrada, HORACIO ORTIZ RENÁN, presidente del Tribunal Supremo de Justicia debe ordenar al Consejo de la Judicatura una investigación de ese caso y aplicar las sanciones correspondientes.

En el sexenio de TOMÁS YARRINGTON hubo un asunto escandaloso en Nuevo Laredo sobre un homicidio. El juez no se quiso aventar el tiro, llevó el expediente a un magistrado del tribunal supremo en el Estado y este liberó al acusado, lo que provocó airadas reclamaciones al gobernador Yarrington durante una visita por aquella ciudad, quien molesto por la forma nada comedida en que le reclamaron al llegar a Ciudad Victoria, lo primero que hizo fue pedirles a los diputados que investigaran ese expediente. Cuando inició la investigación, el magistrado en cuestión falleció y ahí concluyó el asunto.

Refiero lo anterior para ejemplificar que hay asuntos en los que el gobernador debe intervenir y muy decisivamente.

También hubo otro caso recuerdo que en el sexenio de ENRIQUE CÁRDENAS GONZÁLEZ. Un juez de Ciudad Victoria liberó a un violador.

Don Enrique, muy a su estilo reclamó al presidente del Tribunal y ordenó el cese del juez. Incluso lo quería encarcelar, pero ese es otro ejemplo de reacciones por parte de los gobernadores.

Lo que acaba de suceder no puede quedar en el aire, de ahí que hasta los diputados deben intervenir.

Ya podrán decir que hubo fallas en el expediente, pero eso no evita que hayan acomodado un sonoro garrotazo a la como ya lo dije, frágil confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de la justicia en Tamaulipas.

Si le entran a fondo, es probable que lleguen a la misma conclusión a la que arribó CLAUDIA SHEINBAUM, la jefa de gobierno de la CDMX cuando liberaron dos veces seguidas al peligroso delincuente conocido como “El Lunares”.

Sheinbaum no será abogada, pero es mujer inteligente y prontamente se dio cuenta que había un jueguito muy lucrativo entre el Ministerio público y los jueces. Unos hacían como se equivocaban y los otros como que aplicaban justicia con buenos dividendos al final para ambos. Como quien dice, uno ponía la bola de pechito para que el otro anotara el gol de cabecita.

Qué bonito juego, pero qué horrible desastre en materia de seguridad pública.

Por eso lo que acaba de suceder en Tamaulipas se debe investigar, no puede quedar ahí como una bola que se les pasó a todos.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com