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Tierra de nadie

Definitivamente nuestra maltratada Reynosa está convertida en una ciudad caótica o como dicen en el rancho: en tierra de nadie.

Es deprimente darnos cuenta de esa desmoralizante impresión, que nada ganamos con hacerle al avestruz, al contrario, hay que tocar el tema, aunque sea con la peregrina idea de que las autoridades tomarán cartas en el asunto que a como se han venido dando les cosas puedo anticipar que no lo harán.

Tierra de nadie

Pero por lo pronto hay un representante popular que ya externó su preocupación por la falta de respeto a los espacios reservados para la gente con alguna discapacidad física. Me refiero al regidor MARCO GALLEGOS, de filia morenista quien inició la campaña para respetar y acrecentar el número de esos espacios.

Me comentó que los centros comerciales y restaurantes mostraron disponibilidad al proyecto, salvo uno que otro que se negó por considerar que eso le ahuyenta a los clientes, que no veo cómo puede suceder tal cosa cuando en sus estacionamientos incrementan el número de espacios reservados para personas con alguna discapacidad física, que por otra parte regularmente los vemos ocupados por discapacitados pero del cerebro.

Hay un conocido restaurante de la zona dorada que tiene en su estacionamiento seis u ocho lugares para personas con discapacitados, con letreros bastante pronunciados, y regularmente ocupados, pero entra usted al negocio de marras y no ve a nadie ni siquiera con muletas, clara señal que se trata de huevones y lo peor con discapacidad, pero en el cerebro, una total falta de respeto a las disposiciones.

Y no obstante que la multa por no atender esa disposición es de 2,600 pesos más el arrastre de la grúa, aun así les vale, y ahí tiene enteramente la culpa la Dirección de Tránsito. Debieran darse vueltas frecuentes por esos lugares, pero a los agentes de Tránsito lo que les interesa es merodear por bares, cantinas, palapas y casinos para parar por cualquier pretexto a todo aquel automovilista que sale de esos lugares y luego presionar con que tienen que llevarlos a la “12” para que les practiquen el examen de alcoholemia, en donde casualmente no estará el encargado de ese dictamen. Les dicen que llegará hasta en la noche y si ya es de noche, hasta el día siguiente. Pero mientras aparece el médico, el automovilista es ingresado a las mazmorras ante lo cual opta por aceptar que anda borracho y así paga la multa correspondiente.

Todo lo anterior nos lleva a concluir que en el Cabildo ya debieran abordar el tema de Tránsito local. Los abusos son a diario y no se diga las omisiones, pues oiga usted, por las calles de nuestra querida Reynosa circulan sin mortificación algunos vehículos sin placas y algunos con placas de organizaciones balines. Es más, hasta hay taxis prestando el servicio sin placas y casualmente en los asaltos registrados en tiendas de conveniencia o en las gasolineras reportan que los asaltantes llegan a bordo de taxis sin placas.

Entonces ¿qué pitos hacen los agentes de Tránsito por las calles que nunca ven a esos vehículos chuecos y en cambio, que no cruce por su camino un vehículo de los viejos con placas vencidas que por lo menos tienen un registro y a esos sí se les van encima?, actitudes que reflejan que a unos les sacan la vuelta y a los que deben de compadecer los infraccionan sin contemplación alguna.

Esto me recuerda que en la tierra de RIGO TOVAR en el periodo del alcalde JESÚS DE LA GARZA DÍAZ DEL GUANTE, ante el cúmulo de quejas decidieron dar de baja por pérdida de confianza a todos los agentes de Tránsito.

En Reynosa no se debe llegar a ese extremo, lo que sí se debe hacer es ajustarles las tuercas para que cumplan con su obligación, pero en forma pareja. Si le van a sacar la vuelta a algunos, entonces sí, ningún caso tiene que anden por las calles, en todo caso, que los dejen un turno entero sin patrulla en los cruceros para que auxilien en el desahogo del tráfico vehicular, pero por todos los hechos que a diario se cometen, no tiene objeto alguno que el municipio esté gastando combustible que solamente está sirviendo para que afecten a la gente de bien y de escasos recursos. A los que andan mal, hasta se voltean a otro lado.

Y a propósito de Tránsito, el secretario general del gremio Unido de Choferes, EDUARDO CHÁVEZ URESTI, anunció o más bien prácticamente ya tomó la determinación de que van a incrementar el pasaje del transporte urbano, de 9 a 12 pesos.

No entiendo porqué: la gasolina no ha subido, al menos no en forma notable y el estado de las unidades que utilizan es francamente deplorable, lo que significa que no gastan en partes ni mucho menos refacciones.

Entonces, si no hay renovación de equipo ni incremento del combustible y en los costos de la vida no hay justificación para ese aumento.

Ahí queremos ver la coordinación de la Dirección de Transporte Público de Tamaulipas con la de Tránsito para evitar que lleven a cabo la advertencia de que van a subir las tarifas. Si no lo hacen, otra prueba más de que Reynosa está convertida en una tierra de nadie.

Los comerciantes ya prácticamente abren sus puertas con el rosario en la mano, rezando el Padre Nuestro con sus respectivas Aves Marías. Son blanco fácil de los asaltantes, lo mismo tiendas de conveniencia que micro negocios y no se diga en las inmediaciones de los bancos.

Ya incluso hasta asaltaron un camión de seguridad cuando iba saliendo del estacionamiento de un centro comercial ubicado por el fraccionamiento Reynosa, y hasta un guardia pereció en los hechos.

Y como siempre, la denuncia no caminó, es un expediente más que pasó a formar parte de las estadísticas porque en el Ministerio Público de plano no dan una. Ya sabemos que es por falta de agentes investigadores, los que están como fiscales están convertidos en meros tomadores de declaraciones.

Por ese mismo rumbo del fraccionamiento Reynosa asaltaron a una persona cuando iba ingresando a una institución bancaria y para no variar, fueron sujetos que descendieron de un taxi sin placas.

Así transcurre la vida en medio de la zozobra.

Lo saben desde luego las autoridades de los tres niveles de gobierno, pero no parece preocuparles. Han de decir: los de Reynosa ya están acostumbrados, así que mejor vayan haciéndose a la idea de que así van a seguir las cosas.

Los reynosenses nos negamos tajantemente a vivir entre la incertidumbre y el miedo. Habrá que pedirle ayuda a DONALD TRUMP, porque ni el Chapulín Colorado ni mucho menos El Santo, están entre nosotros.

Y por hoy, BASTA.

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gilberto.banda@elmanana.com