Columnas > ERNESTO HERNÁNDEZ ALARCÓN

El Mayor Sobreviviente

Cierre surreal de la semana quince de la NFL, por decir lo menos. Arranca una penúltima jornada netamente navideña y en donde varios partidos definirán el escenario de la postemporada de inicio de año y algunos otros serán relativamente intrascendentes. Hagamos nuestra previa.

Una jornada diez de la NFL, que resultó ser más interesante de lo esperado, en virtud que tuvimos más de un par de sorpresas, incluida por supuesto, la cancelación del “Monday Night” en la Ciudad de México (muy desafortunada y lamentable situación). 

El Mayor Sobreviviente

Uno de los equipos que me han sorprendido favorablemente, son los Acereros de Pittsburgh, quienes han venido de menos a más en forma meteórica (impresionante victoria sobre las nada sencillas Panteras),  superando temas delicados como un supuesto “casillero incómodo”, la ausencia de su jugador estrella: LeVeon Bell y una defensiva porosa. 

En este momento, con récord de 6-2-1, me atrevo a pronosticar que ganarán su división, y si logran vencer a Patriotas en la jornada quince, podrían estar peleando por el segundo mejor sembrado de la Conferencia Americana, sin embargo, debemos tomar en cuenta que además de ese compromiso, enfrentarán también a Nueva Orleans y Cargadores de L.A., dos duelos complejos contra equipos superlativos. 

El otro lado de la moneda serían sus rivales divisionales, Baltimore y Cincinnati. Del primero se avecinan tiempos de cambio a muy corto plazo, tanto Joe Flacco, su mariscal de campo, como John Harbaugh, su entrenador en jefe, muy probablemente ya no estén al mando en sus respectivas posiciones para la temporada siguiente. 

De hecho, Flacco podría ser relegado en cualquier momento por el joven Lamar Jackson. Una lástima por un equipo que cuenta con una defensiva de alto calibre, que como la análoga de Jacksonville, no han podido sostener a sus escuadras. Yo sigo pensando que las defensivas ganan campeonatos, pero en esta era de la NFL, ya no es posible apostar por una gran defensiva combinada con una ofensiva regular,  para llegar al juego grande. 

El caso de los Bengalíes, no es ninguna sorpresa su relativa caída , y aunque podrían todavía salvar la temporada, es más que evidente que en las filas de esta organización, la irregularidad y mediocridad son una constante (la salida de su coordinador defensivo es una clara señal de ello). Marvin Lewis es el máximo sobreviviente del circuito. 

Vayamos con otra decepción mayúscula: Halcones de Atlanta (4-5). Estoy convencido que su problema es Steve Sarkisian, el coordinador ofensivo, quien no ha podido explotar un ataque que cuenta con la calidad -entre otros- de Matt Ryan y Julio Jones (inclusive deficiente en zona roja). Pero tal vez, la responsabilidad pudiera ya recaer en Dan Quinn, el entrenador en jefe. 

Me parece que desde que perdió de manera estrepitosa el Súper Bowl LII, no ha sabido ajustar e inspirar a esta plantilla. ¿Habrá llegado a su techo y se requerirá un cambio de timón para la próxima campaña? Lo sabremos muy pronto. En esta división, como quizá en toda la liga, el conjunto más balanceado y convincente son los Santos de Nueva Orleans, superando en el “power ranking” a los Carneros de L.A., que no han logrado corregir sus debilidades en la defensiva secundaria y que ahora perdieron a una de sus armas más importantes: Cooper Kupp. 

Los Santos, tienen por delante un calendario relativamente complicado, si logran sortearlo y finalizar como el primer sembrado con récord de 13-3, apuesto doble contra sencillo que llegarán y ganarán el Súper Bowl y Drew Brees se llevará todos los honores. 

Por último, analicemos a los Vaqueros de Dallas. Su victoria versus las Águilas de Filadelfia me supo agridulce. Me queda claro que no pueden aspirar a grandes cosas con un ataque tan unidimensional y con un mariscal de campo como Dak Prescott, que no cuenta con profundidad y precisión, ni lectura de campo. 

Si esta franquicia quiere regresar a la gloria, deben pasar página a Jason Garrett, traer un entrenador con férrea disciplina tanto para arriba como abajo, y buscar un pasador más dominante en su posición. Claro que en el papel se siente sencillo y en la práctica complicado, pero estoy seguro que esta organización ya pide a gritos (y merece), un cambio estructural profundo. 

La buena noticia: su defensiva es de alto calibre, joven y bien acoplada, proyectada y con unidades compenetradas. Es la mejor de la División Este (arriba de la de las Águilas) y “Top Five” de la Liga, así que los Vaqueros tienen fundamentos para pensar en grande para la sesión del año entrante.

Abundaremos.