Columnas > ALEJANDRO GOVEA TORRES

Continuarán los despidos

Cerca de 13 mil empleados federales han sido despedidos en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, sin importar que muchos de las y de los cesados llevan muchos años laborando dentro de las distintas dependencias y no son precisamente gentes ociosas, como se argumenta para tratar de justificar está salvaje destitución de empleadas y empleados.

Comenzaron con el cese de 2 mil empleados del Sistema de Administración Tributaria (SAT), luego con 500 trabajadores de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y ahora “están en capilla” 3 mil del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), pero continuarán los despidos hasta alcanzar la cifra de 22 mil 500 burócratas federales.

Continuarán los despidos

Si bien es cierto que se requería “adelgazar la nómina” del gobierno federal, sobre todo en niveles superiores a través de la desaparición de direcciones y subdirecciones generales adjuntas, resulta criminal el despido masivo que se ha registrado en tan sólo 39 días de la administración de López Obrador.

Nadie está en contra de acabar con los llamados “aviadores” en las dependencias federales, sobre todo en la Secretaría de Educación Pública (SEP), ya que eran empleados que nunca iban a trabajar, incluso muchos ni siquiera se paraban en las oficinas en que estaban adscritos, sobre todo después de que el pago de las nóminas se hiciera en forma electrónica.

Incluso, resulta contradictorio que el presidente López Obrador les haya devuelto plazas a los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, cuando nunca dan clases porque siempre se la pasan en marchas de protesta o toma de plazas públicas con el pretexto de luchar por la educación.

El colmo sería que el actual despido de empleadas y empleados sólo sea para ubicar a militantes y simpatizantes de Morena, como sucedió en un principio en la administración de Vicente Fox Quesada, quien, al igual que López Obrador, emprendió la destitución de trabajadores con el argumento de “adelgazar la nómina” del gobierno federal.

Por otra parte, hoy se cumplen dos años de la recaptura de Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo”, cuyo juicio se celebra en Nueva York y en donde testigos protegidos por la DEA y la CIA han involucrado a varios exfuncionarios de administraciones pasadas, sin embargo las acusaciones carecen de sustento o de veracidad, como sucedió recientemente en la declaración que hizo el narcotraficante colombiano Jorge Milton Sifuentes Villa en contra del ex-procurador Ignacio Morales Lechuga.

El testigo de la DEA aseveró que Morales Lechuga recibió sobornos millonarios durante 1995, sin embargo el ex-procurador en la fecha señalada se desempeñaba como embajador de México en Francia.

No es el único caso en que los testigos protegidos afirman que sobornaron a varios altos funcionarios mexicanos, entre los que se encuentra Genaro García Luna, quien fungió como Secretario de Seguridad durante la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa.

Y hasta el momento, ninguno de los testigos protegidos de la DEA y de la CIA se ha atrevido a denunciar a exfuncionarios de los Estados Unidos, ni siquiera “El Chapo” ha dicho quiénes eran sus socios en la unión americana para surtir al mercado más grande de consumo de drogas procedentes de todo el mundo.

En otro tema, la titular de la Secretaría de Energía (SENER), Rocío Nahle García, reconoció ayer que hubo fallas de logística para el abasto de las gasolinas tras el cierre de los ductos que transportan y distribuyen el combustible en el país.

Nahle García dijo también que efectivos del Ejército Mexicano asumieron el control de las refinerías de Petróleos Mexicanos (Pemex), ya que de esta manera se busca reducir el robo de combustibles, luego de pedir disculpas a todos los consumidores que se vieron afectados por el desbasto de gasolinas.

Desafortunadamente, no es la primera vez en que se cometen errores u omisiones que afectan a toda la sociedad mexicana, por lo que da la impresión que los colaboradores de López Obrador no analizan el impacto que tendrá una decisión con tal de cumplir de inmediato una orden del político tabasqueño, como que le tienen miedo y no se atreven a decirle que todo tiene su tiempo y que es necesario ver los pros y contras.

Correo electrónico

jagovea_53@yahoo.com