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Reynosa: ¿Por qué Guadalupana?

Un poco más de 145 años después de que se le apareciera en cuatro ocasiones la virgen en el Tepeyac al norte de la ciudad de México a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, como lo narra el relato en náhuatl Nican Mopohua, se colocó la primera piedra para un santuario a imitación del de México en 1677 en lo que es hoy Guadalupe, Zacatecas. En ese lugar, el 27 de septiembre de 1702, se instaló un hospicio destinado al descanso de misioneros franciscanos durante sus travesías en el septentrión novohispano.

Fotografía del interior del primer templo de Reynosa durante la primera parte del siglo XX. México Fotográfico.Reynosa: ¿Por qué Guadalupana?

El 12 de enero de 1707 se nombró a Fray Antonio Margil de Jesús para que con otros cinco religiosos del Colegio de la Santa Cruz de Querétaro fundaran en ese lugar el Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas. Al valenciano fray Antonio Margil de Jesús, el apóstol de América, se le reconoce por haber bautizado en el continente a más de 40,000 indígenas desde Centro América hasta la provincia de Texas. También fue fundador de otros importantes Colegios Franciscanos en México y Guatemala, además que más tarde fue propuesta su canonización.

Los franciscanos en el Nuevo Santander

Es de este colegio de franciscanos de donde salieron los misioneros para el proyecto colonizador de José de Escandón en el Nuevo Santander. A la par de las 14 villas de la nueva colonia se previó el asentamiento de 14 misiones para evangelizar a la población nativa del septentrión, en 1748 y 1749.

El Colegio de Guadalupe de Zacatecas envió al destacado cronista Fray Simón del Hierro para que se uniera a la caravana colonizadora como capellán y observador del proyecto de misiones. Fray del Hierro fue uno de los principales seguidores y discípulo del acreditado Fray Margil de Jesús. 

Era peculiar entre los franciscanos, como los del Colegio de Guadalupe de Zacatecas, practicar largos retiros espirituales antes de salir en sus viajes itinerantes de evangelización, esto lo hacían generalmente en parejas sin llevar bastimento alguno para comer, quedando a merced de la caridad por donde viajaban. Fue así como llegaron los frailes Joaquín Márquez y Agustín Fragoso al Llano de las Flores a fundar la villa de Camargo y la improvisada villa de Reynosa. Este último fraile fue el primer religioso de la primera villa y de la misión San Joaquín del Monte, en las inmediaciones de lo que es ahora la comunidad de Reynosa Díaz. 

Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa fue fundada en la margen derecha (sur) del río Bravo el 14 de marzo de1749 bajo la iniciativa del capitán Carlos Cantú. La advocación Guadalupana provino de los frailes franciscanos del Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas, los cuáles fundaron la misión a 3 km río arriba de esa primera villa.

No solo la villa llevaba el nombre de Guadalupe, también su iglesia. Fray Fragoso construyó el primer templo en lo que era la misión, río arriba del primer asentamiento. Éste era un jacal de material vegetal enjarrado con lodo; más tarde en ese siglo XVIII se construyó dentro de la villa una iglesia con adobes que incluía una torre que servía como campanario.

Desde sus inicios se consideraron diferentes sitios para el traslado de la antigua Reynosa, ya que la primera villa había sido situada en forma improvisada en un lugar inundable. Debido a las inundaciones de 1802, el Justicia Mayor se vio obligado a trasladar a los pobladores a la Loma de San Antonio antes de que se completaran los trámites burocráticos del traslado; así Reynosa quedó a salvo de las avenidas del río, arriba de rocas sedimentarias de caliche. En el siglo XIX la villa se registró en algunas ocasiones bajo el nombre de San Antonio de Reynosa, debido al nombre que tenía el paraje donde se encontraba el Rancho de Juan Antonio Ballí y sus familiares. Este nombre se utilizó informalmente durante el siglo XIX.

El primer templo en Reynosa

Las autoridades del virreinato hicieron la recomendación, el 25 de agosto de 1802, bajo los reglamentos de Leyes de Recopilación de Indias, de incluir un templo dentro de la traza de la entonces recién trasladada villa de Reynosa. Se tiene conocimiento de por lo menos dos construcciones de bajareque y techo de paja existieron en ese solar; estos llevaron el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, antes de la terminación de la primera etapa de cal y canto que se proyectó desde 1810. Previo a la conclusión de la primera etapa, también se rentó un local fuera de este sitio para oficiar misas. 

En diciembre de 1835 se terminó e inauguró la primera etapa de construcción formal de cal y canto del antiguo templo de Nuestra Señora de Guadalupe. La construcción de la torre del campanario, la única parte original del templo que se preserva en la actualidad, fue construida en diferentes etapas; la segunda fue terminada en 1863, cuando se llevaron festividades durante 8 días, para quedar la iglesia totalmente concluida en 1898. En esta última fase se le preparó la parte superior para albergar el reloj, que había sido donado por la ciudad de Matamoros, en tiempos del Presidente Municipal Juan B. Chapa.

Según reportes de tesorería existentes en el Archivo Municipal de Reynosa, el reloj del campanario fue traído por ferrocarril y recibido desde el día 4 de abril de 1894. Las maniobras de traslado sumaron un total de $130.00 pesos. La tesorería a cargo de Carlos G. Nordhausen hizo pagos entre $50.00, $150.00 y $ 200.00 pesos para su instalación al señor Manuel Guerra; esto según al corte de caja de enero, mayo y junio sobre el trabajo hecho al reloj público durante 1898. Otra reseña de obras públicas del año 1900 confirma esta cantidad y aclara que “el reloj…fue cedido, [con] excepción hechas de algunos artefactos, por el municipio de Matamoros”.

El 5 de mayo de 1898, el gobernador del estado, Lic. Guadalupe Mainero envió un telegrama felicitando al Ayuntamiento presidido por el Lic. J. B. Chapa y a la población por la inauguración del reloj. Posteriormente el templo fue derrumbado para dar paso a la contigua nueva Iglesia que se edificó entre 1950 y 1956.

La conclusión del templo moderno fue lograda con gran esfuerzo de sus feligreses. La obra fue dirigida en diferentes etapas por tres arquitectos. Entre los muchos ornatos traídos para su terminación resalta el Cristo de Mármol de Carrara en su entrada, traído desde Italia, y que tiene la peculiaridad de tener cuatro clavos en lugar de tres. La iglesia todavía lleva el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe, que nos recuerda al primer nombre colonial de la villa, de sus orígenes franciscanos y de ese sincretismo cultural mexicano. 

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La Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa, acuarela del año 1846.

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Interior  del segundo templo, inaugurado a mediados de  los años de 1950. Foto del AHR.





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