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Se requiere cola corta

Las empresas más redituables del país tienen despachos de contadores muy truchas

Los políticos aquellos presumían de manos limpias; pero, nunca las enseñaron. 'Pos' cómo, si las tenían bien metidas en las talegas del erario público que no sólo vaciaron, sino que, además, completaron con créditos externos irracionales que ahora gravitan sobre la economía del país. Su voz, sus proclamas, sus demandas son iguales a las de los potentados que en estos días reclaman favores de la hacienda pública disque porque son creadores de empleo y generadores de riqueza.

Cuando se les llama hambreadores se rasgan las vestiduras y dicen que son el motor del progreso, sin poder demostrarlo. Si dentro de la administración pública en los últimos sexenios ha habido una terrible corrupción, no es diferente en el sector empresarial, que ha hecho colosales fortunas con la precarización del trabajo y la caída del nivel de vida de quienes sólo tienen sus manos para ganar la gorda. El equilibrio de la rentabilidad de capital y trabajo, se ha roto y canteado de lado.

Se requiere cola corta

Parafraseando la frase bíblica de que 'quien esté libre de culpa, que arroje la primera piedra' habría que decir que para abrir la boca y sacar del ronco pecho condenas, anatemas y demandas, primero se demuestre que se ha cumplido rigurosamente con el pago de impuestos como hace el grueso de los mexicano, quizá más porque están cautivos, que por gusto. El albañil que a mediodía se alimenta de un refresco de cola y una concha, no sólo tiene que pagar el Impuesto al Valor Agregado, sino también el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios. ¡Qué incongruencia!

En cambio, las empresas más redituables del país tienen despachos de contadores muy truchas, tanto para evadir el pago de impuesto, como para conseguir devoluciones casi criminales por el origen de los recursos. El nuevo régimen está buscando disminuir la asimetría en el ingreso de los recursos; pero, se ha topado con poderosos intereses que están jugando las contras y han iniciado una campaña de desestabilización a base de mentiras que sólo creen los que realmente quieren. 

Al inicio de la actual administración, la evasión fiscal en México representaba un billón de pesos del Producto Interno Bruto, por tanto la evasión y la elusión fiscales representan entre tres y cuatro puntos. Eso, referente a lo que se ve y se siente, porque existe un mundo paralelo en el que se han ideado formas de llevar dinero público a las arcas de individuos y corporaciones protegidos por las propias autoridades en los tiempos en que se hablaba al principio. Son la punta del iceberg.

Recientemente, el Servicio de Administración Tributaria informó que ha identificado una evasión fiscal de aproximadamente 354,512 millones de pesos a través de la comercialización de facturas falsas. Margarita Ríos-Farjat, titular del fisco, sobre la que ha llovido un alud de vituperios, explicó que del 2014 al corte del 20 de junio de este año, ha encontrado a 8,204 empresas factureras como definitivas, es decir, que simulan operaciones a través de facturas falsas. Ese es el principio.

Explicó la funcionaria que las empresas dedicadas a emitir facturas falsas no cuentan con activos, personal, infraestructura física; no se localizan en el domicilio fiscal declarado o después de un tiempo se cambian, comparten el domicilio con otros contribuyentes, generalmente empleados o habitantes de zonas marginadas; son virtuales, ficticias; los socios no cuentan con recursos económicos, no declaran, son ilocalizables. Abren cuentas que al poco tiempo son canceladas.

Al respecto, el presidente López Obrador señaló que: "El tráfico de facturas es una gran tranza, que permitió el huachicoleo de facturas y que causa evasión fiscal de miles de millones de pesos. Ya vamos a poner orden en este tema. El compromiso es que no va haber impuestos nuevos o aumentos en los actuales; pero, no se va a permitir la defraudación fiscal (...) Hay una iniciativa de ley, se va a convertir en delito grave, es decir, no van a alcanzar fianza quien cometa estos ilícitos".

Esta iniciativa, ya en el Senado, propone que la defraudación fiscal, como la emisión de facturas apócrifas y la creación de empresas fantasma, sea considerada dentro de los delitos que se catalogan como delincuencia organizada, con lo que ameritarían prisión preventiva oficiosa.

Los que logren salir avante de las iniciativas para normalizar la recaudación fiscal, que hablen.