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Claridad y sentido común

Las consecuencias de este Código Civil de Francia fueron señeras

En política, explicó que: "Mi talento es ver claro", a la que agregó otra frase igual de contundente: "La alta política no es más que el buen sentido aplicado a las grandes cosas", con las cuales llegó a crear las bases de un Estado fincado en la moderación, el orden y la justicia. Todavía está en duda si pudo hacer más; pero, no hay forma de negar su papel relevante en la consolidación de las tesis de la Revolución Francesa y la creación del Código Civil del que dimana parte la política moderna.

Napoleón Bonaparte vino al mundo en Córcega, hace dos siglos y medio. En su persona actuaron las fuerzas más poderosas de la naturaleza humana, lo mismo la inteligencia, la determinación y el arrojo, que la suerte y la veneración popular; pero, también, la ambición y la egolatría que lo llevó de cónsul a emperador en breve tiempo; de teniente a general brigadier y de plebeyo a aspirante de aristócrata. Sin duda, fue un gran genio militar que a punto estuvo de dominar a toda Europa.  

Claridad y sentido común

Dicen los biógrafos interesados en sus hazañas bélicas que su principal aporte al arte de la guerra fue la introducción de la táctica como método exitoso de aniquilamiento del enemigo. Unas veces sus tácticas fueron envolventes y sus contrincantes se vieron rodeados de fuego por todos lados; en otras ocasiones, fueron penetrantes, de tal suerte que dividía a los ejércitos contrarios en dos para imposibilitar su coordinación y así arrasar. Tuvo tres derrotas que fueron definitivas.

Al estallido de la Revolución, ya en Francia, fue nombrado jefe de artillería del ejército encargado de la reconquista de Tolón, una base naval alzada en armas contra la República con el apoyo de Gran Bretaña. Reemplazó a un general herido, y, distribuyendo hábilmente sus cañones, expulsó del puerto a las naves británicas y reconquistó finalmente la posición. Como recompensa por ello, Bonaparte fue ascendido a general de brigada a la edad de 24 años. En 1795 salvó al gobierno revolucionario restableciendo el orden tras una violenta insurrección realista desatada en París.

Pero, a doscientos cincuenta años de su natalicio, ocurrido el 15 de agosto de 1769, la figura de Napoleón Bonaparte se hace más importante por el legado político que sobrepasa su genio militar. Aquel perdura mientras que las grandes conquistas en Europa y el Oriente medio, perdieron importancia frente a las derrotas que sufrió en sus empeños imperialistas. El Código Napoleónico sienta las bases de la era liberal en que el Estado, por medio de 2281 artículos se ocupa de regular las relaciones entre las personas, la propiedad, la adquisición de propiedad y el procedimiento civil. Se consolida el espíritu revolucionario de la burguesía y crea libertad económica y personal.

En su Preámbulo dice: "En los Estados despóticos, donde el principe es propietario de todo el territorio, donde todo el comercio se realiza en nombre del Jefe del Estado y en su provecho, donde los particulares no tienen libertad ni propiedad, hay más jueces y verdugos que leyes; pero allí donde los ciudadanos tienen bienes que conservar y defender, donde tienen derechos políticos y civiles, donde el honor es valorado como cualquier otro bien, es necesario un cierto número de leyes para hacer frente a todo. Las diversas clases de bienes, los diversos géneros de industria, las diversas situaciones de la vida humana, demandan reglas diferentes".

Las consecuencias de este Código Civil de Francia fueron señeras: Estado laico, libertad económica y personal, igualdad ante la ley, carácter individual de la propiedad, matrimonio civil y divorcio sin intervención de las instancias confesionales. Estas leyes se fueron imponiendo en los territorios que iba conquistando Napoleón, por lo que, como ocurre hoy, los opositores hicieron alianzas que de tanto, lograron debilitar a los ejércitos del gran corso, hasta la derrota definitiva de Waterloo.

Para México y para la América indiana toda, Napoleón es una figura importante puesto que, por su intervención en España, las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII, la entrega del trono español a su hermano José (que reinó en España y las Indias con el título de José I) y la promulgación de la Constitución de Bayona, en 1808, que reconocía la autonomía de las provincias americanas del dominio español, fueron acontecimientos que precipitaron las guerras de independencia en el Continente Americano. En la Nueva España, el 16 de Septiembre de 1810.