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Divide et impera

El daño hecho a México y a los mexicanos desde la llegada de la noche oscura del neoliberalismo

La Cuarta Transformación implica un gran paso para el reconocimiento de la igualdad de derechos para las mujeres y, como el movimiento se demuestra andando, habría que señalar que en las cámaras del Congreso de la Unión existe igual número de representantes y de legisladores varones que del género femenino. Lo mismos ocurre en el Gobierno Federal, donde hay tantas secretarias como secretarios. Con ello, se garantiza que en las decisiones torales imperen ambos criterios.

De esta suerte, resulta muy cuestionable que un magro grupo de féminas haya tomado las calles del centro de la Ciudad de México para protestar contra la violencia de género, utilizando diversas formas de violencia, que incluyen agresiones físicas contra personas ajenas (34 lesionados), o contra los medios de comunicación, y pintarrajear instalaciones del Ángel de la Independencia con signos y mensajes de odio y reclamo que no corresponden al momentos y la circunstancia que vive el país.

Divide et impera

El daño hecho a México y a los mexicanos desde la llegada de la noche oscura del neoliberalismo, no puede remediarse en un dos por tres. Pasarán muchos años de esfuerzos, disciplina, energía y rumbo para lograr la recuperación de la mística que dio al país, durante la mayor parte del siglo pasado, el más prolongado régimen de paz, estabilidad y desarrollo de que se tengan registros. La tarea es dura; pero, ya inició y ahora hay que perseverar sin titubeos y sin flaquezas. Unidad y paz.

El neoliberalismo inventó nuevas formas de dominio y expansión, sobre todo creando necesidades ficticias que se cubren con recursos que no se tienen, con el pretexto de la inclusión social. Así, se genera un consumismo pernicioso que se costea con deuda creciente, hasta perder la camisa que pasa a los dueños del gran capital, que, con crisis o sin crisis, con guerra o sin ella, con violencia o no, siempre resultan los grandes ganadores. Nunca antes existió tanta concentración de riqueza.

A las nuevas tácticas de penetración, se han sumado otras que vienen desde lo más profundo de la historia, como aquella que utilizó Julio Cesar, el gran conquistador, quien recomendaba "divide et impera", creando división entre las masas para que estas se enfrentaran entre sí y no se ocuparan de ver lo que estaba haciendo el Imperio. El capitalismo salvaje, al mismo tiempo que induce a un consumismo irracional, genera división estimulando el reclamo de derechos de pequeños grupos.

La igualdad de derechos está consagrada en México desde la creación del Estado mexicano bajo la forma de República federal, representativa y popular, que instauró don Guadalupe Victoria. La han garantizado las constituciones subsecuentes desde la de 1824, debida al primer presidente, en la que se hace referencia a la protección, por las leyes, de los derechos de los ciudadanos. Con el agregado de que, además, esas leyes deben ser justas y sabias. La de 1917 marcó un hito histórico.

Antes de que se pusieran en boga los derechos humanos, ya estaban las garantías individuales: el respeto a la vida humana, la libertad de profesión, la libertad de credo, la libertad de expresión y de imprenta, etc. El neoliberalismo no las canceló; pero, sí las atomizó, de tal suerte que ahora hay un elevado número de grupos de la llamada sociedad civil que reclaman derechos específicos para sí mismos, poniendo el entredicho la validez de los derechos en general. Con ello se crea desunión.

 Uno de los ejemplos más ilustrativos de la eficacia de la máxima de divide y vencerán es la Unión Europea, en la que, luego de muchos años de madurar la idea y de acomodar el juego de intereses, se logró que Europa fuera un bloque comercial único y sólido, con una moneda común y acuerdos que promovían el desarrollo armónico de todas sus partes, inclusive con algunas concesiones en favor de los países con problemas de economía. Los resultados fueron muy buenos, hasta que metió la cola el Diablo y los dueños del gran capital han promovido la separación del Reino Unido.

Con el Brexit, se espera que la Unión Europea deje de ser un jugador importante en la cancha de la geopolítica y supedite su economía a la rectoría de los organismos financieros internacionales que impulsan y protegen la acumulación del capital. Precisamente, a fin de evitar entendimientos y uniones, el poder central busca a dividir y a crear disensiones y desconfianzas entre las distintas facciones, para disminuir las posibilidades de que la unión de los chicos cree una entidad mayor.

Los problemas de México sólo podrán resolverse con unidad y responsabilidad. Las asechanzas de dentro y de fuera son muchas y muy peligrosas. Se requiere de una mentalidad abierta y de mucha buena voluntad para no dejarse llevar por las campañas insidiosas que, como en el Imperio romano, buscan dividir para llevar agua a su molino.