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¡Muchos!

Cuando se observan las ciudades vacías, los comercios cerrados  y aquellas tiendas en que se exhibía el cartel de "no te fijes cuánto cuesta, alégrate de que lo hallaste", llega la nostalgia. Sí; pero, también la cavilación. Algo pasó; algo hicieron mal las anteriores generaciones. 

En este momento hay en el planeta 7,714,576,923, con un crecimiento anual del 5.3 %, no tanto por los que llegan, sino por los que no se van. La migración del sur al norte es imparable y no hay ninguna valla que la pueda contenerla; porque, además, se requiere la fuerza de la juventud para mantener la senectud. Cada vez hay más gente y, lo peor, más personas improductivas, estériles. Tamaulipas y el noreste de México que incluía Texas, fue colonizado muy tardíamente, porque eran tierra difíciles, agrestes, extremosas, y; sin embargo, hasta acá llegaron los conquistadores y fundaron villas, misiones y poblados, de los que surgieron después ciudades tan espléndidas como Ciudad Guerrero, con una población de doce mil habitantes y consulado americano y Matamoros.

¡Muchos!

Gente que hizo camino al andar y que anduvo a pesar de todos los pesares. Caminar del centro del país, de aquellas tierras plácidas de Querétaro, hasta estas tierra duras y terribles, donde los vientos del norte cortaban la cara y los calores hacían florecer todos los males, fue una hazaña difícilmente de igualar, y luego, cuando la frontera fue destino de miles de mexicanos que llegaron a las pizcas, al petróleo y a la industria maquiladora. La población fue creciendo aceleradamente.

Pero, todo tienen un límite y esta frontera está saturada y los de aquel lado ya no admiten más. Lo pusieron allá, habría que ponerlo acá. ¿Qué sería: una guerra, una descacharización, una purga de gente inútil? Habría que ver. Cada vez son más gente en el mundo, especialmente los países de menor desarrollo y pobre ingreso. África, Asia y Latinoamérica son los más prolíficos y los menos productivos. Por ello, exportan personas, que, finalmente, van a vivir de los programas sociales. 

Allá, por aquello años, escribió el gran vate Amado Nervo, que se disputan Jalisco y Nayarit, que:

"Las personas avanzamos rodeadas de círculos concéntricos de relaciones íntimas, que varían en su grado y cercanía y en función del objetivo de la relación. Este objetivo puede ser conseguir una fuente de información importante y significativa para la vida, una ayuda estable para el desarrollo vital o simplemente una fuente de bienestar social", pues sí; pero no. La realidad terca se impone.

Hay más gente, cada vez más y no es por los que llegan sino por los que no se van. Habría que decir que hay quienes afirman que la vida comienza a los 40 años, o que los 60 son los nuevos 50.

¿Pero es eso verdad? ¿A qué edad se puede sacar más provecho de la vida? Para descubrirlo, había que explorar la literatura médica a fin de evaluar cómo todo cambia con el paso del tiempo, desde la memoria hasta el impulso sexual. Y lo que se encuentra, es sorprendente. ¿A qué edad y cómo puede el ser humano tener dominio de su propia vida? ¿A qué edad es conveniente irse de este mundo y dejar un legado provechoso para as futuras generaciones?

Jackie Secades, psicóloga: señaló que: Quien se suicida no quiere morir, lo que quiere es dejar de sufrir. "La gente no muere de suicidio. Si alguien tiene cáncer, el punto final es una hemorragia o un paro cardiorrespiratorio; pero, la gente dice murió de cáncer. Con el suicidio es igual, el desenlace es el suicidio, pero la muerte es por depresión u otro trastorno mental". Secades, quien trabaja con sobrevivientes de suicidio (personas más afectadas tras un suicidio: familiares, pareja y amigos), dijo que un gran problema del tema es que sigue estigmatizado y lleno de mitos.

A final de cuentas, cada día hay más personas en el planeta y menos disposición de recursos, como el agua y los alimentos, y siguen las migraciones del sur al note, lo mismo de la África que del Asia miserable y del subcontinente americano. Si hubiera que hacer una comparación, habría que decir que en México la cifra de asesinatos en el país alcanza una marca histórica con 2.890 homicidios dolosos, lo que supone un promedio de 93 asesinatos al día y de cuatro víctimas cada hora, de acuerdo con las cifras del Inegi y la cifra crece.

Hay más muertos en México que los países en guerra; y, a pesar de ello, siguen siendo más los nacimientos y los llegados de otras latitudes.  Sigue creciendo la población y los recursos son los mismos. En los hormigueros, cuando crece la población, unos a otros se devoran, especialmente los más viejos e inútiles.