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Dos realidades lamentables

La noticia estrujante, dramática, de que al menos cinco de un grupo de 10 niños de Villa Alemana, en la Región de Valparaíso, en Chile, recibieron una inyección de agua destilada, en vez de ser vacunados contra el sarampión, las paperas y la rubéola, no es diferente a lo ocurrido en Veracruz, donde pequeños con cáncer recibieron agua destilada en lugar de su tratamiento y como se ha denunciado en Europa de casos similares que han permitido el rebrote de males ya superados.

Enfermedades como el polio, la tuberculosis, la viruela o la malaria; por no hablar de la tos ferina o la difteria, han vuelto. Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, la sostenida y costosa lucha para erradicar estos enemigos de la humanidad ha avanzado en Occidente, batalla tras batalla, hasta la victoria final, gracias al acceso universal gratuito a toda una serie de vacunas, al menos una generación ha podido disfrutar de una vida libre de la amenaza de estas dolencias. Pero, ¡no!

Dos realidades lamentables

Hay caso específicos como el muy sonado del médico Andrew Wakfield, de The Lancet, quien aseguraba que la vacuna triple viral estaba asociada al autismo en los niños, lo que dio inició a un movimiento en que las familias negaban el acceso a las vacunas para sus hijos, por considerarlas nocivas para su salud; si embargo, se descubrió que el doctor Wakfield había manipulado la información para demandar a las farmacéuticas fabricantes de vacunas y así obtener un lucro.

Con el mismo criterio, pero con diferente método, algunos fabricantes de biológico para crear inmunidad, especialmente en los pequeños y las personas de edad, han hecho vacunas que son en realidad agua destilada o cualquier otro líquido que no tiene efecto alguno, y lo han vendido a gobiernos e instituciones con poco rigor analítico, lo mismo en México que en países europeos. El resultado es el rebrote de padecimientos que se consideraban erradicados y la muerte de mucha gente.

Quizá por ello, el Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos desarrolló un mapa que expone cómo han sido los brotes de enfermedades ya erradicadas por el uso de vacunas. Entre 2008 y 2017, según el dato que se maneja gracias al mapa, las enfermedades aumentaron. Hace 9 años había solo 10 casos de paperas, 32 de poliomielitis y 32 de tos ferina en el mundo, hoy son incontables los casos que se están dando en prácticamente todos los países donde hay corrupción.

Aumentar los caudales a costa de la salud de la población y, especialmente, de los niños cuyas vidas son un cúmulo de esperanzas, es criminal en grado extremo. Es un delito potenciado por el grave daño que se inflige a los seres humanos que confían en la buena intención de los industriales del sector salud. Es un crimen de lesa humanidad que no tiene perdón alguno y que debe ser perseguido castigado con toda fuerza de la ley. Igual sus cómplices al interior del sector oficial.

Por otra parte, según el más reciente recuento, hay 2,153 multimillonarios desperdigados en el planeta. Los ultra ricos tienen un valor de 8.7 billones de dólares. Ahora hay un récord de 609 ultra ricos en los Estados Unidos, que incluye a 14 de los 20 más ricos del mundo. Jeff Bezos es nuevamente el número 1 del mundo, seguido por Bill Gates en el número 2. La concentración de la riqueza sigue dándose a paso acelerado y no puede ser de otra forma que quitando algo a otros.

De acuerdo a los informes del Banco Mundial, la riqueza mundial creció significativamente durante las últimas dos décadas, pero la riqueza per cápita se redujo o se estancó en más de 20 países pertenecientes a varios grupos de ingresos, de acuerdo con su nuevo informe, en el que no se limita a indicadores tradicionales como el producto interno bruto (PIB), y se utiliza la riqueza para seguir de cerca los avances económicos y la sostenibilidad de los países, en todo el orbe.

En el informe La riqueza cambiante de las naciones 2018, se hace un seguimiento de la riqueza de 141 países entre 1995 y 2014 combinando capital natural (como bosques y minerales), capital humano (ingresos a lo largo de la vida de una persona), capital producido (edificios, infraestructura, etc.) y activos extranjeros netos. Se concluyó que, el capital humano fue el componente más importante de la riqueza, mientras que el capital natural representó casi la mitad de la riqueza de los países de ingreso bajo. El resultado es la desigualdad y la injusticia.