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Manual de Memoria para México

Tal vez no se trate de un olvido voluntario; sino de los efectos de las técnicas de manipulación masiva que se aplican a través de los medios masivos de comunicación

De la misma manera que México fue un referente universal de hospitalidad y generosidad durante la mayor parte del siglo XX (pásele, esta es su casa; estoy para servirle), ahora lo es de los más aberrantes defectos que caracterizan al ser humano. Quizá el que más se ha difundido sea el de la corrupción (vete a México, ahí todo se puede arreglar, desde un divorcio exprés hasta la compra de la luna). No se habla mucho de la falta de memoria. Borraron de los libros de texto historia y civismo y con ello la memoria.

Se suprimieron esas materias y ahora de lo que ha venido sucediendo durante los últimos 50 años en que el país ha sufrido un retroceso descomunal en perjuicio de las mayorías, se rumora y se cuchichea; pero, no se sabe a ciencia cierta. Quizá por ello el humorista y conferencista Mago More ha incluido en sus chistes la cita del Manual de Memoria para México, asumiéndolo como parte de los asuntos que son fantasía pura, que no sólo no existen, sino que no pueden existir. Como si aquí no se quisiera recordar.

Manual de Memoria para México

Tal vez no se trate de un olvido voluntario; sino de los efectos de las técnicas de manipulación masiva que se aplican a través de los medios masivos de comunicación. Es muy fácil hartar al telespectador, al radioescucha, al lector con noticias rojas, escandalosas, pesimistas, negativas, para ponerlo de mal talante y evitar que llegue a la sección de la información útil y positiva con el humor necesario para entenderla, procesarla, asimilarla y convertirla en un punto de vista objetivo de la realidad cotidiana.

Entre tanta basura, lo bueno se pierde como los diamantes en el fango y se genera una actitud de hastío, desencanto y desaliento. Por ello, difícilmente alguien quiere recordar los crímenes de ayer que fueron la envoltura con que se ocultaron las buenas nuevas. Se ha llegado al gran absurdo de asumir que los chismes de la farándula en que cupletistas y encueratrices hablan de que fueron violadas en su infancia y que por eso ahora actúan tan descocadamente, son información de la cultura. ¡Un absurdo total!

Podría hacerse un ejercicio de la toma de posesión de los presidentes de México en este siglo. Vicente Fox, en el 2000, fue a la basílica de Guadalupe a dar gracias a la Virgen por la Presidencia y luego hizo pasear el estandarte de la imagen por el recinto donde el discurso empezó, precisamente, agradeciendo a la divinidad tan inmerecido regalo. En este hizo varios compromisos: “Acabar en 15 minutos con el conflicto de Chiapas; luchar contra la corrupción que ha dejado exhausta la credibilidad social del gobierno; el combate a la marginación de 40 millones de mexicanos en la pobreza. No hay cuerpo policíaco capaz de contener el hambre y el desempleo”. Nada de eso logró el merolico metido a cantantante de a 5 mil pesos la pieza.

El becario de ingrata memoria fue metido en vilo por un batallón de las Guardias Presidenciales por la puerta de servicio del recinto parlamentario donde debía rendir su protesta. De hecho, fue la ceremonia más corta de la historia. Duró solamente 4 minutos y medio en los que el presidente fue metido de ‘camachito’, protestó, se ciñó la banda presidencial, cantó el Himno Nacional y se retiró tan campante entre gritos, chiflidos y jaloneos que no lograron acallar los legisladores panistas y priístas, sus aliados.

La toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto fue una ceremonia fastuosa ensalzada por los principales medios nacionales y extranjeros, que hablaban de una nueva época; pero, callaban las protestas que se daban en la calle lo que ocasionó que más de 100 personas fueron detenidas y una fue herida de muerte por un proyectil policial. La consigna que lanzó el movimiento estudiantil mexicano #Yosoy132 aquel día fue: “No es mi presidente”. No lo fue más que para una camarilla de corruptos.

“Por mandato del pueblo, hoy inicia la Cuarta Transformación política de México, puede parecer pretencioso o exagerado, pero hoy no sólo inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político. A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical, porque se acabará con la corrupción y con la impunidad que impiden el renacimiento de México”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador al tomar posesión del cargo.

Antes, un ciudadano le había estrechado la mano a un costado del Zócalo y le había dicho lo que era el sentir de todos los mexicanos: “En ti confiamos”. La primer promesa cumplida fue un gobierno de paridad de género: en el gobierno por decisión del presidente y en las cámaras por voluntad popular.

Quizá pronto pueda México dejar de ser motivo de chistes por su falta de memoria y se le reconozca por sus valores tradicionales.