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La gran maestra

La segunda de las grandes revoluciones que ha tenido la humanidad, el Renacimiento, se inició con el retorno a las culturas clásicas y dio lugar a las colosales transformaciones que propiciaron el arribo al mundo que actualmente se conoce, incluyendo el descubrimiento y colonización de América.

Quizá uno de los primeros intentos de revaloración del pensamiento greco-latino sea la escolástica de Santo Tomás de Aquino, quien se empeñó en conciliar la fe con la filosofía de Platón y Aristóteles, sin éxito.

La gran maestra

Ahora que se avanza en las propuestas para recuperar el sentido antropocéntrico, esto es, el ser humano como principio y fin de los afanes racionales, resulta conveniente ahondar en el tema, puesto que trata de asuntos de tanta vigencia que de ellos depende el futuro de la humanidad luego de los estragos del capitalismo salvaje y de la pandemia que ha evidenciado los yerros de gobiernos de corte neoliberal.

El tema se vuelve más importante por cuanto 83 de los hombres más ricos del mundo agrupados en el club de Millonarios por la Humanidad (ya son 92 con los que se han ido agregando), dijeron al final de una carta abierta: "A diferencia de decenas de millones de personas en todo el mundo, no tenemos que preocuparnos por perder nuestros trabajos, nuestros hogares o nuestra capacidad de mantener a nuestras familias. No estamos luchando en la primera línea de esta emergencia y es mucho menos probable que seamos sus víctimas. Así que por favor. Nos gravan. Nos gravan. Nos gravan. Es la elección correcta. Es la única opción. La humanidad es más importante que nuestro dinero", Pidiendo pagar más impuestos.

Al respecto de la riqueza, dijo Platón: "La riqueza hace al hombre cada vez más codicioso ocasionando enemistad entre las ciudades y malestar en la vida privada. Quien se ocupe de la riqueza será tan absorbido que no podrá dedicarse a otra cosa". Y, agregó: "Yo nunca estaré de acuerdo con quienes dicen que el rico llega a ser de verdad feliz aunque no sea bueno. Porque la propiedad que proviene de lo justo y de lo injusto es más del doble de la que nace de lo justo solo y los gastos que no son ni buenos ni malos son el doble menores que los buenos y hechos en cosas buenas". No reconoce la idea de que alguien pueda ser rico, bueno y feliz, excepto cuando obre con justicia en el ganar y en el gastar.

Más tarde, Aristóteles dice que la economía es el logro de la justa proporción en el intercambio de bienes y servicios con beneficio general, y expresa que la crematística no es una tarea creativa sino una transferencia del valor añadido bruto generado por la actividad económica con fines exclusivamente de lucro, esto es, de acumulación de riqueza en perjuicio de otros. Remata diciendo, convencido, que la acumulación de dinero como un fin en sí mismo, era una actividad contra natura que deshumaniza.

Como las ideas en boga de la Edad Media, de acumulación de poder y riqueza, tanto de la monarquía como de la Iglesia, chocaban con el pensamiento de los filósofos, el Dr. Tomás de Aquino concluyó que: "Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido confirmado por Dios. Luego como solamente lo falso es contrario a lo verdadero, como claramente prueban sus mismas definiciones, no hay posibilidad de que los principios racionales sean contrarios a la verdad de la fe".

Desatado el torrente de las ideas humanistas y racionales, el pensamiento tomista fue inmediatamente rebasado, hasta la llegada del liberalismo económico, que va más allá del liberalismo social. Mientras que éste promueve la libertad individual y sus valores: libertad de expresión y de prensa, secularismo, igualdad ante la ley, propiedad privada, democracia, Estado de derecho, sociedad abierta y pacifismo; el otro se basa en libre mercado, acumulación de capital, desregulación y la no intervención del Estado.

Desde antes de que la humanidad fuera víctima de los estragos del capitalismo salvaje, ese que no reconoce límites ni controles en su avidez de riqueza, muchos de los economistas más brillantes de los últimos tiempos dieron la voz de alerta y propusieron alternativas que paliaran los efectos devastadores. Uno de ellos, el Premio Nobel de Economía 1998, Amartya Sen, expresó una idea brillante que puede contribuir a entender el rumbo: “No hay ninguna justificación para disociar el estudio de la economía del de la ética y del de la filosofía. La economía puede hacerse más productiva prestando una atención mayor y más explícita a las condiciones éticas que conforman el comportamiento y el juicio humano”.

Partiendo de las definiciones claras y generalmente aceptadas de la intervención del Estado en los procesos económicos, por una parte se encuentra a los que se inclinan por una menor intervención del Estado, y por la otra a aquellos que consideran que ante los problemas que acompañan a los ciclos económicos, la pobreza, las afectaciones ambientales, la desigualdad de oportunidades, etc., la participación del Estado y del gobierno en la economía es fundamental. Se reconoce que las tareas o funciones del Estado en la economía son al menos: estabilización de la economía, redistribución de la renta, asignación de recursos, promoción del crecimiento y regulación económica. Los instrumentos que un Estado a través del gobierno utiliza para influir en la economía son: los impuestos, el gasto público las transferencias y las reglamentaciones.

Por eso, luego del largo recorrido por la historia, la gran maestra, es dable recordar la carta de los muy ricos: "Cuando el Covid-19 golpea al planeta, los millonarios como nosotros tienen un papel fundamental que desempeñar en la curación de nuestro mundo. No, no somos nosotros los que cuidamos a los enfermos en las salas de cuidados intensivos. No estamos conduciendo las ambulancias que llevarán a los enfermos a los hospitales. No estamos reabasteciendo los estantes de las tiendas de comestibles ni entregando alimentos puerta a puerta. Pero tenemos dinero, mucho. Dinero que se necesita desesperadamente ahora y seguirá siendo necesario en los próximos años, a medida que nuestro mundo se recupere de la crisis. Hoy, nosotros, los millonarios abajo firmantes, pedimos a nuestros gobiernos que aumenten los impuestos a personas como nosotros. Inmediatamente. Sustancialmente. Permanentemente...".

En España ya se está implementando un impuesto a la riqueza personal y otro a las ganancias del sector empresarial. Habrá que ver la respuesta de otros países al llamado de los Millonarios por la Humanidad.