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Los giros inesperados

El juicio se va por un camino que no se vislumbraba en un principio, a pesar de las acusaciones previas

Hoy termina el periodo acordado para que la defensa del presidente Donald Trump presente sus argumentos y defina la estrategia que habrá de seguir en el juicio político que se ha polarizado de tal suerte que los acusadores, la Cámara de Representantes, son demócratas, y los defensores, Cámara de Senadores, son republicanos; pero que tiene implicaciones mucho más profundas que habrán de marcar el derrotero del ejercicio del poder público en todo el planeta. Además, se han dado giros inesperados.

Por principio, habría que decir que varias de las encuestas más populares en la Unión Americana, señalan que el 51 por ciento de los ciudadanos está de acuerdo con el juicio y desea que el presidente sea puesto en el banquillo de los acusados, en tanto que el 45 por ciento dice que no hay motivos para una medida tan extrema en momentos en que hay varias emergencias internacionales pendientes en las que los Estados Unidos tienen una papel decisorio. Ya se nota un cambio en el ánimo de los votantes.

Los giros inesperados

Si eso no resultara tan sorpresivo, sí lo es, en cambio, la nueva estrategia de los defensores del presidente que han decidido subir al estrado en calidad de testigo, además de parte involucrada, al exvicepresidente Joe Biden, precandidato demócrata a la Presidencia que es la figura clave en el juicio que se sigue al presidente, ya que, según las pruebas presentadas por sus correligionarios, su hijo debía ser investigado por el gobierno de Ucrania a cambio de liberar ayuda económica para asistencia militar.

Aunque el vicepresidente durante los dos regímenes del presidente Barak Obama, declaró que no tiene nada de qué avergonzarse y que siempre ha actuado de acuerdo a la Constitución, inclusive cuando buscó que el gobierno de Ucrania abordara el tema de la corrupción, el presidente Trump asegura que Biden actuó de manera incorrecta. Además ha tenido problemas para explicar de manera efectiva el contrato de su hijo con una compañía de gas ucraniana, que plantea un aparente conflicto de intereses.

Con ello, el juicio se va por un camino que no se vislumbraba en un principio, a pesar de las acusaciones previas. En la narrativa de los clásicos, se podría decir que se han ido a la yugular de la figura central del juicio, que se fundamenta en la acusación de que el presidente Trump utilizó como medio de presión al presidente de Ucrania para la entrega de ayuda económica, la exigencia de que su régimen investigara lo relacionado a las inversiones del hijo de Biden, Hunter, en la industria del gas.

Para reforzar esta idea, ayer, el exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton, sacó a la luz su libro “The Room Where It Happened; A White House Memoir” (En el salón donde ocurrió todo: Memorias de la Casa Blanca), en el que asegura que el presidente quería que se congelara la entrega de 391 millones de dólares en ayudas militares a Ucrania hasta lograr que ese país anunciase la apertura de unas investigaciones sin base contra los demócratas. Esta es la primera declaración por parte de un alto funcionario, directamente implicado, corroborando el elemento central en el impeachment contra el presidente: Que este coaccionó a un país extranjero para lograr pesquisas sobre sus rivales políticos.

En vista de que las precandidaturas del Partido Demócrata más conocidas hasta ahora: Biden y Sanders, han sufrido un serio desgaste en los últimos días, se yergue la figura de Michael Bloomberg, en pos de la nominación demócrata contra Trump. Ya, a partir de la semana pasada, sacó un anuncio de televisión vinculado al juicio en 27 estados en el que dice el exalcalde de Nueva York: “Es hora de que el Senado actúe y destituya a Trump del cargo”, “Y, si no hacen su trabajo, este noviembre tú y yo lo haremos”.

Para el miércoles y jueves se espera que los senadores hagan sus preguntas a las dos partes del juicio y el viernes 31 de enero, se abre un nuevo debate sobre si hay que citar a testigos y presentar nueva documentación. Si ese día no se aprueba este punto, el Senado podría votar contra los dos cargos de los que se acusa a Donald Trump. De ocurrir esto, el tercer juicio en contra de un presidente de los Estados Unidos terminaría y se podría convertir en el más corto de la historia. Pero, pueden haber otras sorpresas.

Una de ellas es Hamilton, citado por el demócrata californiano Adam Schiff la semana pasada: “El presidente Trump ha actuado como temía Hamilton”, refiriéndose a un presunto abuso de poder.