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Cultivando el espíritu

Ayer se celebró, por segunda ocasión, el Día Internacional de la Educación, evento que pasó casi desapercibido en la mayor parte del planeta; sólo la Organización de Naciones Unidas para la Cultura y la Educación (Unesco) realizó dos eventos: La conferencia “Aprendizaje para los pueblos, el planeta, la prosperidad y la paz”, por medio de la cual se busca difundir herramientas en línea para medir los progresos de la educación en todo el mundo, y, para la semana próxima, “Futuros de la Educación”.

Pero, si en esta comunidad no se dio relevancia a la celebración, sí se está trabajando por la educación integral de manera efectiva y productiva. El Irca, organismo descentralizado de la administración pública municipal, cuyo portal dice: “Promover, difundir, fomentar y preservar toda actividad cultural en Reynosa, son los objetivos del Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes , y se logran con las clases y talleres gratuitos en donde los alumnos aprenden alguna de las cinco disciplinas artísticas”, está realizando una tarea singular que se ha extendido por todos los niveles de la sociedad reynosense.

Cultivando el espíritu

Dado que el Artículo Tercero constitucional dice que: “La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia”, y que el sistema escolarizado da mayor relevancia a las actividades académicas, con énfasis especial en las matemáticas, el lenguaje y las ciencias, viene a resultar que la labor del Irca cobra mayores dimensiones en momentos en que se reconoce la descomposición del tejido social que termina en conductas antisociales. 

Su director general, Lic. José Luis Hernández Garza, al frente de 73 maestros que dominan algunas de las cinco disciplinas que ahí se enseñan: música, literatura, teatro, danza y artes plásticas, en casi todas sus variantes, se empeñan en cultivar las facultades innatas de cada niño, joven y adulto que acude a sus clases con entusiasmo y alegría, ha logrado crear una institución que se proyecta a toda la población de esta frontera, tanto en la enseñanza de las disciplinas artísticas como en la presentación de espectáculos.

La visión del director va más allá del simple desempeño de una tarea administrativa en una institución de formación artística. En reiteradas ocasiones ha manifestado que en el Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes se trabaja para formar personas íntegras y felices. Se extiende cuando explica que cuando los niños y los jóvenes se quedan solos en el hogar, con mucho tiempo libre sin nada que hacer y sin ningún interés, emergen las malas ideas y las influencias perniciosas de los medios cibernéticos y electrónicos, sobre todo los que se utilizan para la manipulación subliminal, contra la cual no tienen defensa alguna.

En abono de esta idea se puede citar el caso reciente del niño que victimó a su maestra y se privó de la vida influenciado por programas que vio en la red. Pero, si esos tiempos de ocio los ocupan los niños y los jóvenes en aprender alguna disciplina artística que sea de su agrado y para la cual tengan facultades, los resultados serán muy diferentes. Corre por ahí la frase muy razonable: que es mejor un instrumento musical en las manos de los jóvenes que un arma con la cual pueda hacer daño a otros o a sí mismos.

Como la idea es difundir la cultura y las artes en todo el territorio de Reynosa, el Lic. Hernández ha llevado los cursos del Irca a 23 centros de educación artística que funcionan en otras tantas colonias y comunidades rurales del municipio. Para el efecto, ha firmado convenios de colaboración con escuelas primarias, secundarias, de educación técnica y tecnológica y próximamente lo hará con la Universidad Autónoma de Tamaulipas buscando la posibilidad de crear un bachillerato en artes, que sería el pie para una licenciatura y una escuela de educación superior. “No se trata de formar genios o grandes artistas; sino, de fomentar las actividades culturales que tan gratas son para el espíritu y con ellos sembrar amor al arte y a la gente”.

Explica que uno de los reclamos más frecuentes de los niños y los jóvenes es que no se les permite expresarse. “Quizá tienen razón; pero, también es posible que ellos mismos no sepan expresarse y que por lo tanto no se sientan escuchados. Por medio del arte y sus diferentes disciplinas y manifestaciones, pueden expresarse libremente y con ello lograr el sentimiento de pertenencia, a la familia, a la sociedad y a su ciudad y su país”. El Irca viene a complementar la tarea de la escuela para crear tejido social.

Ya entrados en el tema, habría que decir que el Irca es la institución de su tipo que más ha crecido en los años recientes, tanto en su sede original, al lado sur de la placita Treviño Zapata, donde se construyen nuevos espacios y se amplían los existentes, como en sus diferentes centros de educación artística en las colonias populares de esta frontera.

Ayer, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Educación se reconoció que el aprendizaje puede potenciar la autonomía de las personas, preservar el planeta, construir una prosperidad compartida y fomentar la paz. Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, dijo que: “La educación es la piedra angular de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030: si fracasamos en la educación, toda la estructura del desarrollo se vendrá abajo”, lo que es una verdad de mucho peso que debe atenderse y entenderse. 

En la Constitución de 1857, ya se incluía el artículo 3° referente a la educación por medio del cual se estableció su gratuidad, obligatoriedad y laicidad. Don Benito Juárez, al frente de la generación de titanes de la Reforma, cuando se dio vigencia a la máxima bíblica de “Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es de César”, y se restauró la República, creía que: “La instrucción es la base de la prosperidad de un pueblo, a la vez que es el medio más seguro de hacer imposibles los abusos del poder”.

Quizá más adelante se dé mayor relevancia a la celebración del Día Internacional de la Educación; por lo pronto, en esta frontera se trabaja por una educación integral que cultiva el cuerpo, la mente y el espíritu para hacer de sus habitantes personas felices y productivas.