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La ley, es la ley

Resulta muy lógico que con el Plan Nacional De Paz y Seguridad se haya desatado una tremenda confusión que pone en el mismo corral a las paridas con las preñadas. De lamentarse es que prive el prejuicio sobre el conocimiento del texto constitucional y se lancen pareceres y hasta sentencias que pasan de largo el contexto en que se da a conocer la iniciativa del gobierno entrante para restaurar la ley y el estado de derecho.

Para comenzar por lo básico, habría que señalar que la Constitución dice en el Artículo 31, del Capitulo II, párrafo III, relativo a las obligaciones de los mexicanos: “Alistarse y servir en la Guardia Nacional, conforme a la ley orgánica respectiva, para asegurar y defender la independencia, el territorio, el honor, los derechos e intereses de la Patria, así como la tranquilidad y el orden interior;…”. No dice que unos no pueden y otros sí.

La ley, es la ley

Pero, viene a darse el caso de que no existe la Ley Orgánica de la Guardia Nacional que ha quedado en el tintero porque desde el siglo antepasado no se utilizaba este cuerpo de seguridad. Asentado que existe la base constitucional de su existencia, incumbe al presidente de la República, en los términos del artículo 89 fracción I de la Carta Magna y la ley de la Secretaría de la Defensa Nacional, de conformidad a las facultades que le otorga el artículo 29 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, emitirla.

El Plan Nacional de Paz y Seguridad en su octavo punto, relativo a la Seguridad Pública señala que como México es un país sin conflictos bélicos desde hace años, y considera que dada la descomposición y la ineficacia de las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno, y dado que los militares son los más confiables para mantener la seguridad pública, propone la estructuración e formación de la Guardia Nacional.

Para lo que señala que estará lista en tres años, se integrará primero con miembros de las policías militar y naval y de la Policía Federal; luego de quienes deseen, todos entrenados en planteles militares, con un plan de estudios elaborado por la Defensa, la Marina, la Secretaría de Gobernación y la de Seguridad Ciudadana, que además de la castrense tendrán formación policial, en derecho penal, en derechos humanos y perspectiva de género, entre otros más que le permitirán cumplir con su gran tarea.

Aquí es donde se crea la confusión que debe puntualizarse, dado que no es lo mismo Juana que Chana. La Guardia Nacional estará incorporada a la Secretaria de la Defensa Nacional; pero, no al Ejército. Su formación policiaca inicial viene de su desempeño en las policías militar, naval y federal, que se irá reafirmando a lo largo de los tres años de plazo para la formación de sus elementos propios y su cabal integración orgánica.

Fue en base es este concepto que la Suprema Corte falló contra de la Ley de Seguridad Interior, que sí otorgaba facultades operativas a cuerpos del Ejército a fin de realizar tareas policiales. El Derecho Comparativo permite ver figuras similares en varios de los países que han resuelto sus conflictos de seguridad, como la Guardia Civil española que es el ejemplo más a la mano. Se trata de un instituto armado de naturaleza militar, dependiente del Ministerio del Interior y de Defensa, que cumple tareas de seguridad.

Por si fuera poco, el Plan contempla que: “El país se dividirá en 266 coordinaciones regionales. El coordinador regional será una autoridad civil, y estará formado por miembros del gobierno federal, la fiscalía general, un mando militar, autoridades locales y municipales, un ministerio público, personal de la fiscalía de derechos humanos y voluntarios de la sociedad civil. Diario habrá una reunión de consejos regionales y estatales de coordinación, así como una reunión del Gabinete de Seguridad, encabezada por el presidente de la República, con los secretarios de Seguridad, Gobernación, Marina y Defensa, el comandante de la Guardia Nacional y el Fiscal General.

Quizá sea conveniente saber más sobre este Plan que, de cualquier manera es, con todo lo malo que tenga, preferible a seguir matando lo mejor que tiene México.