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La guerra es real

Quizá quien mejor ha definido el problema que se vive en la frontera de México con los Estados Unidos sea el destacado político de EU que fuera Presidente de la Cámara de Representantes y aspirante presidencial por el Partido Republicano en 2012, Newt Gingrich, quien recién señaló que la situación se debe a: “Una coalición muy extraña de algunas empresas conservadoras que quieren mano de obra barata y un número de enemigos ideológicos que no creen en fronteras y que quieran una frontera abierta”.

Gingrich dio un espaldarazo al presidente Donald Trump, diciendo que está haciendo lo correcto para proteger la frontera sur. Expuso, además, que: “Esta guerra en la frontera es real. Ciertas personas están intentando hacer una guerra psicológica, a menudo guiada por organizaciones americanas de activistas de izquierda que están ayudando con financiamiento. Su objetivo es buscar alguna forma de avergonzar al Gobierno de Estados Unidos por lo que aún no podemos controlar nuestra frontera”.

La guerra es real

El presidente, hablando con reporteros en Mar-Lago el Día de Acción de Gracias, por su parte, lamentó: “Las terribles decisiones del Noveno circuito”, después de que el Tribunal Federal de Apelaciones en California anuló sus planes de aceptar sólo las solicitudes de asilo en los puertos de entrada en la frontera México-Estados Unidos. Calificó a la corte como un desastre total, con una reputación horrible. “Es algo terrible cuando los jueces se extralimitan; cuando te dicen cómo proteger tus fronteras”.

Por su parte, el Ex director interino del ICE, Tom Homan, señaló la posibilidad de que los Estados Unidos cierren unilateralmente la frontera para presionar a autoridades mexicanas a fin de que tengan un mayor control sobre las caravanas de migrantes provenientes de Centroamérica. Durante una entrevista con Fox, dijo que: “Así que creo que el Presidente Trump está enviando un mensaje: Si esto sale de control, les cierro la frontera”. Agregó que esta no es la primera vez que ello ocurre, pasó en el 85.

Mientras se hacen estas declaraciones en el lado americano, la Cancillería mexicana a través de una nota diplomática que fue presentada a la Embajada de Estados Unidos en México por los incidentes ocurridos en las garitas de la frontera entre Tijuana-San Diego, donde después de una marcha pacífica en la que participaron alrededor de 500 migrantes, decenas de personas trataron de pasar la frontera y fueron repelidas por la patrulla fronteriza de EU, con saldo de 4 heridos al parecer con gas y balas de goma.

Así mismo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió un comunicado, en el que señaló que la represión de parte de autoridades estadounidenses a migrantes centroamericanos también puso en riesgo innecesario a personas ajenas a la caravana y que se encontraban en la zona. Además, la comisión afirmó que quienes están en su paso por México deben ceñirse a las leyes mexicanas. “La CNDH reitera la necesidad de que las personas integrantes de las diversas caravanas que cruzan nuestro país se conduzcan con respeto a las leyes mexicanas y se abstengan de ocasionar afectaciones o incurrir en conductas indebidas en las distintas comunidades por las que pasen o en las que se encuentren”. De hecho, la situación se ha tornado sumamente complicada.

Es por ello que el estudio de Stephanie Leutert realizado para el Centro de Strauss para Seguridad Internacional y el Derecho, de la Universidad de Texas en Austin resulta harto interesante: “A pesar de lo que dice el Presidente, la situación en la frontera es mucho más matizada. No es una inundación de personas ni de caravanas a través de la frontera. La mayoría de los migrantes no son delincuentes peligrosos. Muchas son las mujeres y familias, y muchos están huyendo de la violencia de las pandillas en vez de buscar difundir la violencia hacia el norte”.