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La dimensión ética

Con mucho mayor frecuencia que la tolerable, se escucha la excusa de que: "Sí, su coche quedó mal; pero, el trabajo se hizo, ¿no? Así que cáigase". El arraigo de esta práctica es tan común y corriente que puede ser el coche, una calle pavimentada, un puente embrujado que nunca va a servir, etc. 

Precisamente ayer, el presidente de la República AMLO dijo que no iba a pelear con los grandes empresarios que tienen contratos incumplidos con la CFE por los que cobran una fortuna.

La dimensión ética

Lo dijo con un gran sentido pragmático, pues sabe que esos poderosos empresarios tienen a su servicio despachos jurídicos, contables y mediáticos de muy alto nivel a los que sería difícil ganar en buena lid, con el agravante de que están protegidos por cláusulas abusivas que se firmaron en las épocas en que la administración pública estaba al servicio del capitalismo feroz y salvaje. Por ello propone un acuerdo, un entendimiento de buena voluntad y con apego estricto a la moral.

Si hubiera que ponerlo de manera muy sencilla y esquemática, se podría decir que los peces gordos del mundo empresarial se comprometieron a abastecer de insumos a la Comisión Federal de Electricidad para que ésta, a su vez, produjera la energía que requiere el sector productivo y los consumidores domésticos. Pero, viene a resultar que los abastecedores no han entregado lo que fue pactado, disque porque las vías y ductos están cerrados por un grupo  terceros implicados.

Dado que en el contrato existe una cláusula que dice que si por algún imponderable ajeno a la responsabilidad de los empresarios, no puede cumplirse con las entregas pactadas, de todas formas, los elevadísimos pagos deberán hacerse afectivos. ¿Qué hacen los interesados por liberar las vías? ¡Nada! Les conviene que sigan tomadas, así ganan sin prestar el servicios a que están obligados. Desde el punto de vista jurídico, en efecto, están amparados; pero, ni así en lo ético.

¿Qué puede interesarle a un empresario la moral? Bueno, para algunos mucho; por ejemplo:  "En el mes de enero de 2015, el Consejo Coordinador Empresarial como el máximo órgano representativo y de interlocución del empresariado mexicano, y ante el compromiso de contribuir en el avance en la instauración de una cultura de legalidad y honestidad, expidió una serie de principios básicos contenidos en el Código de Integridad y Ética Empresarial, al cual se adhirieron los organismos cúpula empresariales que conforman el propio Consejo Coordinador Empresarial".

Sí, claro; los empresarios que ahora son señalados por incumplimiento con la CFE no están dentro del grupo de emprendedores que sí firmó y se adhirió a la iniciativa del CCE, que consta de diez "Principios de integridad y ética empresarial: 1.- Rechazo a la corrupción; 2.- Principio de Transparencia; 3.- Integridad en las inversiones y en las relaciones de negocios; 4.- Transparencia en la prohibición de aportaciones con fines políticos; 5.- Libertad en la participación política de los colaboradores; 6.- Responsabilidad en la política para evitar la corrupción y existencia de controles de verificación; 7.- Compromiso con la cultura de la integridad y honestidad en los negocios; 8.- Desarrollo de programas de integridad; 9.- Sistemas de denuncia y confiabilidad y 10.- Seguimiento y fomento de la integridad y transparencia en los negocios". Un esfuerzo muy loable.

Pero, si los grandes empresarios, los que dominan prácticamente la economía el país no se han adherido y seguramente jamás respaldarían una iniciativa de esta naturaleza, de muy poco puede servir; de ahí la importancia del llamado que hace el presidente. Cabe señalar que la resolución de dilemas morales no consiste únicamente en solventar conflictos entre principios o derechos (derecho a la vida frente al derecho al éxito profesional). También hay que valorar y arbitrar los distintos intereses de las personas que se hallan implicadas. ¿El interés de uno o dos magnates está por encima del interés de las mayorías beneficiarias de una industria eléctrica sana y fuerte?

¿Agregar a sus colosales fortunas mil millones de pesos más, los hará más felices o mejores personas? Aprovechar sus posiciones de privilegio para sacar más raja de la corrupción que corroe las entrañas de la patria, ¿les dará unas relaciones armónicas y justas con las demás personas?