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Estremecedor y esperanzador

Las escenas dramáticas de los pequeños del África subsahariana, con los ojos saltones, la barriga prominente y la boca llena de moscas, en espera de la muerte que vendrá piadosa a aliviar los pesares que padecen en este mundo al que no pidieron venir y el que los ignora olímpicamente, no son diferentes a las de los niños mexicanos que deben vivir prendidos a la televisión porque los espacios que eran de ellos por derecho natural les han sido arrebatados por almas cochambrosas.

ORACION POR LOS NIÑOS DEL PAPA FRANCISCO: (fragmento) Quiero pedir por los niños que dejan/ sus dedos llenos de chocolate en todo lo que tocan,/ que saltan en los charcos/ y arruinan sus pantalones nuevos,/ que comen dulces antes de la comida y/ que nunca encuentran sus zapatos en la mañana...

Estremecedor y esperanzador

Los niños cuyo futuro pretende rescatar la Cuarta Transformación para librarlos de la esclavitud en empresas trasnacionales, donde desde chicos deberán, por las cerradas componendas de las camarillas que integran el capitalismo salvaje y feroz,  ganar menos que lo suficiente para tener los satisfactores básicos de casa, vestido y sustento. Decía un extraviado líder obrero: "Al trabajador no le alcanza para comer; pero, si su pareja también trabaja, entonces sí, porque donde como uno, comen dos".

Quiero pedir por los niños que miran/ a los fotógrafos desde atrás de los alambres de púas,/ que nunca han caminado por la calle/ con un par de zapatos nuevos,/ que nunca han jugado 'encantados'/ y que han nacido en lugares a donde/ nosotros jamás nos acercaríamos,/ que es donde probablemente morirán...

La niñez es la parte más vulnerable de la humanidad y desde siempre los sectores menos asistidos son un venero de párvulos abusados, explotados, maltratados, abandonados, vejados de todas las formas posibles, tanto por los padres como por las comunidades ahítas que son incapaces de la conmiseración y la compasión. Son, además una rica fuente de recursos por la inicua explotación de que son objeto en el hogar, en el campo, en el taller, en la industria, el comercio y los servicios.

Quiero pedir por los niños que nos dan/ besos pegoteados de caramelo y ramos de flores,/ que duermen con su perro/ y quieren enterrar a sus pescaditos,/ que nos abrazan muy fuerte y que olvidan/ su dinero para la merienda,/ que riegan la pasta de dientes por todo el baño,/ que observan con ojos asombrados/ a su padre cuando se afeita y/ a su madre mientras se maquilla,/ que hacen ruido cuando toman la sopa...

Muy tristes son las palabras de Christian Skoog, Representante de UNICEF en México, quien asegura que en el país 2.5 millones de niñas y niños se encuentran trabajando por debajo de la edad permitida y/o bajo condiciones que vulneran y los privan del acceso a sus derechos: a tener una educación de calidad, jugar y desarrollarse plenamente. "No podemos dar la espalda a esta cruda realidad. Todos los niños tienen derecho a gozar de protección contra el trabajo infantil".

Y también quiero pedir por los niños que/ nunca han comido postre, que no tienen cobija favorita/ que llevar a todos lados,/ que ven a sus padres sufrir,/ que se acercan a nuestros coches en cada/ crucero pidiendo con sus ojos,/ que no tienen baños para asearse,/ y cuyas fotos aparecen en las estaciones/ de policía y no en las oficinas de sus padres...

En contraste con la dramática situación de los niños en situación precaria, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Juan Manuel López Campos, informó que este año se espera captar 20 mil millones de pesos el Día del Niño. Agregó que la preferencia de los pequeños se ha visto encaminada en los últimos años, la venta de aparatos electrónicos como tabletas y celulares.

Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas/ suceden a plena luz del día, que comen lo que encuentran,/ que duermen bajo el cielo abrigados por/ periódicos, que nunca han ido al dentista,/ que no reciben mimos de nadie,/ que van a dormir hambrientos/ y despiertan hambrientos,/ que no tienen dirección...

Hoy se celebra el Día del Niño en un ambiente estremecedor y esperanzador. De cualquier modo ¡Felicidades!