Editoriales > ANÁLISIS

No os hagáis bolas

Elba Esther Gordillo es un producto salinista químicamente puro. Es lo que es y nunca dejará de serlo. Desde el conclave de secretarios generales seccionales y el Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, reunidos a las 6 de la mañana del 24 de abril de 1989, en el quinto piso del edificio sindical de Venezuela 54, a poco metros de la SEP, a golpe de billetes Carlos Salinas entronizó a la maestra.

Desde entonces ha sido su peón de brega y en el ínter la ha dejado dar rienda suelta a sus muchos traumas y complejos, gastando dinero que se le ha puesto en bandeja, aunque dice que es rica de abolengo por haber recibido una cuantiosa herencia de 373 millones de pesos que logró juntar de sus sueldo su mamá  Zoila Estela Morales Ochoa, maestra rural en las comunidades indígenas de Chiapas. Presume de ser una guerrera todopoderosa; pero, su poder es prestado.

No os hagáis bolas

Así quedó de manifiesto cuando un gobierno decidió echarle el guante y meterla en la cárcel de donde pasó a un hospital de lujo disque porque estaba agonizando. Fue el 26 de febrero de 2013 en el Aeropuerto de Toluca, que se le aprehendió para enfrentar acusaciones por defraudación fiscal, operaciones con recursos de procedencia ilícita, lavado de dinero y delincuencia organizada, cargos que la llevaron a pasar cinco años con cinco meses y once días tras las rejas u hospitalizada.

Antes de terminar su sexenio y luego del espectacular triunfo de Andrés Manuel López Obrador en los comicios para renovar los poderes federales, efectuados el 1 de julio del 2018, Enrique Peña Nieto la dejó en libertad en espera de poder utilizarla contra de las disposiciones del nuevo gobierno, que se dijo opuesto a las reformas estructurales, que son la entrega del país al extranjero.

Para alegrar un poco el optimismo del respetable, se transcribe el primer considerando de la Toca Penal 156/218: "PRIMERO. En resolución de veinticinco de mayo de dos mil dieciocho, el secretario en funciones de Juez Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México, declaró infundado el incidente de sobreseimiento en las hipótesis relativas a cuando esté plenamente comprobado en favor del inculpada, que existe alguna causa eximente de responsabilidad, así como que existan pruebas que acrediten fehacientemente la inocencia de ésta,1 promovido por la encausada, dictado en el incidente no especificado 1/2018-V, derivado de la causa penal 11/2013, instruida en contra de Elba Esther Gordillo Morales y otros, por los delitos:

(1) Operaciones con recursos de procedencia ilícita, (2) Violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada", En 242 hojas más se dice simple y llanamente que no hay delito.

Obviamente, esta resolución dejó inconformes a quienes han luchado permanentemente por limpia de corrupción a sistema judicial. Lo menos que llegó a pedirse fue que se hicieran del dominio público el dictamen y la resolución de la autoridad judicial para dejar en libertad a quien era ostensiblemente responsable de cuando menos enriquecimiento ilícito, a pesar de la fortuna heredada y delincuencia organizada porque su tren de vida no corresponden a sus ingresos reales.

Ahora, otro destacado miembro del Poder Judicial, el juez federal Antonio González otorgó a Elba Esther el amparo 858/2018, dictado el 2 de abril, por medio del cual: "se obsequia la cancelación de aseguramiento de bienes por inexistencia de delito, mismo que resultó favorable". En vista de ello, la Fiscalía General de la República no tuvo más remedio que regresar a la pobrecita maestra, tan enferma ella, sus bienes pantagruélicos que seguramente corresponden a los 373 millones que su mamacita le dejó antes de partir de este mundo para que pudiera ayudarse un poquito.

Estos bienes, que no son todo lo que tiene Elba Esther, constan de siete cuentas bancarias que se encontraban congeladas por orden judicial; tres inmuebles, uno localizado en Polanco, otro en Bosques de Santa Fe, en Cuajimalpa, y el último en la alcaldía Gustavo A. Madero, además de tres autos, uno ellos de colección: un Chrysler Desoto modelo de 1936, un Jeep Grand Limite de 2005 y un Ford Mustang modelo 1981, además de colecciones de obras de arte y libros.

De inmediato, las jaurías salieron con el cuento de que la Gordillo es aliada de AMLO y por ello le regresan la lana. Nunca lo fue y nunca lo será, uno es líder de la Cuarta Transformación, la otra es servidora de Salinas. Si bien se le mira, son como el agua y el aceite, uno honrado-honrado, la otra la cara misma de la corrupción, que se le echa de ver desde cualquier ángulo.

Vuelve la Gordillo al frente de las huestes del capitalismo salvaje y la resistencia al cambio, no os hagáis bolas.