Editoriales > ANÁLISIS

¿Hay lugar para la sensatez?

Recientemente, el congresista Henry Cuéllar dio a conocer una iniciativa conjunta en la que proponen una modificación a las leyes de migración para mitigar el impacto que tiene el desbordado crecimiento del número de personas, inclusive familias enteras, que abandonan sus países de origen para ir en busca del sueño americano, aprovechando las facilidades que la Constitución de los Estados Unidos les ofrecen. La idea es magnífica y pueden ser la solución.

Cuéllar, uno de los políticos más hábiles para lograr acuerdos bipartidistas, además de notable estudioso de los fenómenos migratorios, que representa al Distrito 28 de Texas (Laredo) en la Casa de Representantes, junto con sus homólogos Filemón Vela, de Brownsville, y Vicente González, de McAllen, introdujeron la iniciativa de Ley de Asistencia a los Refugiados y Fronteras, por medio de la cual hacen una propuesta novedosa y quizá conveniente para todas las partes, con la que se pueden evitar mucho sufrimiento, muchos contratiempos y afectación a las relaciones binacional.

¿Hay lugar para la sensatez?

Mediante un comunicado a los medios, los tres representantes dijeron que la legislación propone a las agencias estadounidenses que amplíen los centros de procesamiento de refugiados dentro de los países del Triángulo del Norte de suerte que las familias y menores en Guatemala, Honduras y El Salvador que resulten elegibles para solicitar el estatus de refugiados en los Estados Unidos, realicen los trámites desde sus lugares de origen a través de las instancias oficiales americanas.

Desde luego que esta iniciativa, de aprobarse, vendría a ser la solución adecuada a los problemas que se están dando actualmente y que ya han sido calificados como una verdadera crisis por algunas instancias y medios interesados en las relaciones trilaterales, de los países que conforman la región que va de Centroamérica, cruza por México y acaba en los Estados Unidos como destino. Para ello hace falta buena voluntad y deseos de efectivamente superar los problemas derivados de las circunstancias que no son privativas de esta región sino de prácticamente todo el planeta.

En el comunicado, los congresistas que conocen bien los asuntos de la frontera por haberlos vivido en carne propia, explican que: "Al permitir que los migrantes soliciten asilo de manera segura en sus países de origen, un número menor de solicitantes de asilo se verá obligados a hacer viajes peligrosos desde la frontera sur, con lo que se disminuye la probabilidad de ser victimizados y explotados por los traficantes de personas en su tránsito con destino al territorio americano".

Además de ello, aseguran que: "También disminuirá la acumulación de casos pendientes en los tribunales de inmigración al reducir el número de nuevos llegados y disuadir las solicitudes de asilo fraudulentas que impiden la protección oportuna para los refugiados legítimos que huyen de circunstancias extremas y peligrosas". El beneficio de la propuesta se echa de ver desde cualquier punto de vista que seguramente que tendrá el beneplácito de la mayoría en la Cámara Baja.

Da manera específica, el congresista Filemón Vela, señaló que: "Esta iniciativa de ley pretende proporcionar un proceso seguro y ordenado para evaluar las solicitudes de refugio y al mismo tiempo garantizar la protección humanitaria para las personas que huyen de la violencia. Al permitir que las demandas se procesen de manera efectiva dentro del país de origen de una persona, menos gente se verá obligada a realizar el peligroso viaje a la frontera para pedir asilo.

Por su parte, Vicente González señaló que: "Al adjudicar reclamos de refugiados en su propio país, podemos ayudar a prevenir un viaje costoso y peligroso a través de miles de millas, y al mismo tiempo reducir el impacto que este tráfico tiene a lo largo de nuestras fronteras. Esto es solo una parte de una solución global que requiere coordinación, innovación, sentido común y una inversión sostenida de tiempo, energía y recursos". El punto clave está en saber si realmente lo que se busca es una solución al problema de la migración y qué tanto pueden colaborar los demás. 

De que el asunto se ha desbordado y de que ha sido manejado con criterios muy estrechos, no hay lugar a dudas y ello puede constatarse cotidiamente en los puentes internacionales donde las demoras en los cruces son enormes y las pérdidas igual, con afectación para ambos lados del río Bravo. La idea de los representantes fronterizos es brillante; pero, falta ver si eso es lo que quieren quienes tienen el poder de decisión en la mano y hacen como que la Virgen les habla.

¿Ante esta iniciativa, habrá lugar para la sensatez en el Congreso?