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El reto principal

La sostenibilidad del modelo económico basado en el libre comercio y la globalización es cuestionada en todo el planeta; de manera principal por los países que dieron los primeros pasos para la implantación del sistema neoliberal, Inglaterra y los Estados Unidos, luego de los estragos que ha provocado en perjuicio de los seres humanos y su único hábitat, la Tierra: hambruna, sufrimiento, violencia, apatía, migración y erosión.

En México, ¿quién lo habría de imaginar?, esos problemas se han presentado con más énfasis; con especial impacto, convirtiendo al territorio nacional en una inmensa fábrica de pobres, tan pobres que han perdido hasta la esperanza y ya no anidan en su corazón ni en su mente el sano deseo de ser personas productivas en bien propio y de la colectividad. Primero se les escamotearon sus derechos a un trabajo digno y bien remunerado y ora se les ha aniquilado toda iniciativa; van por la vida como vegetales.

El reto principal

Es por ello que, junto a las acciones que se implementen para reorientar la economía y recuperar la paz, debe obrarse para que el trabajo vuelva a ser la ancha vía por la cual los mexicanos recuperen su calidad de seres superiores y puedan sobrepasar la crítica situación que los tiene sumidos en la miseria y el desamparo. Que la economía emane de los conceptos sólidos de la justicia para normar la relación entre capital y trabajo.

Según el último informe de la Comisión Económica para la América Latina, México tiene la participación salarial, con respecto al PIB, más baja en AL, lo cual habla de la baja retribución en el pago a los trabajadores. Aunque la Constitución es muy clara en cuanto a los salarios, existe un organismo oficial cuya tarea es mantener deprimidos los ingresos de los trabajadores, especialmente los de menores rangos en la escala.

Todos los años, desde el gobierno de Carlos Salinas, el encargado de que los salarios respondan a las necesidades de los trabajadores tomando como base el entorno de la economía nacional, sale con ‘domingo siete’, pidiendo a los asalariados apretarse, una vez más el cinturón, mientras que los magnates que representa ven engordar de forma exponencial sus utilidades. Simplemente, el año pasado, cuando el salario mínimo se elevó 4 pesos, los ingresos de los cinco más ricos de México fueron de casi 50 MMD. 

Dado que la débil participación de los salarios en el PIB es clara y viene a responder al debilitamiento de la creación de empleos formales y de calidad, y a la disminución de los salarios reales; que se ha menguado el papel del mercado interno; que las políticas publicas tienden remediar el desempleo por medio de la demanda externa; y que la economía va encaminada hacia un modelo de crecimiento basado sólo en la demanda externa estimulada por los bajos salarios como elemento central de competitividad, es imperativo implementar políticas públicas con una tendencia en total sentido opuesto.

Por principio, fortalecer el salario y con ello el mercado interno y el crecimiento del empleo, todos fuertemente ligados. Si no es posible dejar de lado la globalización, debe encontrarse una estrategia de inserción en aquellas áreas generadoras de mayor valor agregado, como lo hizo Finlandia en un principio y como ha hecho Canadá después. Un elemento muy importante es terminar con la informalidad, tanto en lo laboral como lo empresarial, de tal manera que se logre una total transparencia en la distribución del ingreso y del premio a la productividad. La filosofía de que haces como que me pagas y hago como que trabajo, y viceversa, debe erradicarse del sistema productivo nacional.

Es imposible soslayar que la información disponible sobre los costos de remuneración o costos laborales no suele estar desglosada por edad o sexo. Muchos establecimientos de los que se obtiene esta información no llevan un registro de los datos sobre remuneración indirecta separados en función del empleo. Además, entre establecimientos y entre países, la distribución de las trabajadoras y los trabajadores según la ocupación, el nivel de calificación, y las responsabilidades de supervisión muchas veces son disímiles en un mismo sector. Por lo tanto, comparar la información sobre los costos laborales entre mujeres y hombres basándose en la distribución de los costos en función del número respectivo de personas, o en el monto de los ingresos, podría dar lugar a conclusiones erróneas. Eso exige una total transparencia. 

Se han puesto los cimientos para la transformación de la República; buena ocasión para que se recuperen los valores personales y sociales que le dieron tanto lustre en las ápocas pretéritas, que el trabajo dignifica al hombre y engrandece a la patria.