Editoriales > ANÁLISIS

Todo va ‘pa´delante’

Se ha desatado tal alud de mensajes de alarma en las redes sociales que se torna casi imperativo escudriñar en los eventos actuales y recientes a partir de la elección de los nuevos poderes federales. El triunfo de los candidatos de izquierda y la posibilidad de acabar con el proyecto neoliberal en México, son acontecimientos acordes al tiempo y a las tendencias que se están dando en todo el planeta. El reacomodo de la geopolítica.

Tachar al presidente electo de populista es un absurdo que se desmorona por sí solo, aunque en alguno de los mítines de campaña haya dicho que si estar con la gente era ser populista, entonces, sí lo era; de hecho, se trata de un político maduro que conoce el sentido de la política desde la práctica. Asegurar que: “por el bien de todos, primero los pobres”, más que populismo, echa de ver un sentido pragmático de muy alto valor.

Todo va ‘pa´delante’

Muchos de los males que aquejan al Anáhuac y a la mayor parte de las naciones del Tercer Mundo, se deben a los estragos provocados por el capitalismo salvaje, que no acepta límites en sus excesos ni tiene más propósito que la aberrante acumulación de la riqueza que se genera con el trabajo de niños, mujeres y hombres, que no alcanzan a comer con los salarios miserables que pagan los potentados por extenuantes jornadas laborales que se han ido extendiendo y ya rayan en las doces horas diarias por 6 días.

Entonces, hacer valer la Constitución, que expresa: “El salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”, no conlleva la marca del populismo; sino, de la justicia social, que hace mucho tiempo está ausente de la vida institucional del México de este siglo XXI, que tan aciago ha venido a ser.

Exigir mejores salarios y prestaciones sociales efectivas para los trabajadores, no tiene nada que ver con el populismo. Es una demanda tan justa y racional que los países signatarios del Tratado de Libre Comercio de la América de Norte lo consideran una de las cláusulas indispensables para que se pacte su continuidad. La otra es la que se refiere al contenido mínimo de partes producidas en la región que integran los bienes susceptibles de la exportación-importación libres de aranceles entre los tres países, para fomentar la producción industrial.

En los cánones ortodoxos, se asume al populismo en dos vertientes: la económica y la política. El populismo económico tiende a distender el gasto público sin contar con un apalancamiento de sólido ingreso fiscal, lo que lleva a acrecentar el déficit, a traer dinero de fuera vía créditos internacionales y, finalmente, a soltar la fiera feroz de la inflación. El presidente electo ya gobernó la ciudad más grande de AL con tanta prudencia que entregó finanzas sanas con robusto crecimiento y pensión para los adultos mayores.

Por lo que hace al populismo político, este lleva al ejercicio del poder con un estilo autoritario y sectario, contrario al ejercicio democrático. Su propia experiencia al frente del Gobierno de la Ciudad de México demostró que todas las acciones que llevó a cabo fueron bajo la premisa del consenso, excepto en los casos en que, al amparo de la ley, podían o debían asumirse decisiones perentorias, siempre buscando el beneficio mayor.

Los sectores y organismos que se opusieron férreamente a su elección, recibieron un mensaje claro de conciliación y de respeto para todo lo que esté bien y se haya hecho bajo el imperio de la ley; quizá quienes debieran abrigar algún temor son los que se han enriquecido escandalosamente con la corrupción. Los políticos, gobernantes y funcionarios ineptos, corruptos e ignorantes, que abundan; los empresarios abusivos y hambreadores; los que han abjurados de la honestidad y torcido los caminos del Derecho para hacerse de mulas a la mala.

Quizá ni esos, por aquello de la amnistía que está por verse.

Por lo pronto, los mensajes de alarma deben tomarse de quienes vienen.