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El infierno que pagar

La representante demócrata por California sabe lo que dice

Desatendiendo las presiones de importantes miembros de la Cámara de Representantes, que ella preside, la Sra. Nancy Pelosi, que de política parlamentaria sabe un resto, acaba de echar a la uña del presidente Trump un trompo de tamaño colosal, que puede hacerle más daño que el juicio de procedencia que piden. Ayer dijo: "habrá un infierno que pagar para los republicanos del Senado si no aprueban un proyecto de ley universal de verificación de antecedentes en la compra de armas".  

La representante demócrata por California sabe lo que dice, pues durante las más recientes encuestas, incluyendo las realizadas por el binomio de Washington Post-ABC News, se encontró que el 89 por ciento de los encuestados, incluido el 83 por ciento de los republicanos, apoyan la exigencia de presentar pruebas fehacientes y la retención de antecedentes para todos los posibles compradores de armas. Se trata, pues, de un asunto que tiene el apoyo de la mayoría de la gente.

El infierno que pagar

Si el presidente y el líder de la mayoría republicana en el Senado se obstinan en no escuchar las voces que se han levantado por el control de armas luego de los recientes acontecimientos en que fueron inmoladas 40 personas inocentes a manos de asesinos que pudieron adquirir sus armas y pertrechos sin problema inclusive en tiendas de conveniencia a la vista de todos, no hay forma de negar que el vaticinio de la Sra. Pelosi se cumplirá y padecerán un auténtico infierno en las urnas.

Habría que señalar que la propuesta de los representantes demócratas no significa realmente un control de armas; sino, simplemente, hacer más eficientes los controles de antecedentes de los adquirentes, de tal forma que los instrumentos mortíferos no vayan a parar a manos de personas que tienen antecedentes de conductas antisociales o tendencia a la violencia y la agresión. De la misma suerte, se busca reducir la venta ilegal de armas, que se ha vuelto un negocio muy redituable. 

El Congreso retornó a Washington el lunes por primera vez desde los tiroteos masivos en El Paso y Odessa, Texas y Dayton, Ohio, donde muchas personas murieron. Los demócratas están tratando de ejercer presión sobre el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell y el presidente Trump, para que aprueben y firmen un proyecto de ley de verificación de antecedentes de la Cámara de Seguridad, que se ha estancado en el Senado controlado por el Partido Republicano.

El senador Chris Murphy de Connecticut, un líder en el control de armas en el Senado, dijo que ha estado negociando con la Casa Blanca sobre una legislación bipartidista; pero, es pesimista acerca de encontrar un acuerdo.  "Todavía estoy negociando de buena fe para encontrar una propuesta bipartidista que amplíe los espacios para cubrir más ventas comerciales y salvar vidas. Sigo tomando al presidente en su palabra de que quiere lo mismo. Pero a medida que pasa cada día, parece más probable que encontremos de nuevo un lugar familiar, donde el 90 por ciento de los americanos quieren más verificaciones de antecedentes; pero, se van a decepcionar una vez más".

Al otro lado del Capitolio, su homólogo demócrata, el líder de la minoría Chuck Schumer, aumentó la presión sobre McConnell y Trump, quienes dijeron que está a favor de una nueva legislación de verificación de antecedentes; pero, no ha respaldado una legislación específica.  "Dos personas en Washington pueden asegurarse de que se apruebe la ley de verificación de antecedentes", dijo el demócrata de Nueva York: "Donald Trump y Mitch McConnell. Depende de ellos. Totalmente a su altura. Y está sobre sus hombros. No pueden eludir esa responsabilidad". Ni para dónde hacerse.

El punto final del debate lo pusieron en un mensaje a Trump el mismo Schumer y la presidenta Pelosi, en el que específicamente: "Le suplicamos que aproveche este momento en que su liderazgo e influencia sobre los republicanos en el Congreso sobre el tema de las armas de fuego es tan crítico". De plano, le echaron el trompo a la uña y a ver cómo lo sostiene bailando.

Desde luego, hay poderosos intereses, concretamente de la industria armamentista, pilar de la economía de muchos países, que se oponen a cualquier restricción en la venta de armas, aduciendo principios de libertad que tienen que ver con la Segunda Enmienda; pero, ¿y las leyes?