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El Ahuizote

En 1874, publicó los periódicos satíricos El Ahuizote, El Constitucional y El Radical, desde los cuales criticó al gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada

Cuando el gran maestro de América, Ignacio Manuel Altamirano dijo del ministro plenipotenciario del gobierno de don Porficio Díaz en los reinos de España y Portugal, mediante agudo sátira, que era al mismo tiempo: “Ministro, embajador, pluma y espada; poeta, historiador, tenorio y viejo; azteca y español lleva pintada, la mezcla de su raza en el pellejo”, retrató de cuerpo entero a don Vicente Riva Palacio, un hombre que estando en la cumbre descendió al frío de las mazmorras. 

Vicente Florencio Carlos Riva Palacio Guerrero nació el 16 de octubre de 1832 en la Ciudad de México, fue hijo de Mariano Riva Palacio, abogado defensor de Maximiliano de Habsburgo, el segundo emperador de México, traído desde Miramar por los conservadores opositores al gobierno de don Benito Juárez a mediados del siglo antepasado, y nieto de Vicente Guerrero.

El Ahuizote

Con dichos antecedentes, no pudo tener una vida cómoda y tranquila; tomó parte en todas las acciones que devinieron en el porfiriato al doblar los siglos XIX y XX. Durante la intervención francesa, formó una guerrilla que se anexó al Ejército de Oriente comandado por el General Ignacio Zaragoza. El 24 de julio de 1864 recibió del presidente Juárez, el grado de General de Brigada del Ejército, a parir de lo cual se dedicó a organizar nuevas fuerzas en los Estados de México y Michoacán. Su centro de operaciones estaba en Zitácuaro, desde donde atacó con éxito lugares como Toluca, Tacámbaro, Maravatío o Morelia, ganando fama de ser un militar efectivo.

Entre tanto, editó los periódicos El Monarca y El Pito Real. Compuso los versos del himno burlesco Adiós, mamá Carlota (paráfrasis de Adiós, oh patria mía, de Ignacio Rodríguez Galván) que cantaron chinacos en Querétaro durante el fusilamiento de Maximiliano. “Alegre el marinero,/ con voz pausada canta/ Y el ancla ya levanta con extraño dolor./ La nave va en los mares botando cual pelota/ ¡Adiós mamá Carlota! ¡Adiós mi tierno amor!/ Y en tanto los chinacos ya cantan su victoria./ Guardando tu memoria sin odio ni rencor./ Mientras el viento alegre tu embarcación azota”. En 1865, fue designado gobernador de Michoacán.

Posteriormente, volvió a la vida privada y recibió el nombramiento de Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, dedicándose a la actividad judicial hasta 1870. Al triunfo de la República, con la victoria juarista, renunció al mando de tropas y a la gubernatura del estado de Michoacán y se aprestó a contender por la vice presidencia, siendo derrotado por José María Iglesias.

En 1874, publicó los periódicos satíricos El Ahuizote, El Constitucional y El Radical, desde los cuales criticó al gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada. En 1876, apoyó el plan de Tuxtepec.