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Misionero, no científico

El colapso de sus ideas y el desastre que han provocado a nivel global, con agitación, inestabilidad política y hasta violencia en países tan lejanos en todos los aspectos como Chile y Japón, ponen en evidencia que la definición que de él se hizo, en el sentido de que era un misionero más que un científico, aunque haya ganado el Premio Nobel de Economía en 1976, es acertada, porque su teoría básica: “competencia y precio igual a costo de producción” no se sostienen en ningún lado.

Sus ideas cambiantes, libre mercado, monetarismo, neoliberalismo, desembocan en que las ventajas del mercado son varias: Tiene poder de asignación al permitir, mediante el intercambio, la coordinación de actividades en la producción eficiente de bienes y servicios; ese intercambio debe darse de manera voluntaria por ambas partes, las cuales deberán estar bien informadas; fomenta la voluntad sin la coerción en tanto se mantenga el verdadero libre intercambio. Pos, sí.

Misionero, no científico

Pero, la realidad ha venido a ser muy diferente y, en verdad el libre mercado no existe, pues el mercado está dominado por los poderes económico, político, sectario, etc., sobre todo en países como México, donde se han creado monopolios cerrados que, amafiados con instancias políticas, se protegen en contra de cualquier intento de paliar los estragos de la extrema concentración de la riqueza que al mismo tiempo que crea colosales fortunas, disminuye el ingreso del trabajador.

Se la llamó a Milton Friedman misionero porque era un absoluto creyente de sus ideas económicas y fue un hábil y eficiente propagador de las mismas, tanto que inauguró una época que prometía ser de bonanza compartida y ha resultado lo contrario. Jamás los magnates habían podido acumular tanto dinero y nunca el ser humano que únicamente tiene sus manos para ganar la gorda, había caído en circunstancias tan precarias que en este mismo momento miles de niños mueren de hambre, frío, falta de agua limpia para mitigar su sed y hay una migración planetaria.

Antes de fallecer el 21 de noviembre de 2006, se manifestó en contra de la independencia de los bancos centrales. Consideró que independencia jurídica no implicaba la independencia de hecho. Además, se planteó si era deseable que en una democracia una institución concentrara tanto poder. En este sentido encontró una seria incompatibilidad entre sus puntos de vista liberales y la independencia de los bancos centrales. Tal independencia, aseguraba, otorga demasiada importancia a las personalidades en la toma de decisiones y demasiado poder a la banca. ¡Oralé!

La prevalencia de las ideas miltonianas tiene su origen en Chile, donde son difundidas por la Pontificia Universidad Católica de Chile, asociada a la Universidad de Chicago de la que Friedman era la figura central; pero, tienen su culmen con la entrevista Friedman-Pinochet, admiradores mutuos, en la que éste se compromete a idear un plan de recuperación de la nación sudamericana que se traduce en una carta con instrucciones precisas de las medidas a tomar que inician con la privatización de las empresas estatales, reducción de salarios y total libertad empresarial.

Las ideas de Pinochet, que se tradujeron en la Revolución de Thatcher en 1979 y la Revolución de Reagan en 1980 fueron sseguidas por Sebastián Piñera, que llevó las ideas neoliberales hasta sus últimas consecuencias, creando lo que se dio en llamar el milagro chileno,. En México, se inicia la era neoliberal con Miguel de la Madrid al entregar el poder político al poder económico en los 80s.

Carlos Salinas, como predijera su peón José Ángel Gurria, dominó la escena político-económica de México durante 25 años; Piñera volvió a hacerse del gobierno luego del régimen estabilizador de Michel Bachelet y declara que no se había dado cuenta de los estragos causados por el régimen neoliberal del cual es un beneficiario directo con una gran fortuna bajo el brazo. Ahora ha dado marcha atrás a las políticas injustas que han dado al traste con el milagro chileno que fue un blof.

Uno de los puntos clave de las ideas de Milton es que la intervención del Estado en la economía no permite la libre competencia en los mercados abiertos; ideas que también están equivocadas, porque la realidad es que el poder económico aliado al poder político ha permitido el fraude y el engaño como una constante de las relaciones comerciales en perjuicio de los consumidores. 

Ofrecer unos tenis que con solo calzarse hacer disminuir 20 kilos a las féminas, o la lamparita que es capaz de cegar e inmovilizar a al delincuente más avezado con su potente luz, o las medicinas milagrosas que hacen levantar muertos a media noche, así como los servicios que ofrecen hasta 10 mil y entregan menos de uno, “porque la ley lo permite”, son evidencias claras.

Friedman fue más misionero de una causa fallida más que un científico, a pesar del Premio Nobel.