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Dios en la política

Aquel 22 de junio de 1986, en el Estadio Azteca de la Ciudad de México, cuando se disputaban los cuartos de final de la Copa Mundial de Fútbol entre Argentina e Inglaterra, el futbolista argentino Diego Armando Maradona metió un gol con la mano que fue validado por los árbitros y así su equipo pudo ganar 2-1. Posteriormente, el astro gaucho declaró que el gol lo había anotado un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios. A partir de allí la anotación fue conocida como el gol de Dios. 

Si el Señor tiene que ver con el fútbol, seguramente que también con la política. De otra forma no puede explicarse que con tantos embates, malquerencias y maledicencias, el gobierno de México tenga tantos y tan buenos indicadores económicos y no se diga de los augurios de una pronta recuperación. Dado que para afirmar algo hay que probarlo, habría que decir que ayer el precio de la mezcla mexicana de petróleo de exportación mantuvo su racha positiva, tras cerrar la jornada del martes 5 de mayo en 21.67 dólares por barril, y la exportación registró un avance de 19.26% ante la expectativa de mayor aumento en la demanda de combustibles cuando se reanuden las actividades económicas del vecino país, elevando el consumo de combustibles densos, como el diesel y la turbosina, que requieren de la mezcla mexicana pesada.

Dios en la política

El futuro de la industria sin chimeneas se antoja muy promisorio, más con los proyectos de inversión de la actual administración federal que apuesta a la recuperación de ese puntal histórico de la economía nacional. Se han descubierto nuevos yacimientos someros y se espera elevar la producción a niveles que permitan continuar con las exportaciones para traer dinero fresco, la refinación de crudo en las nuevas instalaciones que se construyen a pasos acelerados y la rehabilitación de los complejos existentes.

Por otra parte, el Índice de Precios y Cotizaciones en los mercados bursátiles arrojó resultados muy por encima de lo previsto y superaron los negros augurios de los contreras sempiternos y sus claques a sueldo. El reporte del primer trimestre del año finalizó en México y estuvo por encima de pronósticos que mantenían los operadores de Intercam Casa de Bolsa, según señaló la propia institución en un informe privado dedicado exclusivamente para inversionistas. A pesar de la crisis, el negocio va bien.

En ese informe, Alejandra Marcos, directora del área de análisis de Intercam, asegura que: “Los ingresos de las compañías del IPC que tenemos en cobertura aumentaron 3.5% anual (en comparación con un 2.7% estimado), mientras que las utilidades operativas aumentaron 2.8% (en comparación con el 1.4% estimado)”, de lo que se desprende que el impacto que ha tenido en el ámbito bursátil el paro decretado por las autoridades con motivo de la pandemia de Covid-19, no ha incidido negativamente.

Quizá por ello se han elevado sostenidamente las reservas del Banco de México, luego de la baja por los montos que debieron destinarse para evitar el desbocamiento de la cotización del peso mexicano frente al dólar durante el mes anterior, antes de la firma de las negociaciones de la Opep para estabilizar los precios del petróleo. De acuerdo a los reportes del Banco de México, a mediados de abril, las reservas eran de 185,942.8 millones de dólares, tanto en billetes como en oro, y al fin de mes se cerró en 186,655.4.

Si se están viendo buenos resultados en este momento, el futuro se ve mejor. Recientemente, Sergio Reséndez, director de la Oficina Monterrey de Colliers International, señaló que la entrada en vigor del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), es un área de oportunidad que ya empieza a mostrar resultados. Reséndez destacó las ventajas que ofrece México como destino de inversión: cercanía geográfica con EU, su enorme capacidad logística y la mano de obra capacitada.

Por fortuna, el nuevo tratado comercial que regirá a partir del primero de julio evitará seguir haciendo el caldo gordo a los empresarios que se enriquecieron con el hambre de los trabajadores, pues no contempla las recomendaciones que hizo Eduardo Solís, miembro del consejo directivo de la Confederación de Cámaras Industriales de México y hasta recién presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, en el sentido de que: “El Gobierno federal promueva y facilite los negocios y evite todo aquello que sea regulador y que vaya en contra de la promoción de las empresas”. Ya no más.

Ahora los beneficios del acuerdo comercial tendrán que favorecer a todas las partes, con justicia y equidad. Si Dios metió un gol con la mano de Maradona, ahora hace justicia con una política humanista.