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Cuando China despierte…

Napoleón Bonaparte sin duda alguna fue un gran estratega militar y líder visionario,  hace doscientos años acuño la frase “Cuando China despierte, el mundo temblará”.

Creo que las principales potencias económicas del mundo, en su carrera por ser mejores han dejado pasar –y con venda en los ojos– al dragón de la economía China.

Cuando China despierte…

El gigante apenas está comenzando a despertar, sus 1,400 millones de habitantes se están aplicando, pues los chinos no tienen mayor consigna que trabajo, trabajo y trabajo; sus empresas están en producción 24 horas al día, los trabajadores cumplen una jornada en promedio de 12 horas y si es necesario, trabajan más.

El nivel de desempleo es cero, y no hacen paro de trabajo, los empresarios millonarios de China ya están invirtiendo varios millones de dólares en diferentes países del mundo y el nuestro parece ser uno de los consentidos.

El director general del Banco de China en México declaró que nuestro país es uno de los más importantes del continente americano, con un crecimiento económico permanente durante la última década.

México y China llevan varios años de buena relación comercial, las exportaciones e importaciones de productos agropecuarios se han intensificado y en los primeros cinco meses del año, reportaron un crecimiento de 54% comparado con el mismo periodo de 2017, lo que representa más de 320 millones de dólares.

Asimismo, los gobiernos de ambos países establecieron nuevos convenios para exportar subproductos de carne de cerdo y la ampliación comercial de moras mexicanas… al parecer estos acuerdos son sólo el principio de los planes de expansión y desarrollo de la potencia de oriente.

Desde 1993 que existen registros oficiales, México siempre ha tenido déficit comercial con China, es decir, le compra más de lo que le vende; las importaciones procedentes de China han crecido enormemente; en 2017, el país tuvo un déficit récord de 67,432 millones de dólares.

México trae desde China teléfonos celulares, pantallas, computadoras y partes para armarlas, China es la segunda fuente de las importaciones que hace México, después de los Estados Unidos.

El país le vende a China principalmente cobre y sus concentrados, aceite crudo de petróleo, cajas de velocidades automáticas, plomo y plata, entre otros. El territorio chino es el tercer destino de las exportaciones de México, según la embajada nacional en China.

México es el principal destino en América Latina para los visitantes chinos.

China es la segunda fuente de visitantes para México dentro de la región de Asia; estas circunstancias, han dado pie para que el Banco de China haya decidido apoyar el desarrollo de las empresas mexicanas que tienen negocios con su país, de igual modo lo harán con las empresas chinas que vayan a hacer inversiones en el nuestro.

Actualmente, China está estudiando uno por uno, de manera independiente, los proyectos de infraestructura que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador quiere llevar acabo, como lo son “El Tren Maya” la remodelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, o la construcción de las cien universidades públicas.

En noviembre de 1971, en el gobierno de Luis Echeverría, México votó a favor del ingreso de la República Popular China a la Organización de las Naciones Unidas como único representante de esa nación, dando así reconocimiento a su indivisibilidad territorial; después, el 14 de febrero de 1972, la República Popular China y los Estados Unidos Mexicanos establecieron formalmente las relaciones diplomáticas que sostienen hasta hoy.

El acuerdo implicó la instalación de embajadas en las capitales de cada país; la relación se fundamenta en el respeto a la no intervención, la coexistencia pacífica, la cooperación en mutuo beneficio, la soberanía y la integridad territorial.

De acuerdo con un artículo publicado por Forbes, titulado “Asia, el gigante ignorado por México”, las empresas chinas están interesadas en el sector de infraestructura y generación de electricidad, y otras están explorando cómo tener mayor presencia en la minería mexicana.

Sin embargo, los inversionistas chinos son mucho más cuidadosos en cuanto a sus oportunidades con México después de la cancelación del tren México-Querétaro –concesión que ya habían ganado por licitación;  ya que afectaba los intereses del círculo cercano del ex presidente Enrique Peña Nieto.

Al día de hoy para México sería muy importante tener el financiamiento económico necesario para llevar a cabo su transformación, y China puede ser el inversor que necesitamos.

“Para corregir un error, hay que sobrepasar los límites justos; de otra manera, el error no será corregido”: Mao Tse Tung.