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Comercio justo

A principios del milenio, los estragos provocados por el neoliberalismo salvaje, feroz y predador habían llegado a tales extremos que un grupo de mentes lúcidas de cuando menos 50 países, tuvieron la idea de instaurar, cada segundo sábado del mes de mayo, de cada año, el Día Internacional del Comercio Justo, iniciativa que surge de la Organización Mundial del Comercio Justo que cada vez se extiende más por los cuatro confines del planeta, incluyendo la América.

Uno de los considerandos fundamentales es que el Comercio Justo es un agente para el cambio. Es un medio hacía los cambios positivos que se quieren ver en el mundo: justicia social, desarrollo sostenible de la economía y condiciones de vida dignas para las comunidades, especialmente en el Sur. Es una contribución tangible a la lucha contra la pobreza y la explotación, el cambio climático y la crisis económica que tiene mayor impacto en las poblaciones más vulnerables del mundo. El comercio debe ser de beneficio para los más vulnerables y ofrecer condiciones de vida sostenibles mediante el desarrollo de oportunidades para los pequeños productores más desfavorecidos.

Comercio justo

En el manifiesto que se ha lanzado a nivel internacional para convocar a la población mundial a unirse a esta causa, se dice que: "En este día tan especial queremos recordar a los millones de personas de todo el mundo que están detrás de los productos que consumimos y que sufren insoportables formas de explotación, aún presentes en pleno siglo XXI. Hoy, queremos recordar que esa explotación no es circunstancial o una práctica aislada en un sector concreto o en una cadena de suministro. La obtención del máximo beneficio económico, regla que rige nuestro sistema, impone la depredación de los recursos naturales y la explotación laboral, imposibilitando el respeto a los Derechos Humanos y al medioambiente". Ojalá más personas se concienticen hoy.

Recientemente, un importante empresario señalaba con un dejo de ironía que los comerciantes fueron echados a latigazos del templo por Jesús, y que, por lo tanto debían cargar con ese estigma. Habría que agregar que la Biblia dice que será más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino delos cielos; sin embargo, hay que diferenciar, pues hay comerciantes justos que venden calidad a buen precio, pagando buenos salarios al trabajador.

Con frecuencia se menciona aquí a don Manuel Espinosa Yglesias, quien al frente de Bancomer creo la institución que daba empleo al mayor número de personas fuera de las nóminas oficiales y que pagaba tan bien a sus empleados, casi todos clientes de la institución, que eran la envidia de sus homólogos allende la frontera. Los negocios más exitosos a lo largo de la historia son los que comparten con sus empleados las utilidades, chicas o grandes, para que todos salgan ganando.

Agrega el manifiesto que: "Esta realidad no entiende de fronteras ni países. Se da con más gravedad donde por razones históricas, culturales y económicas existen condiciones favorables para ello. Se da, en resumen, donde no se permite la denuncia, ni existe la transparencia, donde existe menos protección social y sindical. Es por ello que nuestra lucha es global. Una lucha que denuncia las injusticias allá donde se dan. Una lucha que denuncia los abusos de las multinacionales cuyos beneficios se reparten entre una minoría pero cuyas consecuencias pagamos todos. Una lucha que exige a los representantes políticos el desarrollo de políticas públicas para el cuidado de todos, especialmente de los más vulnerables". La frontera, sabe bien.

La periodista española Laura Sipan destacó muy oportunamente que: "Este año, el Día mundial del Comercio Justo ha coincidido en nuestro país con una primavera cargada de citas electorales... Porque creemos que ante retos como la pobreza global (todavía más de 780 millones de personas sobreviven con menos de 2 dólares al día), el aumento escandaloso de la desigualdad (en los últimos años el 1% de la población más rica recibió el doble de ingresos que el 50% más pobre) o el cambio climático, la ciudadanía tenemos mucho que hacer, pero es esencial el compromiso político.

Por ello hemos transmitido a los partidos un decálogo de propuestas en este sentido. Una de nuestras principales reivindicaciones es la aprobación de leyes que vigilen, regulen y sancionen las prácticas comerciales abusivas, la sobreexplotación de personas y de recursos naturales o las condiciones laborales indignas por parte de empresas tanto dentro como fuera de nuestras fronteras". Ojalá aquí pudiera ocurrir algo similar.