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La soga en el cuello

Corrían los años dorados en que se servía a los niños de la mayor parte de las escuelas del país, especialmente los de remotas comunidades, la famosa morisqueta (plato de frijoles con arroz cocidos, que si bien son nutritivos no corresponden a los gastos). Según los reportes de la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, cada platillo que se servía a los pequeños tenía un costo de 49 pesos, a los que habrían de agregarse otros 60 más por costos de logística y de preparación.

Hay quien asegura que estas irregularidades llegaron a oídos del presidente, quien pudo constatar personalmente lo de la morisqueta que le estropeó el estómago acostumbrado a ricos y variados manjares preparados por expertos chefs y rociados por vinos importados desde los mismísimos viñedos de la campiña francesa y del valle del Rin; pero, lejos de enfadarse y tomar medidas en contra de quien estaba lucrando con el hambre de los mexicanos, le dijo: "No te preocupes".

La soga en el cuello

Quizá ahora pueda decirle como aseguran que le dijo el comal a la olla. "qué tiznada estás", dado no hay forma de que logre salir bien librada del proceso que se ha iniciado en su contra. Al parecer existe el propósito de que los aparatos de procuración y de administración de justicia, que han sido tan cuestionados, ahora sí hagan las cosas bien y se logre llevar a la picota a un personaje en el que se resumen las peores características de las clases dirigentes de este país: deshonestidad total.

A Rosario Robles, que puso a disposición de un aventurero argentino su lecho y las arcas del por entonces Distrito Federal, le está pasando lo que a Al Capone: la justicia no le echo el guante por delincuente, sino por evasor fiscal. La exfuncionaria dice que nunca tomó un centavo y que su firma no aparece en los documentos por medio de los cuales se hicieron de agua más de cinco mil millones de pesos. No; pos, no. Pero, sí supo de ello porque fue enterada verbal y por escrito de los robos.

La acusación que pesa en su contra es porque  de dos exfuncionarios de la Sedesol y Sedatu, aseguraron haber avisado a la exfuncionaria de las irregularidades que se venían perpetrando desde 2014, primero de forma verbal y después por escrito. También el exauditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, en junio de 2014, le informó del abuso de la dependencia en el sentido de evadir las licitaciones de ley para contratar proveedores y, en su lugar, hacer convenios con universidades con la sospecha de desvío de recursos públicos por cantidades muy elevadas.

Al expediente se anexaron los 12 oficios enviados a Robles en 2015 por parte del área jurídica de la Auditoría Superior de la Federación, en la que le informó sobre los pliegos de observaciones, es decir, listado de irregularidades detectadas en la Sedesol, lo que viene a demostrar que Robles tuvo conocimiento del esquema de desvío y no sólo no avisó al presidente Enrique Peña Nieto, su jefe directo, sino que no hizo nada para detener las irregularidades por 5 mil millones de pesos.

Para dejar plenamente probado lo que la fiscalía asegura, se contó con los testimonios de José Antolino Orozco, exdirector de Geoestadística en Sedesol y ex jefe de la Unidad de Planeación en Sedatu; y María del Carmen Gutiérrez Medina, extitular de la Unidad de Planeación en Sedatu del 1 de noviembre de 2015 al 30 de noviembre de 2018, quienes aseguran que Rosario tenía conocimiento de que al interior de ambas dependencias existía una estructura paralela dedicada a la simulación de servicios, la falsificación de firmas en convenios irregulares, y la fabricación de entregables que se bajaban de internet. Las argucias del batallón de abogados defensores, han resultado nulas.

Ayer, corrió como reguero de pólvora la noticia de que Rosario había sido amparada por un juez federal contra cualquier orden de aprehensión. ¡Pos, no! Robles, obtuvo del Juzgado Sexto de Distrito de Amparo en Material Penal en la Ciudad de México la suspensión provisional contra cualquier orden de aprehensión que gire en su contra la Fiscalía General de la República, por aquellos delitos que no ameriten prisión preventiva. ¡Los que no ameriten prisión preventiva!

Para quienes quieren ver, esta es otra de las jugadas magistrales de la Fiscalía, que así garantiza que la indiciada no huya como han hecho todos sus contlapaches, que se la pasan campechana en Europa.

Al conceder el amparo, el juez le ordena comparecer ante ese juzgado los lunes de cada semana o el día siguiente si es inhábil y deberá acudir a firmar en el libro de quejosos para que se le conceda la suspensión contra actos privativos de la libertad, específicamente la orden de aprehensión; además tendrá que comparecer cuantas veces sea citada dentro del proceso que se le sigue.

Así, como quien quita un dulce a un niño, la señora se puso la soga al cuello, pues si se vuelve ojo de hormiga, entrará en desacato y entonces sí, no la salva ni Dios padre.