‘Y que no te digan en la esquina el venado, el venado’ ¿Se puede sobrevivir a una infidelidad?

Es una realidad que ninguna relación está blindada ni tiene un impermeable de hierro repelente a las infidelidades. Todas las relaciones de alguna manera están expuestas ante la posibilidad de una infidelidad. Definitivamente, esta es una de las heridas más profundas y complejas de sanar, sin embargo, existen caminos para poder comprender el por qué y el para qué de lo ocurrido. A mayor comprensión, mayor posibilidad de salir bien librado de la situación, independientemente si decides quedarte o no en la relación.
Antes de entrar de lleno en el tema, es indispensable aclarar que hay una gran diferencia entre lo que es inaceptable y lo que es imperdonable. Si para ti es inaceptable la infidelidad tienes todo el derecho de terminar tu relación, sin embargo, esto no implica que no lo puedas perdonar, porque sería muy lamentable que decidieras conservar la amargura y el odio, ya que el beneficio del perdón, te favorece sólo a ti. Recuerda que perdonar no es justificar la patanada que te hicieron, es simplemente la voluntad de decidir liberarte del resentimiento.
Hay muchas reacciones por las que las personas atraviesan después de enterarse que les han sido infieles. Las reacciones más comunes son, naturalmente, quererlos matar, exhibirlos con la familia y los hijos (si es que los hay) y correrlo de la casa. Aunado a estos actos impulsivos se llena la mente de una catarata de pensamientos destructivos (e irreales) como creer que toda la relación fue una mentira (desde el día uno), que nada valió la pena, que no fuiste lo suficientemente buena y que en todo este mugrero, tú fuiste solo la víctima. De lo que acabo mencionar, no todo necesariamente es real.
Naturalmente cada caso es diferente. No es lo mismo que te pongan el cuerno cuando tienes seis meses de noviazgo a que te lo pongan cuando llevas veinticinco años de matrimonio, tres hijos, una hipoteca que pagar y patrimonio que repartir. No es lo mismo si fue un “desliz” o si fue una relación establecida y, sobre todo, el significado y el impacto que tuvo la experiencia. Subrayo que no estoy justificando nada ni a nadie, solo que duele diferente y la recuperación es distinta dependiendo cada caso. ¡Lo aclaro para que luego no digan!
Si estás en esta situación y decides perdonar e intentar rescatar la relación, ¿cuáles serían las recomendaciones básicas? Es complejo decir específicamente qué hacer, no obstante, es de mucha ayuda saber qué no hacer. Por ejemplo: 1) Evita decidir inmediatamente si te quedas o te vas de la relación. 2) Evita negar tus emociones. Entrarás a una montaña rusa donde brincarás de la rabia a la desolación. 3) Evita obedecer a tus impulsos de venganza. Es importante que protejas tu dignidad. 4) Renuncia al síndrome del buitre y evita hacer preguntas carroñeras como ¿Dónde tenían sus encuentros? ¿Te gustaba más con ella que conmigo? Este tipo de preguntas en todo momento sólo intoxicarán tu proceso. Es necesario que identifiques para qué quieres esas respuestas, ¿para reparar, para entender o para castigar?
Cuando la persona infiel muestra un auténtico arrepentimiento, firme decisión de no tener contacto con la otra persona, cuando hay un legítimo perdón y, sobre todo, una genuina voluntad para reconstruir la relación existe muchas posibilidades de que la relación salga avante. Descubrirán en el camino si la voluntad les alcanza o no. Lo que, si te puedo decir con toda autoridad es que, si tu pareja es un infiel recurrente, entonces ya estamos hablando de otra situación (descaro y cabronería) y no tienes nada que hacer ahí. Te aseguro que se va a repetir. (#Anótele)
Si ambos están dispuestos a aceptar la parte que les corresponde, a generar un océano de empatía, acuerdos, perdón y voluntad, te podría asegurar que hay mucho que rescatar. Muchas veces, una infidelidad hace que la pareja se consolide y aclaro, no lo estoy promoviendo, sólo como dato estadístico. Busquen orientación profesional. Independientemente del desenlace, recuerda que, aunque aparentemente lo pierdas “todo”, siempre puedes conservar la lección. Nos leemos pronto.
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