Columnas > EN SÍNTESIS

Un gobierno sensible

“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”. Ayn Rand

Estoy sentado frente a la computadora, las ideas vienen y van, las llamadas, los mensajes y las felicitaciones por mi cumpleaños, hacen de esta columna algo muy especial. Me siento feliz, contento y sobre todo Agradecido con Dios que me permita llegar a cumplir 48 años.

Un gobierno sensible

A todos quienes han tenido la oportunidad de hablarme para felicitarme, sinceramente muchas gracias.

Esta ocasión mi colaboración tiene varias ideas derivadas de la falta de compromiso social, de la pérdida de valores y de la destrucción de la familia tradicional. Las nuevas tendencias llevan a extremos que se contraponen en temas como matrimonios del mismo sexo o en temas como el aborto.

Pero más allá de esas problemáticas o situaciones, nuestra actitud, y nuestra expectativa debe ser diferente, no podemos seguir esperando a que todo lo resuelva el gobierno. Los organismos no gubernamentales, la sociedad civil y los grupos de personas que se organizan para determinados fines sociales, deben estar preparados para ir sorteando una serie de retos que se van presentando en el país.

No se puede acabar con el neoliberalismo ni la corrupción por decreto presidencial, ni por arte de magia. Lo que sí se puede hacer es luchar como sociedad para evitar caer en escenarios como los que se están viviendo en el cono sur, ejemplos como Bolivia, ecuador y Chile, no se diga Venezuela, son escenarios latentes, que pueden contaminar a nuestro País, en el entendido de que los niveles de violencia no cesan, la inseguridad el desempleo, la falta de productividad, los recortes presupuestales, en fin existe un caldo de cultivo para que intereses ajenos y externos empiecen a permear en grupúsculos y hacer movimientos que atenten contra nuestra estabilidad.

Como no recordar la semana pasada los temas en las redes sociales a raíz de un mensaje del presidente López Obrador que descarta un golpe de estado, situación que en la especie generó en la milicia y en muchos sectores de la publicación incertidumbre y salieron a relucir temas que no es conveniente para nadie que quiera vivir en armonía y paz en nuestro País.

Estimo que se puede prever con tiempo un mejoramiento social y que influya en la política, cuando en verdad veamos a la política como un verdadero servicio público, es decir, que quienes detentan el poder, lo hagan con afecto, con cariño y con amor a sus semejantes, con una verdadera vocación de servicio.

Las historias se pueden mejorar, podemos tener “historias de éxito”, como bien nos ilustra la conocida Gaby Vargas se pueden cambiar los paradigmas, y se puede pensar en grande, no todo el éxito estriba en triunfar o ganar, muchas veces el éxito se presenta en forma de lograr objetivos, por ello insisto en la relación sociedad gobierno, que las comunidades exijan a sus autoridades mejores condiciones de vida y mejores servicios y que a su vez los gobernantes presenten mejores proyecto en beneficio común

El éxito, va de la mano de la felicidad, si el ciudadano común y corriente está contento por el hecho de que observa resultados en las acciones de gobierno, existirá mejores estándares de vida, no es una utopía ni es un sueño, es una realidad que está al alcance de la mano. Quienes nos gobiernan tienen que empezar por ser mejores personas, mejores seres humanos y procurar hacer el bien.

Cuando exista congruencia entre los propósitos de un gobierno y las expectativas de la sociedad, se darán mejores escenarios, porque los políticos deben dar lo mejor de sí, dejar de lado los estereotipos políticos y aterrizar con la gente de manera sencilla, de forma amigable, deben darse canales de comunicación directos, sin tantos intermediarios. La política se hace todos los días y a todas horas no solamente cuan se tiene un cargo público o se es un gobernante. Nos vemos en la próxima mi correo es mariolongoria55@hotmail.com


Mario Alberto Longoria Gómez

Mario Alberto Longoria Gómez

Otras publicaciones del autor