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República del Noreste

Que mala actitud ha venido asumiendo la Comisión Federal de Electricidad en los momentos más inoportunos que por lo mismo son más perjudiciales para los consumidores a quienes les están llegando recibos, en algunos casos, por cantidades escalofriantes que rondan entre los 80 y 90 mil pesos.

Peor es que cuando el usuario acude personalmente a la CFE, encuentra ausencia de ejecutivos y personal. Ahora todo quieren tratarlo por medio de teléfono y peor todavía que quien contesta es una computadora, háganos el regrandísimo favor.

República del Noreste

Pero hay algunos que han insistido y de alguna forma han obtenido un teléfono en donde esté un humano, pero eso tampoco es solución. La respuesta es inflexible: o pagas o te cortan, y ahí hágale como quiera.

Lo anterior deja de manifiesto la insensibilidad de esa empresa paraestatal que tiene al frente a una persona con fama de duro, muy duro diría yo, y todos sabemos que ese es MANUEL BARTLET, que si bien por un lado le reconozco que se fajó los pantalones y metió al redil a las empresas que tenían jugosos contratos de mantenimiento de redes con la CFE, no debe pasarle de noche que por angas o mangas a los consumidores les están llegando recibos sumamente altos, lo que implicará agregar otro problema más a los que ya confrontamos como el de la pandemia que a quienes no tienen un salario fijo, los tiene contra la pared, que si bien el gobierno federal ya anunció un programa de apoyo para las pequeñas y medianas empresas, no todos van a entrar en ese programa. Los informales no cubrirían uno de los requisitos y son precisamente a los que tiene la pandemia al punto de la desesperación.

Son gente que vive al día, algunos tienen para sobrevivir un mes o menos y otros todavía menos que son los de puestos semifijos podrían cerrar y sostenerse dos o tres meses.

Pero el 80 o el 90 por ciento son los de los que, si no salen a vender, nomás no comen y ante esa situación aparece amenazadora la Comisión Federal de Electricidad, mostrándose implacable en estos tiempos de la pandemia.

La respuesta, como ya les dije, es inflexible rayando en lo colérica: o pagas o te cortamos. Así de simple y así de sencillo, pero para quienes trabajan en la CFE, que, dicho sea de paso, como parte de sus prestaciones laborales no pagan por el servicio.

Al margen de lo anterior, la reciente reunión en Monterrey de los gobernadores de Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León exhaló un fuerte olor a azufre como señal de que viene una erupción, no volcánica pero sí de tipo político pues si bien tomaron unas buenas decisiones como el coordinarse para evitar la circulación no esencial en los tres estados, así se escurrió que también tienen la intención de ponérsele al brinco al gobierno federal por la forma nada equitativa en que reparte el producto de los impuestos.

Las entidades del noreste son como todos lo sabemos, muy productivas, sobre todo la neolonesa y como que ya no están dispuestos a aceptar que la federación les envíe las migajas que sobran del pastel y ahí a ver cómo le hacen.

Mientras no pase de petición y termine en una revisión de la Ley de Coordinación Fiscal, nada pasará, pero si la federación los manda por un tubo, los gobernadores del noreste dieron a entender que podrían tomar otro tipo de decisiones y ya se habla, y sobre todo en Monterrey, de resucitar el viejo y frustrado proyecto de crear la República del Noreste, que en tiempos de don BENITO JUÁREZ, SANTIAGO VIDAURRI VALDÉS y BORREGO, el gobernador de Nuevo León tuvo la idea de separarse de la República Mexicana pidiendo que se le sumaran Coahuila y Tamaulipas.

Nuestro Estado no quiso entrarle al asunto, y llegó a oídos de don Benito, que para tomar decisiones no se andaba por las ramas y prontamente aplacó por medio de la fuerza federal a SANTIAGO VIDAURRI, y le fue como en feria, y no terminó preso por el cargo de traición a la patria nomás porque agarró en uno de esos momentos que tenía de benevolencia el bien llamado Benemérito de las Américas, que dirán de él lo que quieran, tiene sus detractores, pero es en mi personal enfoque, el mexicano más insigne que hemos tenido tan así que en escuelas de Latinoamérica algunas llevan su nombre, y me cuentan que al que fuera el Duce italiano, BENITO MUSSOLINI, lo bautizaron con ese nombre porque su papa era admirador del que fuera el presidente mexicano más brillante de todos los tiempos.

Y hay muchos datos más que motivan la admiración a don Benito.

Pero regresado a lo de la República del Noreste, si dejan que siga corriendo la pelota estarán haciendo malabares con bolas de lumbre sobre pasto seco, que en donde se les caiga una será un incendio político de grandes proporciones.

Una cosa es reclamar un reparto más justo del pastel y otra hacer cancones como ya lo está haciendo y públicamente el gobernador de Jalisco, ENRIQUE ALFARO RAMÍREZ, de separarse del pacto federal.

Hasta ahora los del noreste nomás han insinuado, el jalisciense con todo y tapa bocas se le escuchó bien clarito: si no hay mejor reparto del presupuesto van a obligar a tomar decisiones que no quieren, que en el fondo sí las quieren, unos en la República del Noreste y otro, la República del Bajío.

La pandemia ya también le está pegando a la clase gobernante y aguas camarón porque tras esa apariencia de viejito bonachón que tiene López Obrador hay un ser que está bien curtido en las dificultades y por lo mismo no les va a permitir que le salgan con una cosa de esas. Mejor no lo calen. Hasta hoy les ha tolerado que se le pongan al brinco y algunos hasta groseramente, pero una cosa es que respeten la libertad de expresión y otra que le pase de noche que algunos se anden congregándose para salirse del pacto federal.

Quienes lo conocen bien me aseguran que eso es algo que no lo va a permitir.

Y por hoy, BASTA. 

gilberto.banda@elmanana.com