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Recordando a Luciano Olvera ‘Chano Olvera’

Hoy quiero que me acompañes a recordar a un hombre alegre, pachanguero, muy campechano, buen hijo, padre ejemplar, gran amigo de todos sus compadres y comadres, pero sobre todo muy atento con sus ahijados y compañeros de trabajo, se le recuerda siempre ayudando al próximo, al vecino, a su pueblo, me refiero a Luciano Olvera López “Chano Olvera”.

Luciano nació el 7 de enero de 1938 en un pequeño pueblo llamado Villa de la Paz, San Luis Potosí, hijo proveniente  de una familia humilde conformada por el señor Bonifacio López y la Señora Manuela Olvera, por cuestiones de pobreza y falta de trabajo deciden mudarse para la frontera norte de Tamaulipas.

Recordando a Luciano Olvera ‘Chano Olvera’

Un día cuando Luciano tenía 14 años de edad, sus padres junto con sus hermanos Fermín Olvera y Máximo Olvera llegan a la ciudad de Río Bravo, Tamaulipas, en búsqueda de un mejor futuro y bienestar familiar, se mudan  a  una casa de madera con techo de cartón y un excusado de pozo instalado en la parte trasera del patio, en la colonia Benito Juárez, desde muy joven trabajó en las labores del campo y cuidando chivas en el rancho de su padre.

En la ciudad de Río Bravo, anduvo vendiendo tacos algunas veces acompañado de un primo en la estación de ferrocarril, otras veces boleando o vendiendo dulces, periódicos, revistas y chicles.

Una temporada también se fue a Estados Unidos a trabajar como brasero en las labores del campo, pizcando repollo, papas y cebollas. En ese tiempo que estuvo trabajando hasta 12 horas diarias, iban y venían por temporadas a Rio Bravo, Tamaulipas y de aquí a San Luis Potosí.

A los 21 años allá por el año de 1969 se casa con la señorita María Arminda Torres Gaona, una jovencita que conoció en una fiesta familiar, con quien después de un corto noviazgo deciden casarse y procrean 5 hijos 2 mujeres y 3 hombres, San Juanita, María del Socorro, Mario, Atanasio Luciano y Pedro Olvera Torres, los cuales fueron atendidos por una partera muy conocida en el barrio.

Ya casado allá por los años 70’s empieza a trabajar como chofer de camiones materialistas, trabajo que realizaba con mucho ahínco y empeño, pasado un tiempo con un préstamo y unos ahorros logra comprar dos camiones de volteo, los cuales usaba para llevar, traer y transportar fuera de la ciudad diferentes materiales de construcción.

Por ese mismo tiempo fue un miembro muy activo del sindicato de camioneros, el cual se ubicaba en la Av. Francisco I Madero esquina con calle Allende, que había sido también oficina de autobuses.

Gracias a su arduo trabajo y ahorros, logra adquirir unas máquinas trilladoras de sorgo maíz y frijol, que usaba para maquilarle sus cosechas a clientes y amigos del Municipio y fuera de la ciudad. Luego por recomendaciones de un amigo ingresa a las filas del orden, como policía preventivo.

Trabajó como Comandante de Policía Judicial del Estado, siendo su jefe Noé Garza Martínez.

Luego fue jefe del Servicio Secreto y agente de las Comisiones. En el mandato de Moisés Melhem Kuri fungió como subdelegado de la policía.

Siendo presidentes municipales el C. Noé Garza Martínez y el profesor Salomón Ibarra Aguillón, trabajó 3 veces como subdelegado de policía.

Después en el año de 1984 el presidente municipal Bernardino Canchola Herrera, le asigna el cargo de delegado de policía.

De 1990 a 1992 ocupó el puesto de regidor, cargo que le permitió aconsejar a muchas personas, asimismo ayudar económicamente o con alimentos y medicinas a las personas de bajos recursos. 

Años después fue líder de colonias y consejero del ejido Río Bravo hasta su lamentable fallecimiento el día 11 de julio de 1994.

Gracias a su liderazgo, facilidad de palabra, y poder de convencimiento ante las autoridades municipales, tuvo el gusto y placer de ayudar desinteresadamente a muchas familias riobravenses, tal era el caso que no le importaba la hora, y algunas veces en la madrugada le tocaban la puerta pidiendo ayuda, él se levantaba y acudía al llamado de auxilio.

Es por eso y más que hoy recordamos a Don Luciano “Chano Olvera” López como un gran ser humano que siempre estuvo dispuesto a tender la mano para ayudar a sus semejantes.

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¡Muchas gracias por hacer juntos

Un Viaje al Pasado, hasta la próxima!  

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